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Paisaje Cultural Cafetero de Colombia: situaciones particulares frente a su preservación

Publicado el Lunes, 20 Marzo 2023, en Divulgación académica, Destacados

El esfuerzo por declarar el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia (PCCC) como patrimonio cultural —primero a nivel mundial (2011) y luego nacional (Resolución 2079/2011 y Ley 2245/2022)— puede considerarse como la primera gran acción, por parte del gobierno nacional, de efectiva aproximación entre temas patrimoniales y de planeamiento territorial.

Escrita por:
** Larissa Silva-Dias
***Ana Patricia Montoya Pino
****Flávia Brito do Nascimento

El esfuerzo por declarar el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia (PCCC) como patrimonio cultural —primero a nivel mundial (2011) y luego nacional (Resolución 2079/2011 y Ley 2245/2022)— puede considerarse como la primera gran acción, por parte del gobierno nacional, de efectiva aproximación entre temas patrimoniales y de planeamiento territorial. 

Ubicado en la región central del país, en laderas de las cordilleras Central y Occidental, el PCCC fue inicialmente representado por los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca. De acuerdo con la declaratoria inicial, su zona principal alcanzaba 47 municipios, comprendiendo 411 veredas y 24.000 fincas, donde vivían más de 80.000 personas (Ministerio de Cultura, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, 2010, p.53)1. Además de ser un espacio agro productivo, el PCCC está constituido por escenarios naturales y urbanos, que, sumados a la cultura de sus habitantes, lo hacen un paisaje singular en Colombia y el mundo.

Esta declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), del PCCC como patrimonio mundial señala el término de un largo proceso de estudio y valoración iniciado en 2001, a través de múltiples agentes como el Ministerio de Cultura, las gobernaciones de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, Valle del Cauca y Tolima, diversas universidades de esas regiones y la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Aunque el Ministerio de Cultura gestionó todo el proceso, es importante entenderlo como un proyecto regional originado en el interés local por solicitar la inscripción del Centro Histórico de Salamina (Caldas) en la Lista del Patrimonio Mundial (Saldarriaga, Duis, 2010, p.09). Eso es muy significativo una vez que evidencia cómo el gobierno nacional seleccionó el territorio que podría ser valorado como patrimonio cafetero a partir de una mirada histórica que priorizó estas regiones.

La construcción de la mirada plural reconocida en el PCCC fue posible en virtud de la multiplicidad de temas, integración de ideas y discusiones desarrolladas en las cartas y recomendaciones patrimoniales de la UNESCO y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). Durante las últimas dos décadas del siglo XX, temas como medio ambiente (Declaración de Nairobi, 1982), ordenación del territorio (Declaración de Tlaxcala, 1982), desarrollo sostenible (Carta de Rio, 1992) y la perspectiva de una conservación integral (Recomendación Europa, 1995) fueron, poco a poco, principios incorporados a la legislación colombiana, de modo que leyes referentes al medio ambiente (Ley 99/1993) y al ordenamiento territorial (Ley 388 de 1997) pasaron a considerar la preservación del patrimonio cultural como tema del desarrollo regional. De tal modo, al inicio del siglo XXI, en el reconocimiento y valoración de la caficultura colombiana, el país ya tenía un diálogo consistente alrededor del patrimonio y contaba con una legislación que lo consideraba como elemento primordial en las políticas ambientales y los procesos de planeamiento del territorio.

Aunque esto es un paso significativo en la trayectoria del patrimonio colombiano, es importante comprender que el proceso de valoración y declaración del PCCC como bien cultural presenta situaciones particulares, resultado de una relación compleja entre la población y su territorio para construir el paisaje cafetero cuya preservación frecuentemente desafía las lecturas y acciones propuestas en el dossier (Rivera, 2020; Ramírez, Saldarriaga, 2013). Dichos puntos de incongruencia se presentan a continuación a partir de dos criterios: la escala de la valoración y la fragilidad de la preservación del patrimonio cafetero de Colombia.

Reflexiones frente a la escala de la valoración

Aunque la legislación colombiana ha aproximado el tema patrimonial al campo del planeamiento territorial, no ha generado directrices sobre la cultura cafetera en el país, como proyecto nacional, que permita orientar a los municipios productores de café —respetando su autonomía administrativa— en la planificación de los territorios capaces de preservar la cultura cafetera del país. La existencia de una mirada como “proyecto nacional” permitiría reconocer el valor de la caficultura en Colombia desde su heterogeneidad, logrando su preservación integral.

Aunque históricamente la caficultura ha tenido relación con el poblamiento del territorio de la Cordillera Central (Zambrano, Bernard, 1993, p.66), actualmente, el cultivo de café es muy amplio: ocurre desde la Sierra Nevada hasta el sur del país, en regiones con condiciones geográficas favorables (entre 1.200 y 1.800 metros de altitud). Sin embargo, al mirar la dimensión del espacio declarado como PCCC se pone en cuestión la representatividad de lo reconocido y valorado como patrimonio cafetero —141.120 hectáreas— frente al tamaño de la caficultura en el país —cerca de 840.000 hectáreas— (Ministerio de Cultura, Federación Nacional de Cafeteros De Colombia, 2010, P.32; Federación Nacional de Cafeteros De Colombia, 2021).

Teniendo en cuenta los desafíos alrededor de la gestión del PCCC y la escala de la caficultura colombiana, es indiscutible la inviabilidad de declarar todo como patrimonio cultural. Además, los estudios y el desarrollo del proceso no consideraron la pluralidad de la totalidad de estos espacios cafeteros y sus heterogéneas manifestaciones culturales a lo largo del territorio del país. Sin embargo, tal situación se convierte en algo problemático al constatarse, como se precisa en el dossier, que las zonas declaradas son las más representativas del paisaje cultural cafetero de Colombia (Ministerio de Cultura, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, 2010, p.192). Es decir, son las que más bien retratan la producción y la cultura del café del país, la cual es más amplia y múltiple.

Reflexiones sobre la fragilidad de la preservación

La preservación del PCCC como bien cultural nacional y mundial está determinada por instrumentos específicos: el dossier, que describe el paisaje y sus atributos, y el Plan de Manejo (PM), que presenta directrices estratégicas y herramientas claras que orientan y ordenan las transformaciones de ese paisaje teniendo en cuenta la preservación de sus valores. Sin embargo, las medidas desarrolladas en el PM presentan cierta fragilidad frente a la protección y preservación del patrimonio, lo que impactaría negativamente la declaración de la UNESCO si los atributos considerados en la valoración del PCCC cambiaran o dejaran de existir.

La cultura cafetera del PCCC se expresa no sólo en las condiciones, más visibles y puntuales en el dossier, sino también en las relaciones que la comunidad establece entre el ambiente y sus actividades como la gastronomía, las vestimentas típicas, el modo de cosechar el café, los cantos e historias tradicionales, etc. Aunque el PM intente incluir la preservación de diversos bienes del PCCC, muchos otros quedan por fuera o no se establece una relación integral entre estos como condición de su necesario fortalecimiento. En ese contexto, se presentan dos situaciones: primero, algunos bienes inmuebles de interés arquitectónico y expresiones culturales incluidos en el PCCC no cuentan con otro tipo de valoración particular que garantice su preservación. Y segundo, dentro del PCCC hay, al mismo tiempo, patrimonios declarados e incluidos en las Listas Representativas de la Nación —como Patrimonio Cultural Inmaterial o Bienes de Interés Cultural— de distintos tipos, niveles y alcances que confieren mayor complejidad a la preservación del PCCC: es el caso del Carnaval de Riosucio (Resolución 1658/2011) y las estaciones de ferrocarriles (Decreto 746/1996). De esta manera, si la UNESCO modificara o quitara la declaratoria del PCCC, los patrimonios declarados por la nación en esta área permanecerían aisladamente, pero no representarían, ni permitirían salvaguardar por sí solos la cultura cafetera de la región.

Asimismo, el PM presenta una estructura detallada que conecta y define las responsabilidades de cada institución en la gestión y preservación del PCCC (Ministerio de Cultura, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, 2010, p.354-356). Sin embargo, la población, además de ser parte del proceso de generación de ese paisaje y quien lo vive y maneja diariamente, no tiene su presencia considerada en las acciones de preservación diseñadas por el PM. Tampoco el dossier presentado a la UNESCO contempló evidencias del desarrollo de la valoración continua en diálogo con la comunidad. La ausencia de la población tanto en la valoración como en la práctica del PM puede convertirse en la principal dificultad de protección y preservación del PCCC, una vez que el patrimonio tiene un origen social (Meneses, 2012, p.32). Es decir, su efectivo conocimiento y valoración sólo ocurre cuando las personas relacionadas con el bien cultural son consideradas e integradas a los procesos de valoración, declaración y preservación.

Reflexión final

Finalmente, y a pesar de las posibles incongruencias en el proceso de valoración y preservación del PCCC, es fundamental percibirlo como una acción significativa para la cultura, el patrimonio de la caficultura colombiana y el planeamiento del territorio. Si bien la zona delimitada por el PCCC no tiene la mayor producción cafetera de Colombia (Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, 2021), su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial posibilitó su presentación en el mundo, el fortalecimiento del turismo, mecanismos de desarrollo económico para la región, la atención dedicada al tema del paisaje cultural, su gestión, la presencia de la academia como agente determinante en el proceso de patrimonialización, etc. 

Así, a partir de los esfuerzos por la declaratoria y los grandes retos que enfrenta, el PCCC, se convierte en un tema vigente y con grandes posibilidades de desarrollo investigativo para preservar el patrimonio cultural del café en Colombia.

Bibliografía

Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. “Colombia Cafetera: caficultura a diciembre 31 de 2021” [en línea]. Online, 2021. Disponible en: <https://federaciondecafeteros.org/servicios-al-caficultor/colombia-cafetera/>.

MENESES, Ulpiano. “O campo do patrimônio cultural: uma revisão de premissas”. En: I Fórum Nacional do Patrimônio Cultural: desafios, estratégias e experiências para uma nova gestão, Ouro Preto, 2009: IPHAN, 2012. vol.1, pp. 25-39.

Ministerio de Cultura. Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. “Coffee Cultural Landscape: An exceptional fusion of nature, collective human effort and culture” [en línea]. Bogotá – Colombia: Conceptos y Estrategias, 2010. 2002p. Disponible en: <https://paisajeculturalcafetero.org.co/wp-content/uploads/2022/10/librodeclaratoriaunesco-1.pdf>.

RAMÍREZ, Sebastián; SALDARRIAGA, Carolina. “Usos y abusos del paisaje cultural cafetero: una reflexión desde el concepto de patrimonio”. En: Jangwa Pana. Enero-Diciembre, 2013. vol.12, p.115-128.

RIVERA, Tatiana. “Paisajes Cafeteros, Redes Férreas y Patrimonio Industrial: Configuraciones morfo territoriales de procesos productivos locales en el Paisaje Cultural Cafetero colombiano”. En: Identidades: territorio, cultura, patrimonio. 2020. no. 9.

SALDARRIAGA, Carolina; DUIS, Urte. “Paisaje Cultural Cafetero Colombiano”. Pereira, Risaralda – Colombia: Publiprint, 2010, 28p.

  • [1] Estos datos corresponden a la Zona Principal del PCCC, delimitada en el dossier enviado a la UNESCO en 2010, y además son diferentes en la documentación en inglés y en español. A partir de la Ley 2245 de 2022, se amplió la delimitación de la Zona de Amortiguamiento del PCCC: a los 51 municipios del área inicial (zona principal y de amortiguamiento), fueron incluidos otros 35 municipios cafeteros del departamento de Huila.

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    *052

    **Estudiante de maestría de la Faculdade de Arquitetura e Urbanismo da Universidade de São Paulo (FAU USP), bajo la tutoría de la Profa. Dra. Flávia Brito do Nascimento, y pasante en el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia (IEU UNAL), bajo la tutoría de la Profa. Dra. Ana Montoya Pino, con becas FAPESP (procesos n. 2021/01105-7 y n. 2022/03593-1). Su línea de trabajo investigativo es la historia de la arquitectura y urbanismo especialmente en temas del patrimonio cultural. Actualmente investiga los procesos de patrimonialización de la caficultura en São Paulo y Colombia. larissa2.silva@usp.br

    ***Doctora en Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia; Magíster en Historia y Teoría de la Arquitectura y la Ciudad de la misma Universidad; Arquitecta de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Ha sido profesora en la Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad Nacional de Colombia y Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano; profesora invitada de la Universidad Autónoma de México (México) y Universidad de Sao Paulo (Brasil). Ha desempeñado cargos administrativos en la Universidad Nacional de Colombia en la Oficina de Relaciones Internacionales y ha estado vinculada en diferentes proyectos de extensión del Instituto de Estudios Urbanos de la misma universidad. Profesora y coordinadora del Centro Editorial del IEU. apmontoyap@unal.edu.co

    ****Arquitecta e historiadora, profesora de grado y posgrado de la Faculdade de Arquitetura e Urbanismo da Universidade de São Paulo (FAU USP). Fue arquitecta en el IPHAN/SP (2005-2013), donde desarrolló variados estudios técnicos, como del Paisaje Cultural del Vale do Ribeira y de la delimitación del Centro Histórico de Iguape. Posdoctora por la Universidad de Paris 1 Panthéon-Sorbonne. Autora de los libros "Entre a estética e o hábito: o Departamento de Habitação Popular, Rio de Janeiro, 1946-1960" (Prefeitura do Rio, 2004), "Blocos de Memórias: habitação social, arquitetura moderna e patrimônio cultural" (Edusp/Fapesp, 2016) y coautora de “Domesticidade, gênero e cultura material” (Edusp, 2017). Actualmente es diretora del Centro de Preservação Cultura de la USP. flaviabn@usp.br

    Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

    • Etiquetas: cafetero, Paisaje, urbanismo
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