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Trabajo en casa, lecciones de una pandemia frente a grandes problemas urbanos

Publicado el Domingo, 29 Marzo 2020, en Divulgación académica, Destacados

Aunque el Covid-19 ha provocado serios desafíos a la salud pública del país y a los diferentes niveles de gobierno, puede considerarse como una oportunidad de aprendizaje para resolver problemas urbanos apremiantes como la movilidad, la contaminación del aire y, en general, la calidad de vida.

Foto referencial tomada de Flickr

 

Una de las lecciones que hasta el momento ha dejado la pandemia del coronavirus en Colombia tiene que ver con la implementación del teletrabajo como medida de contingencia para evitar el flujo  de personas por la ciudad y disminuir el número de contagios.

Las empresas lo han llamado trabajo en casa o trabajo flexible, pero en términos legales estamos hablando de teletrabajo, una modalidad para generar empleo que en Colombia empezó a promoverse desde 2008 con la Ley 1221 y que posteriormente se reglamentó con el Decreto 884 de 2012.

De acuerdo con esta Ley, el teletrabajo es una forma de organización laboral que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo. El teletrabajo puede ser autónomo, móvil o suplementario.

Colombia fue el primer país de América Latina en reglamentar esta modalidad, es líder en la región en cuanto a regulación, lineamientos de política pública y buenas prácticas. Sin embargo, si se lo compara con otros países de la región presenta niveles bajos en su utilización. A nivel regional,  el estudio “Teletrabajo en América Latina”, elaborado por la firma 5G Américas (2018), encontró que Brasil lideraba para la fecha el número de teletrabajadores con 12 millones de personas, seguido de México que tiene 2,6 millones, Argentina con 2 millones y Chile con 500 mil. De acuerdo con el Estudio de Penetración de Teletrabajo en Empresas Colombianas (2018), el país cuenta con 122 mil teletrabajadores, siendo Bogotá (63.995), Medellín (29.751) y Cali (13.379) las ciudades con mayor presencia de esta modalidad de empleo.

Algunas de las razones para la relativa baja penetración del teletrabajo se puede encontrar en el hecho de que la Ley “está completamente desactualizada”, según afirma la abogada y especialista en Derecho Infórmatico y Nuevas Tecnologías, Heidy Balanta, y que “ha sido un problema por todas sus rigideces”, agrega Herlaynne Segura, profesora de la Universidad de Antioquia e integrante de la Academia Internacional de Transformación del Trabajo. 

Además de establecer las modalidades de teletrabajo, la Ley determinó una serie de garantías laborales, sindicales y de seguridad social para los teletrabajadores que aplica tanto para el sector público como para el privado. 

Resistencias culturales en empleadores y  empleados 

Además de las dificultades que han encontrado las empresas y entidades públicas para implementar el teletrabajo por los requisitos que se deben cumplir y los costos que este proceso acarrea, el problema de fondo tiene que ver con un asunto cultural. 

Las expertas coincidieron en sostener que existe resistencia tanto del empleador como del empleado. El primero, considera que no tener a la vista a sus trabajadores significa una pérdida en las relaciones de poder y autoridad y una disminución en la productividad. El segundo, considera que no ser visto por sus superiores dificulta procesos de ascenso, aumento de salario o simplemente ser tenido en cuenta para las diferentes actividades de la empresa o entidad. 

Adicional a esto, Herlaynne Segura explica que “el trabajador tiene que formar una identidad frente a su entorno, frente a sí mismo y frente al mundo laboral, para dar un valor al teletrabajo”. Una identidad que mejore las condiciones de la persona frente a trámites cotidianos como solicitar un servicio bancario o hacer un trámite consular. 

En últimas, dice la abogada Heidy Balanta, se trata de un problema de confianza, que es el ‘corazón’ del teletrabajo. “Los países que tienen mayor penetración del teletrabajo tienen clara la relación de confianza entre trabajadores y empleados, lo que es muy débil en el contexto colombiano”. 

Beneficios para la ciudad 

Según los investigadores sobre el teletrabajo, algunos de los beneficios de esta modalidad de empleo se relacionan con el mejoramiento de la movilidad urbana, la reducción del consumo de energía y la contaminación y la mejora en el medio ambiente. 

De acuerdo con César Ruiz, doctor en Ciencias Económicas y profesor de Economía del transporte, las estadísticas demuestran que aunque es bien intencionado pensar que la virtualización de varias actividades como el trabajo, trámites bancarios, compras y hasta las relaciones sociales puede disminuir el número de desplazamientos en las ciudades,  este proceso podría generar nuevas actividades que a la larga terminan produciendo nuevos desplazamientos físicos.

No obstante, el motivo, tipo y calidad del desplazamiento hacen que la gestión de la movilidad cambie y, por tanto, tenga que repensarse. “La información que se va produciendo a diario también es un potencial tanto para la política pública como para las actividades privadas y los mercados”, expresa el profesor Ruiz. 

Infortunadamente, en la actualidad no se cuenta con datos suficientes que permitan afirmar que el teletrabajo en sí mismo tenga un impacto que logre contribuir a la disminución de la congestión vehicular y del transporte público, y al mismo tiempo a reducir la contaminación. El profesor Néstor Rojas, ingeniero químico y ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, considera que una caracterización del mercado laboral en relación con la posibilidad de aplicar el teletrabajo podría aclarar el panorama. “Si la mayoría de las personas que hacen teletrabajo se desplazan en transporte público, se produce una descongestión en el medio y se mejora su calidad; pero si se desplazan en vehículos particulares podríamos hablar de menor congestión vial y con ello menores índices de contaminación”, explica.

En Bogotá hay 2.217.970 vehículos (2018), de los cuales aproximadamente el 90% son automóviles, motocicletas, camperos y camionetas. Según el Inventario de emisiones para fuentes móviles de la Secretaría de Ambiente, los automóviles y las motos aportan un alto porcentaje de contaminantes. A pesar de que las condiciones de calidad del aire en la capital siguen siendo preocupantes,la disminución en el tráfico vehicular y en la operación de industrias por la cuarentena nacional, han contribuido a que los niveles de concentración de material particulado no sean mayores.

En consecuencia, uno de los grandes retos en términos de políticas públicas que deben afrontar las ciudades para hacer eficiente la implementación del teletrabajo como herramienta clave para resolver problemas urbanos es la consolidación de información que permita establecer qué porcentaje del mercado laboral puede aplicar esta modalidad de empleo, y a su vez, qué características de desplazamiento tienen estos trabajadores.

Por ahora son varias las enseñanzas que deja la pandemia del coronavirus, vista como una oportunidad para pensar nuevas formas de gestión urbana. Por un lado, parece necesario  replantear la Ley 1221 de 2008 con el fin de flexibilizar el teletrabajo y ampliar su uso. Por el otro, es necesario ahondar en estudios que permitan evaluar el impacto de esta modalidad de trabajo en la movilidad y la contaminación ambiental. En tercer lugar, es imperativo mejorar el transporte público, ya que quedó en evidencia que los altos niveles de congestión incrementan la proliferación de virus y enfermedades contagiosas lo que impacta el mercado laboral y los sistemas de salud; y, finalmente, se ratifica la importancia de promover con mayor vigor modalidades de transporte no contaminantes, como el uso de la bicicleta, aspecto que abre el debate sobre la posibilidad de destinar espacios permanentes para su utilización dentro de la malla vial.  

Nuestros gobernantes tienen una tarea ardua por estos días para enfrentar la emergencia generada por el Coronavirus. Esperemos que, una vez superada la crisis, se den las condiciones adecuadas para abrir la reflexión sobre sus lecciones y la posibilidad de encontrar en las acciones de contingencia ideas para superar los problemas crónicos que enfrentan las ciudades.

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    Escrito por Paola Medellín 

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