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Mocoa, entre la esperanza de una reconstrucción y el miedo de una nueva avalancha

Publicado el Jueves, 05 Abril 2018, en Divulgación académica

Cumplido un año de la tragedia ocurrida en la capital del Putumayo, sus habitantes viven entre la ilusión de un cambio trascendental en el municipio que les fue prometido y la zozobra ante la amenaza latente de una nueva avalancha, justo en esta época de invierno.

Mocoa, un año después de la avalancha. Foto: Paola Medellín

 

Prometieron un cambio total; en 6 u 8 meses Mocoa sería diferente, pero aún no se ve nada”. Así lo manifiesta Ludy Mavisoy, una joven madre de familia que la noche del 31 de marzo y la madrugada del 01 de abril de 2017 no dudo en ayudar a sus vecinos a evacuar y buscar refugio, en medio de una lluvia sin precedentes.

Todavía se ven en las paredes de las casas del barrio San Miguel las huellas de las piedras que sin clemencia arrasaron con todo a su paso. Se observan las rocas de más de cuatro metros que no han sido destruidas y los árboles que el lodo secó; se percibe tristeza y desolación. “Las personas a penas se están recuperando tanto de la pérdida de sus seres queridos como de las cosas materiales; apenas empiezan a sonreírle de nuevo a la vida. Siempre va a quedar tristeza y soledad en nuestros corazones; pasará mucho tiempo para que las cosas vuelvan a la normalidad”, expresa Ludy.

Mocoa 4 IEU

 

En medio del duelo que viven los mocoanos por estos días, una luz de esperanza apareció con la entrega de las primeras 100 viviendas (de 1.209 proyectadas) prometidas por el gobierno nacional, a las cuales se sumarán otras 200 en los próximos meses. Sin embargo, para Ludy Mavisoy esto no es suficiente: “Las casas las entregan, pero no tienen acueducto ni alcantarillado, solo tienen agua que les suministran por bombas. Esas casas no deberían entregarlas porque algunas no están terminadas”.

Para Ludy, 100 viviendas siguen siendo poco para los miles de personas damnificadas; como ella, decenas de mocoanos sienten que la reconstrucción, que tiene una asignación presupuestal de $1,2 billones y que está programada a tres años, no avanza como se esperaba. Frente a este inconformismo, el presidente Juan Manuel Santos señaló: “Para hacer bien la reconstrucción toma tiempo y lo hemos querido hacer de la mejor forma posible”.

“Taparon la verdad”

Según datos oficiales, la avalancha en Mocoa dejó 333 muertos, 398 heridos, 76 desaparecidos y 22.310 damnificados, no obstante, la percepción de los habitantes es otra: “Estuve con Defensa Civil, con los Bomberos, ayudé a socorrer personas, ayudé en la búsqueda de sobrevivientes y después de cuerpos. Son más de mil muertos”, asegura Ludy.

“Lo que dice el Gobierno es mentira, porque ese Gobierno no estuvo acá, no los contó. Quisieron tapar las cifras porque si decían la verdad tenían problemas la gobernadora, el alcalde y Corpoamazonía; ellos sabían que esto podía pasar”, insistió.

Mocoa 6 IEU

 

Para ella las cosas “nunca se hicieron bien”, primero, porque no hubo un sistema de alarmas para avisar a los habitantes que debían evacuar y por la falta de monitoreo de ríos y, segundo, porque una vez ocurrida la tragedia no hubo un proceso ordenado para la entrega de cuerpos, razón por la cual todavía hay familias buscando a sus seres queridos.

Una tragedia que se puede repetir

El geólogo Germán Vargas Cuervo, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), asegura que tarde o temprano, de mayor o menor magnitud, una avalancha puede volver a presentarse en Mocoa, ya que el ambiente natural sobre el que está asentado este municipio es un abanico fluviotorrencial. Es decir, es un territorio altamente vulnerable a avenidas torrenciales y otros fenómenos asociados al río Mocoa, donde desembocan los ríos Taruca, Sangoyaco y Mulato.

A esto se suma la preocupación de los mocoanos al ver que muchos de los damnificados de esta avalancha están regresando al barrio San Miguel y los otros sectores afectados, ya que ha sido difícil encontrar una vivienda de calidad a un costo accesible.

“Es difícil en Mocoa, después de la avalancha, encontrar un arriendo económico, vale $500 o $600 mil pesos fuera de servicios, eso hizo que la gente volviera a San Miguel. A los damnificados solo les llega $700 mil pesos para dos meses. Eso no alcanza ni para comer”, dice Ludy.

Mocoa

 

Al respecto, el académico señala que la población que aún permanece en este abanico fluviotorrencial tienen que ser reubicadas en el marco de un plan de ordenamiento y planificación urbano. Según una investigación del Grupo de Investigación en Geotecnia, que lidera el profesor Vargas, “sí hay en el municipio sectores en los que se puede brindar algún tipo de seguridad”.

De acuerdo con investigaciones adelantadas por el académico, gran parte de las poblaciones están ubicadas dentro del lecho de los ríos, es decir, “no es que sean eventos extremos o asociados al cambio climático, sino que cualquier creciente que el río tenga que amortiguar, sus aguas van a ocupar sus espacios naturales y por esto puede afectar todo lo que se ubique en el abanico”, explicó

Colombia tiene que entrar en esa etapa de ordenamiento y planificación o sino cada invierno vamos a tener más y más problemas”, finalizó el geólogo Germán Vargas Cuervo.

  • Escrito por Paola Medellín

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    • Etiquetas: AGU, avalancha, Mocoa, reconstrucción, tragedia
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