Según Carlos Enrique Guzmán Mendoza, profesor asociado del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, hay un sub registro de los hechos delictivos que atentan contra la seguridad de los ciudadanos, por la ineficiencia del aparato judicial al momento de legalizar la captura y determinar la medida que toman los jueces o el temor que sienten los ciudadanos al denunciar.

“Frente a esa ineficiencia del aparato de justicia y lo engorroso del trámite de denuncia la gente se abstiene de hacerlo, lo cual muestra que a pesar de esa disminución, la percepción sigue aumentando. Realmente están sucediendo casos que atentan contra la seguridad ciudadana”, afirmó.

Cerca de 1.800 policías llegaron a la capital del Atlántico para reforzar la seguridad de la ciudad, de acuerdo con fuentes oficiales de Barranquilla: sin embargo, para el académico el aumento del pie de fuerza para garantizar la seguridad no resulta suficiente.

Por lo anterior, resaltó que desde varios sectores de la sociedad se ha insistido en la necesidad de observar este fenómeno y la convivencia desde una perspectiva muchos más epidemiológica y no meramente policiva.

En consecuencia, el experto precisó “se debe pasar primero por un conocimiento mucho más objetivo de la problemática. Por esto le manifestamos al general de la Policía del Atlántico la necesidad de identificar otros factores que pueden estar en la base de este problema, que es tan sentido por parte de la comunidad”.

No obstante, resaltó el profesor, “la administración distrital, que es la responsable de generar políticas públicas orientadas al mantenimiento o al fortalecimiento de la seguridad ciudadana, no está teniendo en cuenta estas recomendaciones”.

“El fenómeno no lo conocemos, no lo hemos estudiado a profundidad por lo menos en Barranquilla a fin de identificar las verdaderas causas sociales, contextuales, medio ambientales que nos están produciendo estos hechos que alertan no solo a Barranquilla sino a la región y al país”, aseguró.

El papel de la academia

Guzmán explicó que el enfoque que se utiliza desde la academia para estudiar el fenómeno de la seguridad ciudadana debe ser más epidemiológico, es decir, identificar y entender que este problema de la inseguridad es una expresión violenta en términos de homicidios de riñas, de atracos, de asaltos a mano armada, de pie de fuerza y el robo de vehículos.

Asimismo, indicó que “hay unas causas estructurales: familias disfuncionales, pobreza, niveles de formación, estigmatización de algunas zonas de la ciudad, deterioro de los espacios públicos que hacen que se conviertan en zonas de pandillas y delincuencia común”.

El académico dijo que es pertinente aclarar si en la capital del Atlántico hay presencia de bandas criminales o de crimen organizado. Según las autoridades, no hay establecida una sucursal como la de los ‘urabeños’. “Lo que hace la delincuencia común es ponerse esos nombres para generar temor ante la sociedad. El microtráfico y la extorsión son fenómenos que se están presentando con frecuencia en Barranquilla”, afirmó.

Por lo anterior, el profesor criticó la ausencia de políticas públicas contextualizadas, adecuadas y eficientes por parte de la Alcaldía, entre otras cosas porque “Barranquilla, dada su ubicación geográfica, se ha convertido en un sitio estratégico para la exportación e importación frente a elementos que atentan a la seguridad ciudadana; por ser puerto es fácil la vía para la exportación de cocaína, de contrabando, de armas y de otro tipo de insumos utilizados en este procesamiento de droga, por eso deben existir políticas públicas del orden nacional”.