La experiencia del nivel nacional ha probado la dificultad en la consolidación de un ecosistema de evaluación y una cultura del uso de evidencia para la toma de decisiones de política pública. Luego de más de 25 años aún hace falta fortalecer las capacidades técnicas en todos los niveles, asegurar los recursos para financiar la agenda de evaluaciones y fomentar el uso de los resultados de las evaluaciones en las diferentes etapas de diseño, formulación e implementación de las políticas públicas (CONPES, 2022).

Estos, y otros adicionales, son los retos que enfrentará la administración si quiere consolidar un sistema distrital sustentado en una cultura de uso de información confiable y rigurosa para tomar decisiones estratégicas de política pública (escalar, reformular programas). En el caso de Bogotá, desde 2017, se han reportado 39 evaluaciones de resultado o impacto (15 en 2019, 5 en 2020 y 19 en 2021) en el marco definido para el Sistema Distrital de Evaluación, de un total de 377 proyectos estratégicos del Plan Distrital de Desarrollo. 

Un reto importante se plantea en el cambio de la concepción del proceso mismo de las políticas públicas. Entender las políticas públicas como un proceso lineal limita, en cierta medida, la posibilidad de su mejoramiento. Como proceso lineal, se definen un inicio y un fin, determinado este último gracias al logro de una gestión definida -medido a través de los productos principalmente-. De esta forma, el cierre se entiende como el fin de la intervención, sea esta una política, un programa, o un proyecto. En contraste, entender las políticas públicas como un ciclo, abre la posibilidad al aprendizaje, ayuda a comprender la necesidad de evaluar las intervenciones públicas y habilita el espacio para insertar la evaluación -y sus resultados- dentro del proceso de formulación y diseño de las intervenciones públicas.

Estas mejoras en el diseño, se espera que afecten, por ejemplo, las decisiones de asignación presupuestal de forma que se oriente de mejor manera (mayor eficacia, eficiencia, efectividad) el gasto público y se enfoquen los esfuerzos en aquellos proyectos de carácter estratégico, en materia de bienestar social y económico. Solo el Plan Distrital de Desarrollo de la actual administración se estima en el orden de los 100 billones de pesos. Conocer si sus programas estrella tuvieron algún tipo de impacto, si alcanzaron las metas, si lograron los objetivos, y más importante, si contribuyeron a mejorar el bienestar de la población objetivo presenta los mejores argumentos para su continuidad y/o escalamiento.

Pensando en los cambios de gobierno y su consecuente re-orientación estratégica, evaluar sirve para identificar y reconocer políticas/programas/proyectos exitosos, así como aquellos no tan exitosos. Obtener las evidencias de que la cadena causal propuesta funciona brinda elementos para que los equipos base -típicamente funcionarios de carrera administrativa- puedan defender aquellas intervenciones que logran los resultados propuestos. De igual manera, y posiblemente más relevante, les sirve para conocer y entender las razones de que no se concreten los resultados planteados de forma que puedan ajustar su quehacer.

Para las diferentes entidades del orden distrital, realizar evaluaciones a sus programas representaun reto, pues implica responder preguntas difíciles a la gestión y dinámica de trabajo de las entidades, esto previene a muchos funcionarios y equipos frente al tema de evaluación pues se requiere un cierto carácter autocrítico de la gestión y una disposición al aprendizaje. Organizar y promocionar un sistema distrital de evaluaciones servirá para que todas las entidades del nivel distrital cuenten con una fuente de referencia para sus procesos de diseño y formulación de políticas públicas, al tiempo que cambian las percepciones y aprensiones frente al tema. 

Esto se puede lograr fortaleciendo las capacidades técnicas en las entidades. Esta capacitación se ha facilitado gracias al aumento de las capacidades para producir evaluaciones de investigadores y consultores; motivado por el auge del análisis causal en el estudio de política pública y la economía. Esto ha generado un interés mutuo que ha contribuido a alinear los incentivos del sector público y la academia acercando a la administración pública los estándares de medición y seguimiento propios del análisis académico. Por ejemplo, ha permitido familiarizar con las metodologías de análisis más recientes a los equipos técnicos de las entidades.

Con esto se espera superar la necesidad en el fortalecimiento de la capacidad instalada en los equipos técnicos encargados -funcionarios- de los procesos de diseño, formulación e implementación que les permita traducir en óptica de gestión los principales mensajes.

Para el mediano y largo plazo, se debe incorporar la lógica del análisis causal desde el inicio del proceso de diseño y formulación de la política pública. Esto con varios propósitos, por un lado, proponer chequeos de corto plazo, en forma de pruebas piloto antes de la entrada en operación completa de una intervención en todo un territorio o para todas las poblaciones objetivo identificadas. De esta forma, se pueden realizar ajustes al proceso de implementación revisando, por ejemplo, potenciales riesgos, reacciones no esperadas de los beneficiarios, efectos no previstos en las comunidades, o comportamientos estratégicos no anticipados. De igual forma, se pueden realizar ajustes de tiempos y calidades, necesidades operativas, capacitación en el caso de los implementadores.

Con la consolidación de la sistematización de los estudios realizados por las entidades del nivel distrital y el fomento de la cultura de su utilización se espera contribuir a mejorar la toma de decisiones informadas por parte del sector público y a potenciar el impacto de las políticas públicas en el bienestar de la ciudad.

Referencias

Acuerdo 666 “Por medio del cual se adoptan las evaluaciones de impacto y de resultado en el Distrito Capital”, Acuerdo 666 (2017).

CONPES. (2022). Fortalecimiento del uso y la institucionalidad de las evaluaciones para la toma de decisiones en Colombia. Departamento Nacional de Planeación: Bogotá, D.C.

Circular 011 “Sistema Distrital de Evaluación de Políticas Públicas, Programas y Proyectos”, Circular 011 (2022).