La presentación la realizó en compañía del profesor Óscar Almario, de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, quien destacó aspectos importantes de la obra, en el programa Observatorio de Gobierno Urbano que se transmite por U.N. Radio.

El investigador Pérez afirmó que este libro trata de explicar el papel que las ciudades jugaron en la estructura política de la monarquía hispánica a lo largo de los tres siglos del periodo virreinal en lo que hoy se conoce como América Latina. De acuerdo con el profesor Almario, esta obra se conoce en un momento crucial para Colombia, cuando se conmemora el bicentenario de la Batalla de Boyacá.

“Somos hijos del Estado-Nación contemporáneo, una forma de organización política hegemónica en el mundo desde finales del siglo XVIII, que tiende a ser una relectura del pasado en clave de Estado Nación. Por eso mi insistencia en que la monarquía católica ni es un imperio ni un Estado - Nación. La    monarquía católica es anacional, es decir, la nación no juega ningún papel en la estructura, la vida política discurre por la fidelidad al monarca y este es rey de distintos reinos”, explicó Pérez.

Almario señaló que en un encuentro nacional los académicos del país coincidieron en la necesidad de un nuevo relato del proceso y, por lo tanto, una nueva manera de comprender a la monarquía hispánica, un debate que se refiere a los conceptos de colonias y reinos.

El carácter urbano de la monarquía católica

De acuerdo con lo planteado en el libro, el mundo virreinal americano es fundamentalmente urbano, porque desde el momento de la conquista la articulación del territorio se hace a partir de la fundación de ciudades que van construyendo una red que articula la estructura de la monarquía. “Esto es así por varios motivos, uno de ellos es que la vida política cotidiana no pasaba por las estructuras administrativas de monarquía, sino que la mayor parte de las normas que regían a los individuos eran de los cabildos de la ciudad”, aseguró Pérez Vejo.

En este sentido, el autor insistió en entender que la ciudad no es únicamente el espacio físico del casco urbano, sino que hay un amplio territorio que depende de ella y de sus ordenanzas, que la convertía en república, dándole una estructura jurídica.

En su libro el investigador Tomás Pérez Vejo resaltó las representaciones de las plazas de Ciudad de México y Lima, dada la importancia que ambos territorios tuvieron en la época con los Imperios Azteca e Inca, respectivamente. Ambos fueron cabezas de los Reinos de Nueva España y de Perú y aunque tienen similitudes hay diferencias cronológicas y de liderazgo, porque mientras México tuvo la supremacía en Nueva España, Lima tuvo que disputársela con Cuzco.

Las imágenes como referencia 

El investigador Pérez explicó que “las pinturas del siglo XVIII no son solo paisaje, sino que es la representación física de una ciudad; estas vistas urbanas son representaciones del ser jurídico y moral. En ese sentido de alegorías políticas se hace el análisis de este libro”.  

La pintura es clave para poder revisar este asunto, señaló Almario. “El énfasis historiográfico, dominante hasta ahora, en tratar de dar una idea fiel del pasado, trabaja sobre fuentes que permiten ese ejercicio, datos que se puedan verificar y contrastar, pero las imágenes son un territorio más esquivo”.

Finalmente, Almario concluyó que el libro termina “cronológicamente justo cuando se desploma el orden político hispánico. Ahí el tema de qué va a pasar con las ciudades nos relaciona el periodo de las independencias”.

“Quedan dos hipótesis: la primera es que si con las declaraciones quedan estipuladas repúblicas urbanas, la segunda parte del manifiesto de Cartagena de Bolívar sobre repúblicas aéreas, es decir, se anticipó al momento en el cual las ciudades no pueden ejercer su condición de repúblicas urbanas y van a ser sustituidas por las Provincias emergentes y después la nación como invención de la modernidad”, finalizó.