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“Respecto al futuro inmediato de la Ciudad de México quiero ser optimista”, Cuauhtémoc Cárdenas, exalcalde de Ciudad de México

Publicado el Lunes, 29 Marzo 2021, en Divulgación académica, Destacados

El Instituto de Estudios Urbanos dialogó con el ingeniero civil Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, primer alcalde elegido por voto popular en Ciudad de México el 6 de julio de 1997. Nos habló sobre su paso por la política, los proyectos desarrollados en su mandato y el impacto en la ciudad.

Cuauhtémoc Cárdenas

¿Cómo llega a la política y qué grupos políticos lideró?

Puedo decir que el interés por la política, por las cuestiones sociales, lo he tenido desde siempre. La participación electoral llegó después. Como estudiante universitario encabecé en 1954 el Comité Universitario contra la intervención extranjera en Guatemala, que protestó contra la invasión mercenaria, apoyada por el gobierno norteamericano, para derrocar al gobierno democrático de nuestro vecino del sur.

Vinculado con actividades de carácter técnico-profesional, participé en las actividades de la Sociedad Interamericana de Planificación, a la que me incorporé en 1960 y presidí de 1972 a 1976, periodo en el cual se trasladó su sede de San Juan, Puerto Rico, a Bogotá; me cuento, además,  entre los fundadores, en 1960, de la Sociedad Mexicana de Planificación, la que presidí desde esa fecha hasta 1964. 

Usted fue el primer alcalde de la Ciudad de México en llegar a este cargo por elección popular y no por designación del presidente, ¿cómo logró ganar las elecciones en una época difícil en México?

En el terreno de la política no electoral participé en la primera mitad de los años 60 en el Movimiento de Liberación Nacional, organización que pugnaba por el desarrollo soberano y democrático de México. Poco después, formé parte del Consejo Técnico Consultivo de la Confederación Nacional Campesina.

Tengo entonces presencia en la política, por interés personal y vocación. Fue en 1976 cuando se me abrió una oportunidad para tomar parte en la política electoral y partidaria. Ese año soy elegido senador para el período 1976-1982, como miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y representando al Estado de Michoacán, aunque solo permanecí tres meses en el Senado, pues fui invitado por el Presidente de la República a hacerme cargo de la Subsecretaría Forestal y de la Fauna. 

Después de tres años en esa encomienda, soy elegido como gobernador del Estado de Michoacán para el periodo 1980-1986, y en este último año comienza mi participación política en la oposición a los gobiernos del PRI. En posición de aguda crítica a las políticas de subordinación del gobierno mexicano a los intereses dominantes política y económicamente de los Estados Unidos, y reclamando mayor atención a los problemas sociales del país, se constituye dentro del PRI la Corriente Democrática, en la que participo activamente, y la que hacia finales de 1987 rompe y se separa del partido del gobierno. Es el eje en torno al cual se forma el Frente Democrático Nacional, integrado por varios partidos políticos y organizaciones sociales, que me postula como candidato a Presidente para las elecciones de 1988.

En esas elecciones el Estado -ejecutivo, legislativo y judicial- comete un fraude mayor, reconocido públicamente, incluso en un libro autobiográfico del año 2004 por quien fuera presidente de la República en 1988. A pesar del reclamo popular y de intensas movilizaciones por todo el país, así como de recurrir a todas las medidas que la ley ofrecía, no fue posible revertir el fraude. 

Ante esa situación, en el Frente Democrático se toma la decisión de constituir un nuevo partido político, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que presido desde su fundación en 1989 hasta 1993, cuando decido participar nuevamente como candidato en las elecciones de 1994. Los resultados me son adversos.

Al cambio de gobierno, en diciembre de 1994, se produce una muy seria caída de la economía, que provoca un decrecimiento del PIB del orden del 7% y mayores restricciones de carácter social para el conjunto de la población. Entre las válvulas de escape que el gobierno encuentra a las fuertes presiones políticas, se cuentan las reformas constitucionales que abren la posibilidad de elegir, por primera vez en nuestra historia, al gobernante del Distrito Federal, sede de los poderes y capital de la República.

Me presento entonces como candidato del PRD a Jefe de Gobierno y resulto elegido para cubrir el periodo, esa vez único de tres años (1997-2000). Las elecciones siguientes serán para periodos de seis años. Me mantengo en el cargo por escasos dos años, cuando me separo para contender por tercera vez por la presidencia de la República. Hasta ahí mi vida política electoral.

¿Cuáles fueron esos proyectos durante su gobierno que sobresalieron en la ciudadanía, esas propuestas que sirvieron para el desarrollo social, cultural y económico de la ciudad?

Transitar de una dependencia federal, directamente dependiente del presidente de la República, a un gobierno local autónomo, no fue fácil; no solo por las resistencias de intereses creados muchos años atrás, sino también por las adecuaciones que tendrían que hacerse por el cambio de condición político-administrativa.

Para contar con mayores capacidades institucionales dieron desde los primeros días del nuevo gobierno los siguientes pasos: se consolidó el Instituto de Salud dentro de la Secretaría de Desarrollo Social, que al poco tiempo devendría en la Secretaría de Salud; se revalorizaron áreas de trabajo, creándose la Secretaría de Turismo, los Institutos de Cultura y del Deporte, y las Subsecretarías de Trabajo y Coordinación Metropolitana, ambas dentro de la Secretaría de Gobierno.

¿Cómo llevó a cabo estos estos proyectos y qué tanto impacto tuvieron?

Como acciones prioritarias del nuevo gobierno, con efectos inmediatos en algunos casos y diferidos en otros, se elevaron los salarios de los agentes judiciales; se procedió a identificar y certificar la existencia de bienes del patrimonio de la ciudad; y se procedió a formular los proyectos de legislación y los reglamentos necesarios para adecuar las funciones de la administración que pasaba de lo federal a lo local.

Se llevaron a cabo programas de obra pública que no se habían atendido adecuadamente en administraciones anteriores, al no ser suficientemente visibles para la opinión pública general, ya que no implicaban ceremonias de exaltación para la administración en curso, como la detección y reparación de fugas en la red de distribución de agua; la limpieza del sistema de alcantarillado para aguas residuales (más de 12.000 km); desazolve y limpieza de presas, cauces y barrancas; y repavimentación de calles.

¿Estos proyectos sirvieron para el desarrollo urbano de la ciudad?

El énfasis de las políticas del gobierno electo se puso en las cuestiones sociales: la creación de centros de apoyo a la mujer en cada una de las 16 delegaciones (actualmente alcaldías) en que se dividía la ciudad; unidades de atención a la violencia familiar; albergues temporales para mujeres víctimas de la violencia; programas de educación preventiva en materia de salud, que permitieron identificar los riesgos de 720.000 familias; rehabilitación de unidades deportivas; entrega gratuita de libros a alumnos de secundarias públicas; creación de centros de atención a población indígena; creación de más de mil libro-clubes; organización de funciones de teatro en atril; y celebración de ferias del empleo.

Uno de los grandes problemas de nuestras prácticas políticas es no dar continuidad a programas de administraciones anteriores. Después del año 2000, no todos los programas que se habían puesto en práctica se continuaron, o se continuaron con el mismo interés o prioridad, debiendo decirse que en términos generales todos los gobiernos que se han sucedido en el Distrito Federal (Ciudad de México, a partir de la promulgación de la Constitución local en 2017) se han distinguido por el interés puesto en las cuestiones de orden social.

¿Cree que Ciudad de México ha tenido un desarrollo urbano significativo desde su mandato?  

La población de la Ciudad de México prácticamente no ha crecido en los últimos años. De 1997 a la actualidad se ha mantenido en el orden de los ocho millones setecientos a ocho millones novecientos mil habitantes, observándose renovación de edificaciones y crecimiento en lo vertical en casi todas partes.

Ha crecido desmedidamente la zona metropolitana que sumada a la Ciudad alcanza una población de unos veintidós millones de habitantes. En este territorio se requiere una coordinación y ejecución más eficaz de las políticas para evitar deterioros mayores en las condiciones de vida y precaria calidad de servicios urbanos básicos, sobre todo en las áreas periféricas.

¿Cómo ve el futuro de Ciudad de México? 

Respecto al futuro inmediato de la Ciudad de México quiero ser optimista. Confío en que los habitantes de la ciudad se impondrán cada vez con mayor conciencia y fuerza para que el valor fundamental de la democracia, la igualdad, se haga realidad cada vez más evidente y palpable. Esto es, superar los graves problemas de inseguridad, lograr calidad equivalente de servicios en todas las partes que la componen, así como oportunidades de mejoramiento equivalentes para todos y cada uno de sus habitantes.

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    Entrevista realizada por Milton Medina

    Las opiniones contenidas en el artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

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