La ejecución de megaproyectos implica, más allá de desafíos financieros y logísticos, un análisis del entorno, identificación de necesidades reales, la consulta y negociación con las partes afectadas, entre otros. Ciudad Modelo es un ejemplo de cómo a pesar de ser un proyecto generado y financiado por el gobierno del estado de Puebla (México) con una infraestructura regional, tanto de empleo como de infraestructura y equipamiento, no ha logrado consolidarse.
En 2012 el gobierno estatal de Puebla diseñó una política pública de apoyo a la instalación de nuevas industrias, por lo que para lograr que la armadora de autos AUDI se estableciera en suelo poblano, se comprometió entre muchas otras obras, a construir una nueva ciudad (cerca de la nueva planta industrial) que ofreciera a sus futuros trabajadores toda la infraestructura y equipamiento que requiere un centro urbano. Así, en enero de 2017 se inaugura Ciudad Modelo, apenas cuatro meses después de que la planta de autopartes de AUDI abriera su operación.
Esta nueva ciudad de estructura lineal, se funda sobre 500 hectáreas, y a pesar de que se planteó construirla en 3 etapas, para su inauguración ya se contaba con prácticamente todos los equipamientos que se habían proyectado, como los educativos en sus diferentes niveles, de salud, servicios administrativos, comerciales, de transporte y deportivos, además de 597 viviendas construidas en dos complejos habitacionales verticales.
Sus vialidades fueron diseñadas bajo el concepto de calle completa por lo que cuenta con vías seccionadas para el peatón, los ciclistas, el transporte público y los vehículos motorizados, incluyó también áreas verdes que van desde arbolado hasta un corredor de jardín de lluvia urbano.
Sin embargo, a pesar de toda la inversión que se ejerció para su construcción, Ciudad Modelo sigue sin consolidarse. La prensa, desde la inauguración del megaproyecto hasta 2024 ha denunciado el poco interés que ha generado la ciudad, y aunque se diga que están vendidos todos los departamentos de las dos zonas habitacionales, alrededor del 50% están sin ocuparse y muchos de ellos tienen anuncios de se vende o se renta.
Ante este panorama, surge la pregunta, ¿por qué Ciudad Modelo no ha logrado consolidarse a sus ocho años de inaugurarse? Para responder la pregunta se revisó el proyecto inicial y cómo se forjó, se le hizo seguimiento a las acciones que los pobladores, la iniciativa privada y el gobierno realizaron para fortalecer la ciudad y se realizaron entrevistas a informantes clave y a sus habitantes en diversas visitas y estadías en Ciudad Modelo.
El megaproyecto surge de un compromiso con una compañía trasnacional, por lo que se elabora el Programa Sub-regional de Desarrollo Urbano Sustentable (2015), posterior a la firma de convenio para la construcción de la armadora de autos (en 2012) y que expone la necesidad de una nueva ciudad. Las proyecciones de demanda de vivienda, servicios y equipamiento estarían consideradas bajo la premisa de una armadora trabajando a toda su capacidad y una zona industrial con nuevas empresas subsidiarias.
De manera simultánea se elabora el Plan Maestro Ciudad Modelo que presenta un proyecto para albergar 5,029 viviendas para la primera etapa de construcción, de acuerdo con las proyecciones del Programa Sub-regional de Desarrollo Urbano Sustentable.
Aquí surge el primer problema, todo el trabajo se realizó en gabinete, sin la participación ciudadana, sin una evaluación de las preferencias de los empleados de AUDI, ni de sus necesidades. No hubo consenso con los pobladores de las localidades cercanas, ni cuando se elaboró el plan, ni en el momento de la construcción de la ciudad, ni ahora que ya está en funcionamiento, lo que ha generado descontento con la población de los alrededores y oposición a proyectos comerciales en Ciudad Modelo.
El gobierno estatal no ha dejado de promover la ciudad y ha logrado la construcción de la zona industrial “FINSA Puebla II” en sus inmediaciones (2017), la Instalación de la Industria Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (donación del terreno en 2017 e inaugurado en 2024), que la Secretaría de Marina instalara el laboratorio de Mantenimiento de Optoelectrónica y la construcción de vivienda para los marinos (proyecto iniciado en 2018 e inaugurado en 2025), y la instalación del Centro de Innovación e Integración de Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional (2025).
Pero hasta el momento estas acciones no han incrementado el interés por vivir en Ciudad Modelo. Las estrategias que se han abordado son de carácter regional y están dejando de lado las necesidades cotidianas de sus habitantes. Si bien, por ejemplo, se cuenta con edificios comerciales, estos están desocupados por la falta de interés de la iniciativa privada, por lo que los habitantes han tenido que solucionar sus necesidades de productos y servicios básicos a través de una red de apoyo.
Ante dicho panorama, es necesario evaluar las estrategias, trabajar de manera colaborativa con los diferentes actores involucrados en estos casos donde los megaproyectos son realizados por el gobierno. No se debe olvidar que el fin último es el bienestar de la ciudadanía, la política pública de apoyo a la industria no es para el industrial, es para generar empleo, vivienda digna y servicios suficientes y calidad para la población. Ciudad Modelo puede convertirse en referente para nuevos proyectos de planeación urbana si se retoma al ser humano como punto de partida.
Si deseas profundizar en la temática abordada en esta nota, consulta el artículo: “El desafío de los megaproyectos urbanos gubernamentales: el caso de Ciudad Modelo en Puebla”.