Convergencia Colombia es, ante todo, un ejercicio de inteligencia colectiva. La premisa esencial, basada en la evidencia científica, es que lo colectivo puede ser mejor que la simple suma de individualidades, o que la inteligencia del conjunto es mayor que la que aporta la suma de las capacidades cognitivas y las experiencias vitales de cada persona.

 El ejemplo por antonomasia del proyecto colectivo es el del Estado Nación, una organización institucional y legal de carácter democrático que, entre otras cosas, garantiza la vigencia de los derechos y materializa progresivamente las aspiraciones básicas de todos los ciudadanos. Es un experimento colectivo en el que los colombianos podemos hacer un balance agridulce. En 20 años de historia republicana:

• hemos progresado mucho en materia de desarrollo económico y de mejores condiciones de vida, a pesar de una persistente desigualdad en ingresos y oportunidades;

• hemos logrado algunos avances en la eficiencia de la administración pública, a pesar del vacío institucional que persiste en la periferia y de múltiples casos de corrupción que han corroído la confianza de los ciudadanos en las instituciones;

• y, por último, y sin perjuicio de los acontecimientos de los últimos años, hemos fracasado una y otra vez en asegurar formas mínimas de convivencia, y los indicadores de violencia, muy superiores a los de países comparables, han sido un enorme lastre para la sociedad, la economía y la política.

El Instituto de Liderazgo Público pretende ser una brújula ética y cognitiva para navegar entre los desafíos económicos, sociales, regionales y ambientales en el contexto de un futuro incierto, volátil y cambiante. Tal pretensión está fundada en la convicción de que nada es más importante en Colombia que convocar todo el potencial que tenemos en un proyecto de inteligencia colectiva que converja en una Agenda País, en un propósito superior, en un proyecto colectivo que trascienda la coyuntura para pensar en el largo plazo, en el país de las próximas generaciones.

Queremos que del proceso de Convergencia Colombia, al que se han vinculado varios de los líderes más influyentes en el país en varios sectores, salga una declaración conjunta con compromisos específicos para consolidar esa Agenda País, una apuesta que tiene que superar justamente aquellos obstáculos que vulneran la inteligencia colectiva en el afán de que prevalezca el interés individual. 

No podemos hablar de sueños colectivos si seguimos empecinados en el cortoplacismo, si seguimos presos de los bajos niveles de confianza en el otro que nos han caracterizado desde hace mucho tiempo, si insistimos en la polarización política, creyendo siempre que es más lo que nos separa que lo que nos une, si seguimos aferrados a la idea del progreso ligado a las industrias extractivas y los recursos naturales, en desmedro del mejor recurso natural del siglo XXI: el conocimiento. La inversión en el capital humano es el motor de progreso más prometedor que conoce la humanidad, porque incide en forma directa en la educación, en la creatividad, en el desarrollo sostenible y equitativo y en el incremento de la productividad a través de la vinculación de la ciencia y la tecnología en toda la cadena de valor.

De las decisiones que tomemos ahora dependen tareas inaplazables, entre las cuales cabe mencionar, en forma no exhaustiva: 

• Consolidar la presencia del Estado, en forma efectiva y legítima, a lo largo y ancho del territorio nacional.

• Lograr una mayor movilidad social, y que el punto de partida en la vida sea igual para todos los colombianos. 

• Superar las brechas educativas y los enormes rezagos en materia de calidad, sobre todo en un mundo que se transforma en forma tan radical que lo que vivimos hoy tendrá muy poca relación con lo que nos espera en el breve lapso de una generación. Basta pensar solamente en los avances inéditos en materia de biotecnología, nanotecnología e inteligencia artificial para darse cuenta de la magnitud de la brecha entre presente y futuro. 

• Asumir de lleno nuestro rol en el mayor desafío existencial de nuestros tiempos, el cambio climático, y definir un cronograma específico para hacer la transición de energías contaminantes a limpias, lo que incluye, por supuesto, un marcado énfasis en parar la deforestación, en desincentivar la ganadería extensiva y en detener la hemorragia de especies en vía de extinción.

Los distintos módulos de Convergencia Colombia pretenden abordar todos estos desafíos en forma un poco más precisa. Cada módulo trata de uno de los aspectos esenciales que tienen que conformar un  proyecto común de futuro. Colombia productiva y sostenible, Colombia Equitativa y Gestión de la Paz.

El lanzamiento de este proceso se realizará este 31 de julio a las 2:30pm vía Zoom.  Contaremos con la participación de la rectora de la Universidad, la profesora Dolly Montoya; el profesor Ronald Heifetz, fundador y director del Centro para el Liderazgo Público de la Universidad de  Harvard y Gustavo Mutis, presidente del Centro de Liderazgo y Gestión. 

Quienes estén interesados en participar en el lanzamiento pueden inscribirse en el siguiente enlace https://tinyurl.com/yxoxtq7q o escribirnos al correo conferencias@clg.com.co y les enviaremos el enlace a vuelta de correo. 

Es un evento gratuito y el primero de esta serie de diálogos. Quedan todos cordialmente invitados y esperamos que nos puedan acompañar este próximo viernes. Invita la Universidad Nacional de Colombia y el Centro de liderazgo y Gestión.