El doctor en Ingeniería Sísmica y Dinámica Estructural y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, Omar Darío Cardona, explicó que el problema del país es que ha crecido de manera acelerada y desordenada, lo que está aumentando la exposición y la vulnerabilidad de la población ante eventos o fenómenos naturales, que ocurren periódicamente debido a las condiciones geográficas colombianas.

Según el programa de Indicadores de Riesgo de Desastre y de Gestión de Riesgos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que participó el profesor Cardona, “el riesgo de los desastres no solo depende de la posibilidad que se presenten eventos o fenómenos naturales intensos, sino también de las condiciones de vulnerabilidad que favorecen o facilitan que se desencadenen desastres cuando se presentan dichos fenómenos”.

De ahí que el ingeniero civil resaltara que se trata de un problema de ordenamiento territorial y planificación y no de los fenómenos mismos. En este sentido, indicó que un territorio resiliente es aquel que está bien planificado y, por tanto, no permite que los asentamientos humanos se ubiquen en zonas de amenazas por fenómenos naturales, al lado de los ríos, en sectores de deslizamiento o de alta montaña.

Uno de los aspectos que resaltó el académico, es que las personas en situación de pobreza son las que suelen ubicarse en zonas de riesgo lo que aumenta el grado de vulnerabilidad; “por eso los problemas de riesgo y desastres están íntimamente ligados a los procesos de desarrollo urbano, a la falta de planificación y usos del suelo”, dijo.

Por tanto, el profesor Cardona manifestó que la manera eficiente de incorporar la gestión del riesgo en el desarrollo del territorio es haciendo estudios de amenaza, vulnerabilidad y riesgo, que implican conocimiento técnico y científico, y una estrategia de monitoreo permanente para generar mapas de amenazas y de riesgo e incluso de susceptibilidad. Esta información ayudaría a evitar la ubicación de población en zonas de peligro y, con esto, reducir las víctimas y pérdidas ante fenómenos naturales.

Falta de capacidades

A pesar de que los estudios de riesgo se plantearon en la Ley 9 de 1989, se reforzaron en la Ley 388 de 1997 y se ratificaron en la Ley 1523 de 2012 (Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres) la mayoría de los territorios no han incorporado la gestión del riesgo en sus POT.

Según Cardona, 976 municipios del país están en la escala 6 de 6, donde seis es el peor nivel de acuerdo a la categorización del Departamento Nacional de Planeación (DNP); “esto significa que son territorios inviables, que no tienen capacidad de hacer gobernanza y gobernabilidad y menos gestión del riesgo ni ordenamiento territorial”, advirtió.

“Colombia está en una situación supremamente delicada que implica un esfuerzo por parte del gobierno nacional para mejorar las condiciones de vida de esos municipios, para que, a la luz de la concurrencia, subsidiaridad y la complementariedad, se apoyen a estos territorios para que salgan adelante”, manifestó.

A esto se suma la “descentralización a medias” que rige en el país, ya que solo algunos municipios pueden ejercer “más o menos” esa descentralización, mientras que la mayoría son dependientes del situado fiscal y este de unas capacidades mínimas que tienen los territorios. Otro problema es la falta de gestión y ejecución por falta de conocimiento.

“Este es un problema muy grave porque hablar de descentralización sin tener las capacidades para poder actuar de esta manera, es lo mismo que no ser descentralizado”, puntualizó el profesor Cardona.