De acuerdo con el sociólogo Victor Manuel Alarcón ha habido un proceso de pérdida de lo religioso. “La modernidad tiende a liquidar la religión; prácticamente Dios se descentra del mundo, toma distancia por iniciativa del hombre”, por lo que “partimos de la idea de un Dios que se ha escondido”, dijo.  

“Occidente ha sido atravesado por la religión, donde tradicional y culturalmente se parte del presupuesto de la existencia de Dios, lo problemático es cuando ese Dios se esconde, se aparta, cuando su ocultamiento nos deja desprovisto de oportunidad”, consideró. 

En ese sentido, el antropólogo Carlos Andrés Alarcón señaló que occidente es la heredera de Semana Santa. “Esa resignificación social que trajo consigo la muerte de una persona y la aparente resurrección transmutó todo lo que teníamos en el orden de cultura; Occidente va a ejercer un andamiaje nuevo en torno a una nueva creencia”, manifestó. 

“La pasión, la cruz de Cristo evoca nuevas cosas aún en el referente de ciudad. Las ciudades latinoamericanas se enmarcan en esa plaza que tiene en su centro la iglesia, y el día de descanso pasa de ser el sábado al domingo. Esta cantidad de variables religiosas son permeadas por la semana de pasión. Es un momento de reflexión para el creyente pero también para el no creyente porque es el momento de pensar su cultura”, agregó. 

Victor Manuel Alarcón también reflexionó sobre el hecho de que Cristo fuera crucificado fuera de la ciudad. “En la tradición hebraica fuera de la ciudad estaban el mercado, los sitios de prostitución, los asaltantes de caminos... Jesús es puesto al éxodo, es un Dios que ahora entendemos fue puesto por el hombre en la periferia y a partir de eso tiene que volver a la ciudad”, sostuvo. 

Los investigadores abordaron la paradoja de un Dios que aboga por la reconciliación y al mismo tiempo se esconde y toma distancia de los problemas del hombre.