A esta conclusión llegaron los profesores Germán Vargas Cuervo, geólogo y doctor en Ciencias de la Tierra, y Fernando Viviescas, arquitecto y urbanista, en el programa Observatorio de Gobierno Urbano del Instituto de Estudios Urbanos (IEU), en el que se analizaron las causas de las constantes tragedias en el país, producto de desbordamientos, avalanchas, inundaciones, etc.

Durante el debate, el profesor Vargas explicó que Colombia tiene una particularidad interesante en sus sistemas fluviales, por su estructura geológica, fisiológica y climática natural. Este es un país tropical en el que la predominancia de las lluvias en estaciones bimodales (dos épocas del año) condicionan los regímenes hidrológicos. En este sentido, clasificó los ríos en ríos de llanura, de cordillera, de sistemas litorales y de planicies aluviales.

Cada uno de estos ríos, indicó el académico, se maneja dentro de un sistema fluvial y cada elemento funcional de este sistema es fundamental. “El río es más que el cuerpo de agua que corre por un cauce en un tiempo determinado, por no entender qué es el río y cómo funciona es que tenemos tantos problemas en el país”, dijo.

Para profundizar en esto, Vargas Cuervo manifestó que hay cuencas altas, medias y bajas y que el comportamiento de los ríos en cada uno de estos escenarios es diferente, razón por la cual es indispensable conocerlo para poder determinar en qué parte de este sistema están los seres humanos y cuál es su responsabilidad.

Para el profesor Fernando Viviescas, lo anterior demuestra la necesidad de afinar el conocimiento y sobretodo tenerlo en cuenta a la hora de intervenir el territorio. “La planeación significa tener un conocimiento del territorio que implica tener los elementos metodológicos y sistémicos para poder comprender la enorme complejidad que genera cualquier intervención que se haga en la naturaleza”, afirmó.

El académico señaló que en Colombia hay poca capacidad para comprender la importancia y complejidad de los ríos como un sistema. A esto se suma, que la planificación que se hace es a corto plazo, inmediatista y poco rigurosa, porque no hay una relación sólida con la investigación científica, el análisis crítico y los procesos de medición, cotejo y previsión sobre la base de datos. “Si no se tiene conocimiento de la naturaleza, al intervenirla casi siempre el acercamiento resulta irresponsable”, advirtió.

Poblaciones en el lecho mayor de los ríos

Según el geólogo de la Universidad Nacional de Colombia, el lecho mayor de los ríos es desconocido, incluso, hasta por los mismos científicos, siendo este el espacio natural que el río necesita para amortiguar sus aguas. “Cuando llega el periodo de lluvias el nivel del agua sube y una vez desbordada su capacidad empieza a amortiguar sus aguas sobre su lecho mayor y sobre sus llanuras de inundación, esto es natural, el problema es que estamos metidos dentro del río”, insistió.

El profesor Vargas afirmó que cuando se instala una estructura rígida en el lecho mayor del río se está dañando su sistema natural, por esto es importante conocer cómo es este comportamiento natural y qué se puede hacer para planificar y ordenar el territorio.

Al respecto, el arquitecto Viviescas reiteró la importancia de conocer y entender que el río tiene una historia y un futuro y que todo el tiempo está haciendo su propio camino, un camino que se debe tener en cuenta a la hora de intervenir el territorio. “Esta sería una asignatura pendiente en las facultades de urbanismo, arquitectura y planeación”, opinó.

Además, recordó que este también es un asunto cultural, ya que las ciudades se ubicaron en los ríos desde la colonia porque no se tenía conocimiento de qué podía pasar; no obstante, ahora se sabe que ya no pueden estar asentados en el lecho mayor de los ríos, por esto es necesario buscar la manera de reubicar estas poblaciones para prevenir desastres. “Estas intervenciones van a exigir un adelanto técnico profundo para poder modificar los asuntos de la naturaleza con un alto nivel de acierto”, agregó.

Para finalizar, el profesor Vargas Cuervo expresó: “El ego de la humanidad no puede superar los procesos de la naturaleza. Cuando pensamos que podemos estar por encima de los procesos de la naturaleza y no guardar las precauciones totales, empezamos a tener graves problemas”.