Para Adriana Parias, profesora del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia, “en los últimos 35 años los déficits tanto cualitativos como cuantitativos de vivienda no se han podido superar y eso obedece a que tenemos una sola política de vivienda y es la de subsidio”. 

“Además están localizadas en zonas muy periféricas y sus tamaños son muy pequeños, alrededor de 49 metros cuadrados para una familia de cuatro o cinco personas”, indicó la investigadora.

Informalidad, uno de los principales problemas

“La informalidad en el país aumentó, según el censo del periodo 1993 a 2005 la cifra era del 65%, sin embargo, estamos esperando la cifra del censo realizado en 2018”, señaló Parias.

Para la docente la informalidad también creció y tuvo alta demanda debido a que estas viviendas están mejor ubicadas que las de interés social, las cuales son muy periféricas y la gente prefiere quedarse con un lugar más céntrico así sea en arrendamiento.

“Por otro lado los municipios y los gobiernos locales no hacen uso de la gestión del suelo y eso hace que el mercado sea especulativo, con unos precios crecientes, impidiendo que hayan suelos accesibles para vivienda social en buenos lugares”, agregó.

Para la académica, el Plan de Desarrollo tiene una propuesta interesante frente a la política de vivienda, dado que si bien conserva como eje mayor el subsidio, introduce algunos elementos diferentes sugeridos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

“Uno de esos es del subsidio de arrendamiento, el cual da un plazo de tiempo para que la persona pueda ahorrar un porcentaje de su ingreso y después de 10 años acceda al subsidio y a la compra de vivienda nueva o usada”, concluyó Parias.