De acuerdo con el investigador y experto en ordenamiento territorial, Sergio Bustamante, presentador del libro “Medellín: territorio, conflicto y Estado. Análisis geoestratégico urbano” en la FILBo 2015, tres son, por lo menos, las novedades que se encuentran en el libro. Una, la del fenómeno que reconoce; dos, el enfoque con el que lo aborda; y tres, los rasgos característicos de aquel que, aunque pueden ser planetarios, tiene sus propias y singulares especificidades.

Sobre lo primero, dice el profesor Bustamente, en el libro se alude a la naturaleza metropolitana y regional del fenómeno urbano que caracteriza a Medellín. Son numerosos los problemas que se originan en el proceso de aglomeración urbana, lo que contrasta con la debilidad de la institucionalidad existente para gestionarlos. Donde la Constitución y las leyes ven municipios conurbados, existen en realidad complejos sistemas territoriales poco conocidos y peor intervenidos.

La segunda, la novedad del enfoque, radica en que articula la geografía, el ordenamiento territorial, los flujos y dinámicas propios de la vida urbana, los conflictos y la capacidad del Estado local para gobernar esas complejas realidades, con especial énfasis en el control del territorio. Además, introduce en nuestro medio el concepto de “guerra híbrida” y lo utiliza para interpretar lo que ocurre en la segunda ciudad de Colombia.

Y la tercera cuestión se refiere precisamente a cómo el resultado del análisis geoestratégico concluye que Medellín es un posible nodo de la criminalidad transnacional, donde organizaciones al margen de la ley le disputan al Estado local el control del territorio, para monopolizar rentas ilícitas, impartir justicia y controlar y restringir los movimientos de la población.

Estos son, a juicio del presentador del libro, los elementos que caracterizan ese hecho metropolitano y regional, lo que ha conducido a varios analistas a afirmar que, desde la perspectiva de la gobernabilidad, “Medellín no es soberana”.