En el programa Observatorio de Gobierno Urbano de Radio UNAL, los docentes y el estudiante discutieron sobre este tema a propósito del trabajo final de maestría de Pérez titulado: “Vivienda informal y control urbano: caso polígono 194, colindancia la Esmeralda en la Localidad de Usme”.
El director del trabajo, el profesor Montenegro, consideró que el tema de la vivienda informal es uno de los más amplios del urbanismo con el cual surgió la ciudad. “Nuestro medio es un conjunto de ciudades donde la vivienda informal es un grupo de viviendas que se producen en sectores amanzanados, en donde la calle y el espacio público son centrales. De allí surge un ordenamiento básico y el control es ejercido fundamentalmente por la comunidad”.
El control urbano surge por la academia y la técnica del urbanismo, así nace la norma o la regulación urbana. “Sin embargo, los grandes problemas se presentan en los sectores informales donde la gente deja de lado esa condición normativa. La gran preocupación es que surgen miles de barrios que no tienen una noción coherente, desde el punto de vista académico o técnico, y se busca resolver el problema a través de la experiencia de los académicos”, señaló Montenegro.
El trabajo de Pérez reflexiona en torno a los aportes de la vivienda informal y de las formas de control para que no se desborde. “El texto busca responder cómo es posible lograr una noción de control urbano, así sea de carácter social, para mejorar las condiciones de este tipo de sectores que han ido surgiendo en las periferias más pobres de la ciudad”, acotó Montenegro.
Para el profesor Franky, uno de los aspectos más interesantes del planteamiento de Miguel Ángel en su trabajo tiene que ver con la necesidad de reformular la idea de control urbano. Este debe entenderse desde una perspectiva integral, en el que confluyen varias ideas. Al ser un problema multidimensional es muy importante la convergencia de distintas entidades relacionadas con ese control”.
Desarrollo informal
La esencia del problema de la informalidad es el control urbano, entendido como restricciones, prohibiciones normativas y maneras de limitar la informalidad. “Las ciudades las hemos visto como unos núcleos de ilustración, órden y control del espacio. Sin embargo, las comunidades menos pudientes resuelven sus problemas de manera autónoma. Es por ello que tenemos ciudades ordenadas en el centro y aparentemente desordenadas en la periferia”, aseguró Anzellini.
El docente de la Universidad de los Andes consideró que son maneras de ordenamiento territorial distinto. Es muy interesante ir a los barrios de origen informal, porque hay diversos tipos. Hay informalidad desde un loteo ordenado, o informalidad a partir de asentamientos, donde se va negociando el espacio privado con el colectivo. Eso genera tipos de ciudad y por ende el control urbano se da de maneras distintas”, destacó Anzellini.
Un ejemplo de este ordenamiento desde la informalidad es la zona seleccionada por el estudiante para su análisis, en la localidad de Usme, en el borde del parque Entrenubes, uno de los sitios críticos de la ciudad. Este sitio tiene un factor adicional de complejidad porque se encuentra en el borde de una reserva ambiental, donde los temas de control urbano son más explícitos, recalcó Anzellini.
La Esmeralda, localidad de Usme, Bogotá
Cuando se realizaron las visitas a la zona parecía que existiera un no gobierno. En los últimos seis años, el Polígono colindancia La Esmeralda, ubicado en Localidad de Usme, frontera urbana que limita con el Parque “Entrenubes”, ha sido escenario de un proceso de asentamiento informal. Ocupaciones que si se observan a la luz del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), se constituyen en una infracción al régimen legal de la ciudad, y una amenaza a la funcionalidad y sostenibilidad de un bien público de especial importancia como lo son las zonas de reserva ambiental”, indicó Pérez Quiroga.
Sin embargo, algunos “urbanistas naturales” fueron sabios en la manera en la que empezaron a crear todas estas manzanas y barrios, que surgieron de manera espontánea en ese proceso de metropolización. “Comenzaron a ver un fenómeno de crecimiento demográfico acelerado y esas personas que llegaban a la ciudades necesitaban un espacio para vivir y ser parte de las actividades económicas y sociales” señaló Pérez.
En su trabajo tuvo en cuenta cinco elementos: el factor demográfico; la baja articulación entre las entidades, locales y nacionales; la capacidad institucional para materializar ese marco normativo que surge con la ley 89 de 1989, la Constitución de 1991 y las leyes 399 de 1997 y 810 de 2003; la comprensión del fenómeno a nivel interinstitucional; y la ausencia de voluntad política.
El profesor Anzellini concluyó que el trabajo de Pérez es importante porque plantea la necesidad de tener una mayor articulación y participación de las entidades públicas, porque de alguna manera los privados dan opciones de vivienda pero para la clase media. La idea es darle mayor participación a la comunidad.