De acuerdo con el Banco Mundial, el 20% de los jóvenes en Colombia son población ‘nini’, ni estudian ni trabajan, y según el reciente informe de Mercado Laboral de la Juventud, del Departamento Nacional de Estadística (DANE), la población joven en el país presentó en el trimestre móvil diciembre 2017- febrero 2018, una tasa de desempleo para jóvenes de 14 a 28 años de 17,7%.

Para el profesor Giraldo este es un panorama desolador ya que son muchos jóvenes sin oportunidades; a esto se suma que estudiar y ser profesional ya no es garantía de encontrar y mantenerse en un trabajo con buenas condiciones laborales.

“Hace unas 5 décadas, estudiar y ser profesional significaba tener un empleo estable y un ascenso social; hoy en día tener eso no lo garantiza, porque los trabajos que se obtienen son parciales, de tiempo incompleto y contratos que se renuevan día a día”, dijo.

Lo anterior, según el académico, se convierte en un mundo de inestabilidad laboral que genera desazón en la juventud porque finalmente no tienen un horizonte de progreso en el largo plazo.

“Las generaciones anteriores decían a sus hijos que no tenían nada más que ofrecerles que la educación y con eso se construía un futuro social, hoy en día la educación no es ninguna riqueza, no es garantía de nada”, manifestó.

El profesor explicó que estructuralmente, algunos de los problemas del mercado laboral juvenil en Colombia son:

Falta de oferta de empleo: cuando es joven dicen que no tiene experiencia y cuando es mayor, que está muy viejo para el trabajo o está sobre calificado.

Inestabilidad y bajos salarios: los empleos que se le ofrece a esta población son de corto plazo, de trabajos que de alguna manera no tienen nada que ver con lo que la persona aspira o con su vocación y son mal remunerados.

Lo anterior, señala el experto, relacionado con el debilitamiento del sector productivo en Colombia, la tercerización de los modos de producción y la financiarización de la economía, entre otros.

En consecuencia, “la profesión no sirve porque muy pocos logran insertarse en el desarrollo de su profesión, entonces la mayoría terminan en actividades de ‘rebusque’, que hace referencia a los oficios que surgen de la oportunidad”.

El profesor puntualizó que los jóvenes de hoy serán los dirigentes del mañana y, por tanto, en ellos está el desafío de cambiar las instituciones por unas que permitan otras estrategias para mejorar el mercado laboral juvenil y la garantía de una buena calidad de vida cuando se llegue a la vejez.