Para el Director del Instituto de Estudios Urbanos, Carlos Alberto Patiño Villa:

“Uno de los fenómenos más interesantes en los últimos años o en las últimas décadas tanto en Colombia como en América Latina y el mundo, gira alrededor del problema del Gobierno Urbano, gobernar una ciudad hoy, ya sea una gran ciudad o una ciudad intermedia, se ha convertido en un ejercicio muy importante que establece una gran diferencia con respecto a los Siglos XIX y XX”.

“Lo anterior, por cuanto en la actualidad, al igual que en la antigüedad los Estados son importantes y exitosos en la medida en que puedan gobernar ciudades exitosas, que tengan la capacidad de influir sobre el desarrollo y tener un impacto importante en las sociedades”.

No obstante, esto se convierte en una talanquera para el mundo contemporáneo en donde las decisiones de gobierno urbano parecen estar en conflicto permanente con los gobiernos del nivel nacional.

De forma tal que como lo expresa el Profesor Patiño, “lo que hemos visto en las últimas tres décadas en una consolidación de la tensión permanente entre las grandes ciudades y los gobiernos del nivel nacional”.

“Esa tensión no se va a resolver fácilmente, y es una tensión que pasa por elementos constitucionales, de autonomía y descentralización y de desintegración o desestructuración de los grandes Estados, generando la emergencia de una serie de pequeños y medianos Estados que se conforman alrededor de grandes ciudades”.

En este contexto se hace necesario estudiar el gobierno urbano, comprendido como un concepto complejo en construcción, que aún no marca un punto de referencia o de debate político frente a los mecanismos en las cuales puede ejecutarse las condiciones de gobierno de las áreas urbanas contemporáneas, marcadas por los procesos de aglomeración.

Y en el que se hace evidente que seguir gobernando las áreas urbanas bajo la óptica del municipalismo parece no ser el camino adecuado, puesto que la dinámica política, social, económica y cultural de las urbes conllevan una realidad gubernamental que se diferencia del gobierno de los estados-nación, tanto en su dimensión territorial como respecto a las respuestas que exigen los ciudadanos.

Lo anterior, dado que cada vez es más fuerte la compleja relación entre las áreas urbanas y los Estados, este se convierte en un tema de tensiones y confrontaciones que aún no está resuelto, en donde se enfrentan los procesos de urbanización con un entramado institucional desbordado por los límites político administrativos tradicionales.

Boletín escrito para el Observatorio de Gobierno Urbano del IEU.

Autor: Daniela García Mora