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La reserva Thomas van der Hammen, el futuro de la sostenibilidad ambiental de Bogotá y la Sabana

Publicado el Lunes, 15 Marzo 2021, en Divulgación académica, Destacados

La consolidación de la reserva Thomas van der Hammen como espacio de conservación, protección y producción limpia de alimentos es una oportunidad para la sostenibilidad ambiental de Bogotá y la Sabana y para el mejoramiento de la calidad de vida.

Reserva Thomas van der Hammen / Foto cortesía CAR

 

Así lo señalaron el profesor Julio Carrizosa y Bibiana Rodríguez Campos, gerente de Desarrollo Urbano Sostenible de Probogotá Región, en diálogo con el programa radial Observatorio de Gobierno Urbano, de RadioUNAL 98.5 FM. 

El reconocido ambientalista Julio Carrizosa explicó que hoy la situación de la Reserva Thomas van der Hammen está definida y las hectáreas pertenecientes a la estructura ecológica principal “están bien protegidas”. La Reserva ya cuenta con un Plan de Manejo Ambiental y “la Corporación Autónoma Regional (CAR) y el Distrito están de acuerdo en que esa zona no puede ser urbanizada”, señaló. 

“En este momento la reserva puede constituir un papel muy importante en el futuro del resto de la Sabana de Bogotá”, manifestó el profesor y consideró que la Thomas van der Hammen puede convertirse en un centro de investigación y un espacio de reunión de información que puede contribuir y facilitar la toma de decisiones. “Urbanizar el resto de la Sabana sería una tragedia ambiental”, resaltó. 

De acuerdo con Bibiana Rodríguez Campos, es importante tener en cuenta que algunos de los predios de la reserva actualmente son propiedad privada y en ellos se desarrollan actividades “que a veces difieren de los intereses de la conservación”. Según señaló, dentro de la reserva se puede encontrar vivienda, industria, equipamientos, iglesias, colegios, comercio, bodegas, parqueaderos, actividades agropecuarias asociadas a cultivo de flores y avicultura, que ocupan aproximadamente el 38 % del área. 

De ahí la importancia de la reciente firma del Acuerdo de Conservación en la Reserva Thomas van der Hammen con uno de los propietarios de los terrenos: la Sociedad Camelia S. A. S., dueña de la hacienda La Conejera, para proteger 19,24 hectáreas. 

“La firma de estos acuerdos es un paso adelante para lograr vincular a los propietarios en la consolidación de la reserva forestal con procesos de recuperación reales y materializar uno de los considerandos del Plan de Manejo Ambiental y Protección sobre incompatibilidad de usos en la zona”, indicó Rodríguez.  

“Estos acuerdos abren una ventana de oportunidad para concretar acciones que permitan financiar y consolidar la reserva en las condiciones que queremos y como lo establece el PMA dentro de su estructura normativa”, sostuvo.  

El profesor Carrizosa agregó que “comprarle a aquellos que no están interesados en que sus propiedades formen parte del Plan de Manejo Ambiental podría significar que la reserva se convierta en un ejemplo de protección de la vegetación y fauna original, y de producción limpia de alimentos, no solo para la ciudad sino para otras regiones del país”. 

En este sentido, el profesor explicó que desde el punto de vista ambiental e integral, el aprovechamiento de la estructura ecológica no es solamente para conservar sino también para producir limpiamente y para la sostenibilidad de alimentos. “Pensar de manera integral puede ser la salida para eliminar las discusiones que existen entre los procesos de urbanización y las actividades agrarias en la Sabana de Bogotá”, aseguró.

Bibiana Rodríguez indicó que el proceso de urbanización que ha vivido en las últimas décadas la Sabana va en detrimento de la protección y conservación de los valores urbanos y ecosistémicos del territorio. “Tener una reserva de este tamaño y con estas vocaciones es una oportunidad invaluable para los ciudadanos, para construir una mejor Bogotá con una mejor calidad de vida”, expresó. 

03 10 2021 Reserva Van der Hammen Bogotá

Integración de la reserva con el resto de la Sabana 

La consolidación de la reserva forestal en el marco de la estructura ecológica de la ciudad depende también de su integración con los demás territorios que requieren protección y conservación en la Sabana, uno de ellos está relacionado con el humedal de Torca donde se propone el proyecto Lagos de Torca. De acuerdo con Bibiana Rodríguez es una intervención que no solo subsana falencias en la producción de vivienda sino que está generando áreas importantes para la Sabana como un parque metropolitano de 150 hectáreas; 336 ha de suelos protegidos recuperados en el humedal Torca Guaymaral, la producción de 91 mil unidades de vivienda; 249 ha de suelo para la construcción de 13 corredores del sistema masivo de transporte de Bogotá y 23 ha de suelo para la construcción de infraestructura de salud y transporte regional. 

“Una ventaja de este proyecto es que existe un compromiso real desde el sector privado para trabajar por la recuperación de las áreas protegidas e incorporarlas a los desarrollos como activos del territorio para los bogotanos”, señaló. “Bogotá no puede dejar pasar esta oportunidad; debemos trabajar juntos para lograr que esa pieza norte que colinda con la reserva se consolide como un modelo exitoso; debemos trabajar de manera articulada entre el sector público y privado para lograrlo”, añadió. 

El profesor Carrizosa precisó que el proyecto Lagos de Torca aún tiene dos cuestiones por resolver: por un lado, la necesidad de que la reserva Thomas van der Hammen se extienda en un proceso suficientemente continuo hasta los cerros orientales, y por el otro, el problema de cómo comunicar el proyecto urbano con el resto de la ciudad. “Lagos de Torca podría tener un punto de vista importante para el problema que subsiste en el norte de la ciudad: la ocupación ilegal de los cerros, que no solamente tiene problemas estéticos y de mala calidad de vida sino de inseguridad”, manifestó. 

En ese sentido, el ambientalista indicó que el crecimiento de la urbanización de la Sabana de Bogotá es un problema que tiene que manejarse desde el Departamento Nacional de Planeación porque no se puede hacer desde el distrito ni desde cada uno de los municipios; “confiamos en que la nueva organización Bogotá Región lo pueda hacer pero para eso debe tener claro cuáles son los suelos que no se pueden urbanizar de ninguna manera”, insistió. 

Bibiana Rodríguez reiteró que no simplemente está la oportunidad de identificar los elementos de estructura ecológica principal, sino también los suelos de importancia estratégica para el abastecimiento y cuidado del agua, los suelos agrológicos y las áreas de infiltración que se tienen en la Sabana, además de las zonas verdes y espacio público en el territorio. 

“Una de las premisas para la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca, no como institución sino como trabajo técnico, es la definición de la estructura complementaria que nos permita definir qué suelos se deben desarrollar y cuáles no, sobre cuáles debemos proteger y generar acciones concretas para poner en valor los servicios ecosistémicos que nos prestan”, puntualizó. 

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    Escrito por Paola Medellín Aranguren

    Las opiniones contenidas en el artículo y el programa no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

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