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Vivienda y crecimiento urbano: un crítico y constante debate

Publicado el Sábado, 28 Agosto 2021, en Divulgación académica, Destacados

El Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia participó en el conversatorio Vivienda y crecimiento urbano que se desarrolló en el marco de la publicación del libro Observaciones - Modos contemporáneos de habitar en Bogotá del Observatorio de Arquitectura Latinoamericana Contemporánea –ODALC- de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional. 

Vivienda y crecimiento urbano: un crítico y constante debate

El conversatorio contó con la participación de tres invitados académicos, la antropóloga Adriana Hurtado, los arquitectos María Patricia Rincón Avellaneda, y Carlos Alberto Torres Tovar. Moderó la profesora del IEU, Ana Patricia Montoya Pino. Los participantes abordaron el tema de la vivienda la cual ha tenido, “en la historia reciente, una triple función: ser el reflejo de las diferentes maneras en que el hombre comprende, valora y habita el mundo, ser el factor de crecimiento de nuestras ciudades y al mismo tiempo ser un instrumento de desarrollo económico”, sostuvo Montoya Pino. 

La profesora del IEU indicó “aunque siempre ha sido parte de los debates urbanos, en los últimos meses de pandemia, se ha convertido en un tema recurrente y más que urgente en los escenarios académicos y de formulación de políticas públicas con diferentes cuestionamientos relacionados con la noción de bienestar, calidad de vida, calidad espacial, habitabilidad, vida femenina, transformación de la familia, envejecimiento de la población, etc.”. 

La arquitecta Montoya resaltó que “en ese sentido el replanteamiento de la noción tradicional de vivienda, la presencia de nuevos valores, habitantes, modelos de gestión, tipologías y formas de habitarla son más que necesario analizarlos en el marco del debate de la gestión de la vivienda, su papel en el crecimiento urbano y su impacto en los modos de habitar”.

Según el texto de Nicolás Muñoz, “Mapeando los modos de crecimiento de la ciudad. Pequeñas y grandes dosis en Bogotá́”, el crecimiento de la ciudad “en los últimos treinta años, más del 47% corresponde a vivienda en conjuntos cerrados bien con edificios en altura o casas, otro 45% es un crecimiento lote a lote y el 8% corresponde a casas aisladas. Esto da cuenta de diferentes patrones de ocupación, tipos de ciudad y claramente de diferentes formas de habitar”, puntualizó la docente del Instituto de Estudios Urbanos. 

El conversatorio inició con las preguntas ¿Cómo creen que estas diferentes alternativas de vivienda o modelos de gestión de la vivienda han impactado en el crecimiento urbano y en la transformación de los modos de habitar en Bogotá? ¿Creen que han generado unos nuevos patrones de habitabilidad en la ciudad?

La antropóloga Adriana Hurtado reflexionó sobre el término habitar, planteó que habitar es estar en armonía y en equilibrio con el entorno, este último tiene diferentes escalas. “La inmediatez del habitar que habitualmente es la casa, la vivienda, la calle, el barrio, la ciudad, el mundo. Esto genera diferentes combinaciones, es decir, la manera cómo se gestiona la tierra”. Mencionó que “la noción de habitar tiene una doble dimensión, esto alude a lo material de la vivienda y la manera de relacionarse con ese mundo exterior una en la que individuos y grupos sociales se ubican en medio de unas coordenadas socio espaciales y estas tienen que ver con la estructura de clase social, de jerarquización, de las desigualdades urbanas y la dimensión geográfica espacial”.

“Quien gestiona la tierra usualmente no es quien la ocupa, quien gestiona esta ocupación no está interesado en esa relación con el entorno, desea obtener el máximo provecho económico de un terreno, de allí que las condiciones sean precarias, es decir, los habitantes ocupan un entorno que no brindan las condiciones armónicas y equilibradas para el óptimo desarrollo de su modelo de vida y de sus costumbres”.

“En Ciudad Verde, en Soacha – Cundinamarca, un 80% de quienes compraron vivienda allí provenían de Bogotá. Hay un impacto grande en la forma de habitar, esto es muy significativo”, dijo Hurtado. 

A su turno Carlos Alberto Torres Tovar, explicó, “hay que señalar y entender que en el caso de Bogotá históricamente el suelo ha sido privado, ha sido poco el suelo público, de hecho no se tiene un banco referente a éste, eso dificulta la producción de la vivienda para la población de bajos ingresos e incluso los equipamientos…bajo el modelo de desarrollo el  económico es el determinante en la forma de organizarse la ciudad y el territorio, es decir, una ciudad no se ordena gratuitamente, sino en la forma en que el mercado utiliza el espacio”. 

Torres Tovar señaló además que “nuestra ciudad no es industrial, cuenta con una economía terciarizada, por lo tanto, vive de la dinámica que significa comercializar mercancías producidas, eso genera una lógica del espacio. 

“Una de las diferencias entre estas alternativas de gestión de la vivienda es el modelo en propiedad. Desde finales de la primera mitad del siglo XX, es el modelo aplicado y aún permanece, entre otras porque convirtió a la vivienda en un instrumento de desarrollo económico”, mencionó Montoya Pino.

Según la arquitecta Montoya, “Otra lógica es la del arriendo; Colombia es un país de arrendatarios (el 34%) de las viviendas son en arriendo y en Bogotá es el 43%, a sabiendas que no contamos con una política pública de arredramiento. En esa medida, es claro que el ideal de vivienda en propiedad, aunque permanece, está transformándose, claramente ligado a la presencia de otros valores y otras maneras de comprender la familia o el individuo y su papel en la sociedad”.

¿Qué piensan ustedes de este fenómeno, creen que este ideal sigue determinando las maneras de habitar o está entrando en conflicto con unas nuevas maneras de concebir la vivienda en Bogotá que al mismo tiempo generan otros patrones de habitabilidad?

Para Adriana Hurtado, el tema de esta idea de la vivienda propia marcó la trayectoria residencial, en ese sentido, “la trayectoria típica de los habitantes de Ciudad Verde, se dio precisamente con la idea de la vivienda propia, sacrificar la localización, el espacio y las redes de soporte social que tenían antes…Vivían en barrios populares en alquiler” dijo Hurtado.

Esta fue la única alternativa para obtener vivienda propia. “El país tiene el programa el -Semillero de Propietarios-. La política no se ha tomado para ofrecer otro tipo de oferta de vivienda. Colombia quiere generar un país de estratos medios y de consumo” sostuvo la antropóloga.  

Así mismo, Carlos Torres, apuntó “de alguna manera las incertidumbres que se generan a la hora del ahorro hacen que la vivienda se haya constituido en la forma privilegiada de ahorro en la población. La mayoría de los colombianos nos ubicamos en la vivienda como propiedad desde los años 70…como el motor principal de la economía y desde los 90 como los subsidios de vivienda”. 

“Hay un gran error en las políticas públicas de vivienda que se han impulsado en este país, es un problema de acceder a ella y en buenas condiciones con calidad de vida. No es lo mismo una vivienda para jóvenes que para gente adulta, o para una persona soltera. Las viviendas no satisfacen las necesidades en Colombia” comentó el profesor Torres. 

Seguido Patricia Rincón enfatizó “esa idea de la vivienda propia ha tenido un arraigo fuerte en todos los sentidos de la sociedad, desde los sectores de más altos ingresos que acumulan una forma de capitalización, hasta los de menores recursos; en estos últimos hay temor justificado de vivir en arriendo al no tener algo propio existe la amenaza del desalojo, y estar expuestos a perder todo… no hay un reglamento que proteja al inquilino”. 

La política pública de vivienda ha jugado siempre un papel determinante en todas estas transformaciones mencionó Ana Patricia Montoya. 

¿Creen que podría hablarse de una relación entre los modos de habitar, lo que representan social y culturalmente y la formulación de políticas públicas? Es decir, ¿Los modos de habitar de alguna u otra manera se han convertido en política pública? o ¿La política pública ha determinado o transformado las maneras de habitar en Bogotá? 

El profesor Carlos Torres cerró su intervención explicando que “particularmente las políticas públicas deberían ser la meta por alcanzar de toda la sociedad, que representen los intereses mayoritarios de la sociedad, el problema es que no ocurre de esta manera y tampoco en términos de vivienda”. Continúo, “se habla de la política de la puerta giratoria. Seguimos con unas políticas que no ven a la totalidad de la población, es decir, no corresponden de manera acertada. Este sigue siendo el debate en Colombia. 

Entre tanto para Patricia Rincón, evidentemente la falta de políticas públicas no deben estar a favor del mercado, “se requieren soluciones y políticas, hay visiones sectoriales economicistas, es decir, aquí prima lo sectorial y lo económico, entonces los créditos y las deudas son individuales. Esto en la forma de habitar es un gasto psicológico. La política pública debe ofrecer cosas diferentes. Cada uno defiende lo propio”.  

Para Adriana Hurtado, “en muchas ciudades latinoamericanas existen iniciativas que incorporan ciertos modos de habitar, sin incorporarse en una clara política pública, es decir, existe un modo de habitar que se asocia al vivir en una propiedad horizontal. En Ciudad Verde los ciudadanos le llaman la cultura de la propiedad horizontal, me explico, -media la relación de la personas con los espacios, están las restricciones de lo que se puede y no hacer en los diversos espacios que son restricciones estéticas y de comportamiento, de vecinos entre otros. Existen manuales de convivencia-. 

Finalmente la profesora Ana Patricia Montoya reiteró “queda la necesaria conciencia de los retos y responsabilidades que tenemos desde la academia y la administración pública frente a las realidades de habitabilidad de la vivienda, el crecimiento de la ciudad y las garantías de la calidad de la vivienda para los bogotanos”.

Participantes 

  •  Adriana Hurtado Tarazona. Antropóloga, Magíster en Planificación y Administración del Desarrollo Regional, Doctora en Antropología y profesora del CIDER en la Universidad de los Andes.

  • María Patricia Rincón Avellaneda. Arquitecta, Magíster y Doctora en Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, y profesora asociada de la Universidad Nacional de Colombia. Es líder del grupo de investigación Arquitectura-Ciudad-Territorio, y entre 2011 y 2020 fue Coordinadora de la Maestría en Ordenamiento Urbano Regional de la Universidad Nacional. 

  • Carlos Alberto Torres Tovar. Arquitecto, Magíster en Urbanismo, Doctor en Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, Doctor en Arquitectura y Ciudad de la Universidad de Valladolid, y profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia. Es editor general de la revista indexada Bitácora Urbano Territorial, líder del grupo de investigación “Procesos Urbanos en Hábitat, Vivienda e Informalidad”.

Moderadora

Ana Patricia Montoya Pino. Doctora en Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia; Magíster en Historia y Teoría de la Arquitectura y la Ciudad de la misma Universidad; Arquitecta de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Profesora del Instituto de Estudios Urbanos.

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    Escrita por Milton Medina 

    Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

    • Etiquetas: Ciudad, Habitar, Políticas, Públicas, Territorio, Vivienda
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