En el marco del Foro: “El POT de Bogotá: ¿Hacia una visión integrada y sustentable del territorio?”, del pasado 30 de noviembre, el arquitecto de la Universidad Nacional y profesor vinculado del Instituto de Estudios Urbanos, Fernando Montenegro, abordó en su presentación el devenir y los escenarios prospectivos de la urbanización de Bogotá con base en la revisión y actualización del Plan de Ordenamiento Territorial –POT-, señaló que lo importante es entender qué va a pasar con la ciudad.

El profesor Montenegro señaló que “el POT nuca será el objeto que se va a desarrollar, siempre será un mundo abierto en el que nos tenemos que mover con inteligencia y voluntad de lograr cosas, pero jamás se logrará entender debido a que la ciudad cambia día a día. El POT es un proyecto, un conjunto de acciones a futuro una complejidad difícilmente de lograr, y aún más, de materializar”.

No hay plan que se cumpla de manera integral, ni siquiera parcialmente, el plan es una guía que permite inventar y reinventar la ciudad en un proceso continuo de aprendizaje que cada vez se torna más complejo, siempre ha sido así, afirmó el profesor una vez tocó el tema con respecto a las polémicas que genera el para qué sirven los planes.

Han pasado 20 años desde el inicio de la última fase de la planeación urbana, y por tanto no se puede seguir especulando sobre realidades conceptuales que se cumplan en todos los planes.

Indicó que todos tenemos la voluntad de desarrollar una ciudad sustentable y sostenible, por lo cual las discusiones sobre ciertos principios deben dejarse de lado toda vez que todos queremos llegar a lo mismo. Necesariamente se deben empezar a discutir situaciones mucho más específicas y precisas sobre el ordenamiento, en este caso del ordenamiento territorial. El POT fundamentalmente es una herramienta para guiar el desarrollo del crecimiento de la ciudad.

A su vez enfatizó que la ciudad colombiana se encuentra en una fase muy complicada y difícil, de una parte, se ordena en grandes regiones urbanas, aglutinando mercados y demandas económicas y de otra trata de modernizarse y ponerse a tono con el entorno natural. En Colombia en los últimos años se ha venido presentando un fenómeno natural y es la conformación de grandes regiones urbanas; no se habla de Medellín sino el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, no se habla de Cartagena sino del Caribe, no es Manizales sino el Eje Cafetero, es decir, el país se ha venido construyendo sobre una red de ciudades que en los últimos años ha pasado a ser una red de regiones urbanas.

Adicionalmente, esas regiones tienen un comportamiento presionado por el comportamiento global de las ciudades. Las grandes regiones urbanas que están creciendo en el mundo, crecen fundamentalmente cerca a las costas de los océanos y de los mares, máximo 300 o 400 km, y las otras que crecen son unas grandes aglomeraciones que tienen una capacidad política administrativa y productiva importante; París, Madrid, Bogotá, México, son ciudades que están lejos del litoral pero que tienen una capacidad ya probada de crecimiento y son la que van a seguir creciendo.

Por otro lado, mencionó que hay dos temas importantes en la planeación del mundo contemporáneo, (i) la consolidación integral y equilibrada del territorio urbano, es decir, la capacidad que tiene la ciudad para reconstruirse, modernizarse, densificarse y responder día a día a las nuevas demandas que la población propone. Y, (ii) la previsión integral y equilibrada de los procesos de crecimiento; esto significa que la ciudad continuará creciendo porque tiene una dinámica que le imprimió ese hecho.

“Colombia es un país de ciudades grandes, es la tercera población en el continente latinoamericano después de Brasil y México. La población colombiana se afinca principalmente en las ciudades y va a seguir siendo así, difícilmente alguien va a frenar esa problemática”. Así lo expuso el profesor Montenegro aterrizando la realidad colombiana.

El reto está en entender de qué manera se puede lograr la consolidación de la ciudad mucho más de lo que es hoy en día, mantener un crecimiento poblacional armónico y correcto ese es el reto.

“Hay que hacer una elaboración más cuidadosa, más detallada, porque el POT permitió conocer qué es una ciudad y comprender en dónde estamos ubicados. Los planes empezaron siendo una operación institucional del Estado con el fin de entender cómo se podían planificar las ciudades. Hoy en día el POT sirve para que las personas entiendan cuáles son los problemas de la ciudad y qué se debe discutir”, argumentó en su intervención.