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Ciudad y territorio: Las confusiones creadas en la comprensión del mundo rural

Publicado el Martes, 27 Noviembre 2018, en Divulgación académica, Destacados

Hay una incomprensión sobre el mundo rural contemporáneo que redunda en un profundo desconocimiento del territorio, en buena parte por la confusión fatal entre colono y campesino.

Profesor Fabio Zambrano

El profesor e historiador del IEU, Fabio Zambrano, presentó en el Encuentro Nacional de Investigación: Ambiente y Desarrollo en Bogotá Región un análisis sobre dos de las obras del sociólogo rural Orlando Fals Borda para determinar que hay una incomprensión del mundo rural, entre otras cosas porque o bien no se ha leído al investigador o no se han entendido sus planteamientos sobre la relación ciudad y territorio.

La primera obra expuesta fue Campesinos de los Andes: estudio sociológico de Saucío, en el que el autor hace un análisis que muestra cómo es la vida en la vereda. Para el profesor Zambrano, en este escrito llama la atención que solamente en una página se hace referencia a un hecho violento a pesar de que llegó a esta vereda de Chocontá, Boyacá, dos meses antes del 9 de abril de 1948. “Es decir, o no vio violencia o no había violencia en Chocontá”, dijo el historiador. Sin embargo, sí muestra unas redes de poder muy importantes alrededor de la iglesia católica y la jerarquía en las veredas y en general en Boyacá.

Pero entonces ¿por qué se construye un relato de la urbanización de Bogotá como el resultado de la expulsión de campesinos por procesos violentos?, se preguntó el profesor, al menciona que en las décadas de los sesenta y setenta un centro de estudio sobre población mostró que la mayoría de los migrantes a Bogotá fueron personas con alta experiencia de vida urbana y no campesinos; cerca del 60% cundiboyacenses.

“Esto no significa negar la violencia en este periodo, sino que los estudios de Fals Borda no registran violencia en Boyacá, por esto hay que leer esta obra para entender mejor este momento de la historia y la relación de Bogotá con su territorio”, resaltó Zambrano.

Sobre el minifundio, Fals Borda plantea es una estrategia del campesino para ubicar y usar ecologías distintas en el territorio y muestra como hay una altísima eficiencia del uso de la tierra y de los recursos naturales del campesino, sin embargo, relatos posteriores lo consideran como “la torpeza campesina de no usar adecuadamente los recursos”.

“Entonces o no leímos a Fals Borda o lo leímos y no lo entendimos, porque tenemos un relato incrustado que nos ha impedido entender esta riqueza analítica”, insistió el profesor del IEU.

El segundo libro mencionado en la ponencia fue El hombre y la tierra en Boyacá: el desarrollo histórico de una sociedad minifundista (1957). En este trabajo el autor explica las formas de poblamiento, la aldea, las granjas dispersas, las causas de la dispersión en Boyacá, el peso del mundo chibcha y como su herencia cultural persiste. El capítulo dedicado a la tenencia de la tierra es el que llama la atención del profesor Zambrano:

“Borda plantea cómo la tenencia de la tierra en Boyacá se organiza en latifundios, haciendas, fincas y minifundios, pero encuentra un latifundio y dice que con dificultad a esa propiedad se le puede llamar latifundio; nuevamente no es una negación sino un análisis de Fals Borda”, dijo. Tal como ocurre con las haciendas, que Fals Borda considera son propiedades de 50 o más fanegadas.

“Lo que él muestra es una propiedad poco concentrada finalizando los años 50 y plantea que se está produciendo un cambio como resultado del poder del esmeraldero que está invirtiendo en el cultivo de papa con el uso del tractor en haciendas de 50 fanegadas y cita como ejemplo una hacienda que se llama Las Julias como la gran hacienda de 256 fanegadas”, explicó el historiador.

En conclusión, dijo Zambrano, la investigación y el análisis de Fals Borda contrasta profundamente con el relato que se tiene sobre la violencia, la tenencia de la tierra y la importancia del minifundio. Por lo tanto, hay una incomprensión sobre el mundo rural contemporáneo que en buena parte se debe a la confusión fatal entre colono y campesino.

A esta confusión contribuyó el sociólogo Alfredo Molano, quien hizo un trabajo sobre el colono pero buena parte de sus relatos fueron tomados como si se tratara de campesino. “Hemos caído en la confusión entre el relato de las colonizaciones como si fuera la representación del mundo del campesino, algo que incluso se vio reflejado en las negociaciones de La Habana, en las que el campesino y el colono fueron considerados como lo mismo”, agregó.

Esta incomprensión del mundo rural y por tanto del territorio se evidencia en la importación de alimentos, ya que “de manera sorprendente nos quedamos con explicaciones sobre el crecimiento de las ciudades en las que la destrucción del mundo rural no aparece, desde los años noventa para acá hemos inventado un sistema en el que damos la idea de que el campesino es desechable, que podemos vivir sin ellos”. Según el académico, el resultado de la importación de alimentos es el abandono de las viviendas en zonas rurales y el despoblamiento de las veredas: “esta es la nueva ruralidad colombiana”, finalizó.

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    • Etiquetas: AGU, ciudad, desarrollo, rural, territorio, urbano
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