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La administración del alcalde Samuel Moreno acaba de ponerle punto final a la discusión que por más de cinco años giró en torno al controvertido Plan Zonal del Norte. La secretaria de Planeación Distrital, María Camila Uribe, le dio vía libre al decreto que reglamenta el uso de 466 hectáreas para el desarrollo de nuevas construcciones en el extremo norte de la ciudad.

El proyecto, que irá desde la carrera 7ª hasta la futura Avenida Low Murtra -prolongación de la Avenida Boyacá-  entre la calle 191 y el peaje de los Andes, se convertirá en una de las áreas de expansión más importantes de la capital. Las metas de la iniciativa son ambiciosas. La zona habilitada servirá para construir 78.000 nuevas viviendas de las cuales 28.000 serán de  interés social y cerca de 30.000 de interés prioritario. Además, le dará paso a 40 kilómetros de nuevas vías, parques, zonas verdes y redes de servicios públicos. "Lo que buscamos con el Plan es que la ciudad se desarrolle de manera ordenada y planeada -le dijo a CAMBIO, la secretaria Uribe-. Esto lo haremos de tal forma que podamos preservar y conservar los humedales que hacen parte del norte de Bogotá".


Y aunque a primera vista el proyecto suena convincente, las voces de algunos expertos ya empezaron a retumbar porque, según ellos, el Plan tiene varias debilidades. Unas de ellas es el hecho de que solo el 25 por ciento del proyecto está destinado a la construcción de vivienda de interés social y el resto para los estratos más altos. "Con esto lo único que van a conseguir es que la ciudad siga segregada -advierte el ex ministro del Medio Ambiente, Manuel Rodríguez Becerra-. No tiene sentido que los más pobres sigan viviendo en el sur y el occidente, y los más ricos en el norte. Es necesario que Bogotá esté más integrada".


Por otra parte, el decreto tampoco deja claro cuál va a ser el futuro del corredor que conectaría a los cerros orientales con la reserva forestal del Norte. "Lo que uno puede ver es que esa conexión no está garantizada porque sobre ella van a construir. Y ahora  lo que están proponiendo es reemplazar esa área con los predios en los que están ubicados los cementerios del norte", explica el concejal Carlos Vicente de Roux.


Pero tal vez lo que más reservas les genera a los expertos es que el decreto hubiera sido expedido sin antes conocer una declaratoria de la CAR, que está en proceso, sobre el futuro de la reserva forestal. "Lo lógico habría sido esperar a que saliera primero la reglamentación de la reserva forestal para lograr una armonización ambiental", sostiene el director de Estudios Urbanos de la U. Nacional, Gerardo Ardila.


Las preocupaciones no paran. Para la concejal Ángela Benedetti el decreto dejó más preguntas que certezas. "El documento dice que el Plan cuesta 1,5 billones de pesos, pero no deja claro con cuánto va a participar el Distrito y con cuánto el sector privado".
Pero más allá de los lunares negros que pueda tener el decreto, queda claro que se trata de una decisión importante para el crecimiento de la ciudad y su desarrollo sostenible. La Administración está a tiempo de tomar los correctivos, hacer los ajustes necesarios y, sobre todo, oír la voz de los expertos. El debate, en consecuencia, será crucial.

Fuente: Plan Zonal del Norte de Bogotá tiene debilidades y requiere ajustes.En: Revista Cambio [en línea]. [consultado  feb. 4 2010]. Disponible en: http://www.cambio.com.co/panoramacambio/865/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-7111847.html

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