¿Qué se entiende por paz urbana en el marco del estudio? ¿Qué la diferencia de la rural?
Desde el informe “Sin Paz Urbana no hay paz total”, que preparó la línea de Seguridad y Convivencia Ciudadana, se entiende como un concepto que depende mucho de la idea del proyecto de paz total del presidente Gustavo Petro. La reflexión que se hace en el documento es que es necesario incluir a las ciudades y sus conflictividades sociales, como las expresiones de delincuencia, violencia y los distintos fenómenos y hechos que afectan la convivencia de la seguridad ciudadana de la población civil en este proyecto de la paz total.
En la práctica se trata de incluir a las ciudades como también a los territorios que están propensos al conflicto y a la violencia en el marco de lo que ha significado la historia de conflicto armado de este país. Ahí radica la diferencia de la idea de la paz total en términos de lo rural. Esa misma naturaleza del conflicto armado que ha vivido en nuestro país por más de medio siglo, siempre se ha asociado a la conflictividad y la violencia, simplemente en entornos rurales.
Muchas veces se ha desconocido la relevancia que tienen las ciudades, los entornos urbanos o los grandes centros poblados en las dinámicas, tanto de conflicto como en expresiones de violencia, de hechos y de fenómenos que afectan la seguridad de la convivencia ciudadana en el país.
Ustedes consideran que una Política de Seguridad, Defensa y Convivencia Ciudadana (PSDCC) es fundamental para lograr la paz urbana ¿Por qué? ¿Cuáles son los elementos que debería tener en cuenta?
Podríamos decir que en este gobierno hay una particularidad con relación a las políticas sectoriales en materia de seguridad, defensa y convivencia. Por un lado el Ministerio de Defensa emitió recientemente su política, en la que consigna las diferentes estrategias, lineamientos y marcos de acción del sector.
Sin embargo, tiene una particularidad y es que incluye un componente de convivencia ciudadana que en esencia sería parte de una política sectorial del Ministerio del Interior, porque normalmente así se ha trabajado. Es posible que al tener esa particularidad, la política de defensa, en cuanto al componente de convivencia y seguridad ciudadana, sea un elemento fundamental que aporte a la concepción de la idea de paz urbana.
Incluye diversos elementos asociados con las dimensiones de la seguridad humana y otros componentes que en el marco del accionar del Ministerio de Defensa y de la fuerza pública, pueden estar orientados en la consolidación del proyecto de paz urbana.
También consideran como fundamental una Ley de Sujeción y sometimiento ¿En qué consistiría y cuáles serían los elementos de esta ley en relación con la paz urbana?
Se considera fundamental la ley de sujeción y sometimiento a la justicia de organizaciones delincuenciales, porque le daría un piso normativo a este proceso. Claramente sería un marco legal que permitiría el accionar del gobierno nacional para buscar un sometimiento real de ese tipo de organizaciones delincuenciales.
Se trata de entender el carácter distinto que pueden tener organizaciones como el ELN, o en su momento la guerrilla de las FARC, con un carácter beligerante. Hay que diferenciarlo con organizaciones de corte mucho más criminal con las que técnicamente no debería haber un diálogo de negociación o paz, sino buscar una sucesión a la justicia.
Es decir, una organización delincuencial que decida someterse a la justicia podría obtener algún tipo de beneficio por parte de la institucionalidad del Estado, como un acuerdo con el aparato de Justicia. La ley de sujeción y sometimiento de la justicia implicaría ese tipo de marco normativo, de lo que significa el alcance del acercamiento que podía tener el gobierno nacional con este tipo de organizaciones.
Se está hablando de entregar recursos, verdad y otros elementos que harían parte de un proceso de reparación integral a las víctimas y que aporten de alguna u otra forma a este proyecto de paz urbana.
En el estudio se plantean una serie de retos para ciudades como Barranquilla, Buenaventura, Cali, Cúcuta, Medellín y Quibdó. ¿Cuáles son esos desafíos? ¿Por qué se centraron en esas urbes?
Normalmente la línea de Convivencia y Seguridad Ciudadana centra su enfoque o análisis en zonas o áreas metropolitanas constituidas legalmente o de facto. Entre esas se encuentran Cali, Barranquilla, Cúcuta y Medellín, por eso decimos centrarnos en esas áreas metropolitanas. Pero al entender las dinámicas de violencia y de los fenómenos que afectan la convivencia de la seguridad ciudadana decidimos ampliar el enfoque a puntos complejos como Buenaventura y Quibdó.
La capital de Chocó ha sido tenida en cuenta por su alta tasa de homicidio en los últimos días. Por su parte, Buenaventura tiene unas dinámicas particulares, por lo que han denominado laboratorio de paz urbana de la oficina del Alto Comisionado para la Paz. Tiene en el centro del panorama esta idea de paz a nivel nacional. Sin embargo, existen constantes enfrentamientos entre organizaciones delincuenciales como “los chotos” y “los espartanos” y todos los brazos armados que de ahí surgen y que tienen un fuerte control en Buenaventura. Entonces nos centramos en esas urbes por esas razones en particular los desafíos son tanto.
Los desafios son tanto particulares como generales. Podríamos hablar de las dificultades en Barranquilla como los constantes enfrentamientos entre “rastrojos” y “costeños”; en Buenaventura como lo mencioné entre “los chotos” y “los espartanos”; en Cúcuta hay una fuerte presencia de clan del Golfo y ELN. En el informe se consignan varias de estas organizaciones y las disputas que se dan.
Los desafíos generales tienen que ver con cómo se da la presencia integral de la institucionalidad del Estado, más allá de que se instalen mesas de paz o de diálogo en las ciudades. Habría que pensar cuál es la oferta integral de la presencia del Estado para suplir las necesidades de la población civil y que hacen que hoy haya una fuerte presencia de organización delincuenciales alrededor del control del territorio y muy asociado con economías de uso ilícito como el control del narcotráfico y la extorsión.
Este es muy común en ciudades como Barranquilla, Buenaventura, Cúcuta y Medellín. Los desafíos podrían considerarse muy amplios y generales, pero hay que entender las dinámicas particulares de cada uno de los territorios. Por ejemplo, desde nuestra oficina de Buenaventura se ha dicho muchas veces que sería práctico que existiera una figura de un Comisionado para la paz a nivel regional que permita consolidar ese laboratorio de paz urbana que ahí se ha intentado llevar a cabo.
Consulte el informe aquí