El profesor Mario Avellaneda Gonzalez, del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia, señaló que este aumento se debe a que la moto es una fuente de trabajo y mejora la movilidad de muchas personas en las ciudades. 

Nathaly Torregroza, jefa de la Oficina de Seguridad Vial de la Secretaría Distrital de Movilidad de Bogotá consideró que este crecimiento se viene presentando desde hace dos décadas.  “Son varios los motivos del aumento y uno de ellos son las necesidades laborales. La moto es un vehículo económico y versátil, es fácil de adquirir, tiene la capacidad de generar inclusión social y reduce los tiempos de desplazamiento”.

La ingeniera Torregroza destacó que la pandemia contribuyó a este incremento dado el impulso que recibieron vehículos individuales, especialmente a las bicicletas. Sin embargo, para el profesor Avellaneda las motos cuentan con una dualidad: es un vehículo importante y una opción real de movilidad, y a la vez es un medio de trabajo que requeriría de acondicionamientos adicionales.  

Seguridad vial y oferta laboral

Óscar Julián Gómez Cortés, director de infraestructura y vehículos de la  Agencia Nacional de Seguridad Vial de Colombia, aseguró que uno de los puntos a tener en cuenta es la protección personal. “Los cascos que se comercializan para motociclistas deben tener la máxima exigencia que existe en Europa y Estados Unidos. También se expidió la resolución que habla de su uso adecuado. Ahora, estamos mirando qué pasa con las condiciones mecánicas de las motos. Próximamente haremos la publicación nacional de la resolución que habla de las exigencias mínimas en materia de frenos y llantas”.

Sobre el entorno laboral el ingeniero Gómez señaló que es diferente cuando el entorno de trabajo es formal. “Ellos pueden tener sus planes estratégicos de seguridad vial en el cual están  las técnicas adecuadas de conducción, las formas de uso y disposición tanto del vehículo como de los elementos que se requieran para hacer la maniobra segura”

Otros desarrollan el autoempleo y para ellos existe el programa moto destrezas, en el cual  se va de manera itinerante por las regiones del país, enseñando técnicas para mejorar la conducción, destacó Gómez.  

Cambios en la movilidad de las ciudades

El trabajo domiciliario en moto fue uno de los que más incrementó durante la pandemia. Esta situación produjo un cambio en nuestras ciudades a partir del cual se generaron nuevos retos, así lo aseguró el profesor Avellaneda.

“Hemos percibido que hay un incremento en los indicadores de los siniestros viales para los motociclistas. Lo que empezamos a ver en 2021, cuando revisamos las cifras, es que tuvimos un incremento del 9% en la fatalidad de los usuarios motociclistas (conductor y acompañante), frente a 2019. Desde el Distrito analizamos cuándo sucedieron estos hechos y nos dimos cuenta que recién comenzó la reactivación, se dio un impulso a las actividades nocturnas. Los accidentes se presentaron en su mayoría los viernes en la noche y sábados en la madrugada. Encontramos, también, que el 65% de esos fallecidos tenían menos de 30 años. La intención es cambiar esa tendencia en este 2022”, indicó Torregroza.

En el caso de Bogotá, su nuevo Plan de Ordenamiento Territorial establece que las vías que se generen o se intervengan deben tener espacio para todos los actores viales, priorizando a los peatones y biciusuarios. Esta norma plantea incluso una redistribución de espacios destinados para los vehículos particulares, el transporte público, los peatones y la bicicleta, con el fin de que haya mejores condiciones de movilidad y de protección de los sectores más vulnerables, comentó Avellaneda.

A nivel nacional, existe el Conpes de movilidad urbana y regional en donde se plantea que todos los actores cabemos en la vía. Además busca concientizar que cada uno incide sobre los demás. “En el caso de los motociclistas, se debe entender que es un actor que cabe en la vía, pero que tiene una mayor vulnerabilidad en el caso asociado a la seguridad vial. En la avenida Max Duque de Neiva se hizo un corredor exclusivo para motocicletas, en un trabajo articulado entre la alcaldía y la Agencia Nacional de Seguridad Vial, y estamos probando cómo funciona. Hemos encontrado un muy buen comportamiento, porque el trabajo pedagógico fue muy exigente. Hoy las interacciones de riesgo han disminuido y hay una mejor gestión de la velocidad”, afirmó Gómez.

Sin embargo, el buen comportamiento vial y la disminución de la accidentalidad no sólo depende de los actores sino que es importante contar con una infraestructura adecuada. Una opción es la planteado por Gómez de los carriles para motos, esto ya se ha implementado en varios países de Asia y Europa, pero son medidas que se deben aplicar según el contexto de la ciudad, concluyeron los expertos.