Estos comicios se realizarán el 29 de octubre de 2023 en Colombia y se elegirán 32 gobernadores, 418 diputados de las asambleas departamentales, 1.102 alcaldes, 12.072 concejales y 6.513 ediles.

Una de las novedades de estas votaciones es que Bogotá podría tener una segunda vuelta, gracias a una reciente reforma . “En los entes territoriales varios temas estarán en la agenda pública. Uno de ellos es la intención de modificar la clasificación de municipios, que quedó contemplada en el Plan Nacional de Desarrollo. Además, se mirará la relación entre la democracia local y los objetivos que se traza el gobierno nacional que de una u otra manera va a tocar la arquitectura institucional que tienen los entes territoriales”, señaló Oróstegui.

Por su parte, el profesor Patiño recordó que en los comicios pasados varios candidatos llegaron al poder no por los acuerdos con los partidos u organizaciones políticas convencionales. Tres de ellos fueron: Claudia López en Bogotá, Daniel Quintero en Medellín y Jorge Iván Ospina. El docente cuestionó acerca de si realmente existió una renovación en la práctica del gobierno urbano.

A la pregunta el profesor Montenegro respondió: ”Desde la Constitución del 91 sí ha cambiado la influencia de la política local y municipal. Hoy en día los alcaldes son protagonistas dentro del ámbito político nacional. Hay cierta noción de independencia en estos tres casos (Bogotá, Medellín y Cali). Claudia López antes de llegar a la alcaldía no existía en el país, Daniel Quintero, personalmente lo conocí cuando llegó a este cargo y lo mismo pasó con Ospina. Esto conlleva a situaciones sumamente importantes y es que las políticas locales se vuelven un asunto de orden nacional”.

Papel de los partidos políticos

Cerca de 70 partidos y movimientos políticos volvieron a tener personería jurídica para estas elecciones. “Nos devolvimos 20 años, pero en esa época existía el método de cociente electoral, que premiaba que tuvieran acceso al poder. Ahora, con la cifra repartidora y el tema del umbral, todos estos partidos van a dar muchos avales, sin embargo, la posibilidad real de llegar al poder va a ser escasa, porque el nuevo método premia a los partidos que pasen el umbral y la cifra repartidora”, acotó Oróstegui.

Hace 20 años, se dio la llamada “operación avispa”, donde pequeños partidos políticos sin gran capacidad de representación tuvieron un papel importante en las corporaciones locales y en el Congreso, recordó Patiño.

Según Montenegro, el partido político se ha vuelto un instrumento para acceder al gobierno y generalmente lo hace a través de medios digitales, porque son muy eficientes.

La pandemia como eje transformador de la política
De acuerdo con Montenegro, la pandemia multiplicó la interacción de las personas a través de las redes sociales. “Hoy cualquier persona puede saber qué pasa con el gobierno de Cali, Leticia u otra ciudad sin estar allá y juzga si le parece bueno o malo e incluso hacen evaluaciones de logros y equivocaciones en dichas gestiones. Además, los gobiernos locales pueden ser un trampolín para llegar a la presidencia. Recordemos que Gustavo Petro, fue alcalde de Bogotá”.

En ese sentido Oróstegui afirmó que la pandemia generó transformaciones en los entornos urbanos. “La gente le perdió el miedo a las tecnologías y eso para el tema de las ciudades facilita la relación con las instituciones. Además, la pandemia potenció muchos de los temas urbanos en la agenda nacional “.

Temas electorales
La seguridad y movilidad son temas constantes en nuestras urbes, que varían de acuerdo al contexto local. También aparecieron otros como la innovación. “El manejo de una ciudad implica políticas de largo plazo, porque cuatro años de administración no alcanzan para hacer todos los proyectos. La troncal de Transmilenio de la 68 fue estructurada en el anterior gobierno, la está ejecutando el actual y la entregará el siguiente. Eso pasa en todas las ciudades, los problemas de Hidroituango en Medellín que le resultaron a Quintero es una serie de problemas de muchas administraciones”, indicó Montenegro.

Sin duda, la seguridad es uno de los asuntos que más preocupan a los ciudadanos en todos los niveles. “En los municipios se ocupan de delitos como atracos y pequeñas condiciones. Sin embargo, aumentan las extorsiones desde las cárceles, el crimen organizado trasnacional fuerte y poroso, la presencia de bandas y de grupos centroamericanos en Colombia. La seguridad pareciera un fracaso, que se profundiza con la actual coyuntura nacional, donde parece haber una subvaloración de la seguridad urbana”, expresó Patiño.

Para Oróstegui los problemas urbanos se han transformado, pero no ha sucedido lo mismo con las políticas públicas. “El homicidio hoy ya no se debe a riñas sino a sicariato. Eso nos obliga a repensar cómo entender este problema en los entornos urbanos y asociado a actividades ilegales de bandas criminales que disputan los negocios de alta rentabilidad económica que hay en dichos entornos”.

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