El profesor Viviescas sostuvo que Colombia presenta una posibilidad de construir un desarrollo gubernamental en un período presidencial que por primera vez no está liderado por alguien de las castas tradicionales y esto ha generado transformaciones en las ciudades, que fueron escenarios de las protestas sociales.
“Hay unos cambios notorios y seguramente a lo largo del gobierno se irán profundizando. Lo importante es analizar al sujeto político, que es urbano y a los movimientos sociales de mujeres, porque ellos también han pensado el tema de la ciudad y lo han hecho en clave en clave de cómo construirlas de formas seguras”, recalcó Argelia Londoño.
Este concepto va ligado a la emergencia de propuestas de cómo hacer amigables las ciudades para todos sus habitantes, especialmente las mujeres. “Lo interesante de esta coyuntura es que confluyen una multiplicidad de voces que responden a procesos de larga duración, que se gestaron con muchos sacrificios desde fenómenos de resistencia e incluso violencia. El movimiento feminista ha realizado un trabajo arduo que ha tenido muchas vicisitudes, señalamientos, persecuciones, al igual que el movimiento de los derechos humanos. A pesar de ello, los resultados que han conseguido son muy significativos”, expresó Restrepo.
Espacio Público
De acuerdo con el profesor Viviescas se debe entender que el espacio público no es solamente un lugar común donde se encuentra la gente sino donde se expresa y se vive su identidad en medio de la diversidad.
Para Londoño el espacio público también se entiende en la manera cómo se refleja mediáticamente. “Por ejemplo, el festival de Petronio Álvarez, aunque se registra en prensa no tiene tanta difusión como otras expresiones culturales o porque los medios están centrados en el escenario de la política. Entonces no presentan fenómenos de la diversidad. Este festival es la muestra de la ciudad del Pacífico bailando, comiendo y viviendo. Pero no tiene un eco amplificado, como un fenómeno cultural que le compete al país sino pareciera que sólo le interesara al Pacífico, olvidándonos que somos una nación pluriétnica y pluricultural”.
Según Restrepo hay que acabar el clasismo, el racismo. la exclusión y el centralismo tanto político como territorial. “Han venido apareciendo fenómenos que estaban ahí, pero que hoy en día se ven mucho más. Y francamente es emocionante mirar, digamos esa efervescencia sí que se puede manifestar en el canto y en el baile, pero hay algo mucho más profundo y es que ese es el grito de los que por primera vez tienen voz y anteriormente no la habían tenido.”
Lo urbano y la construcción de paz
Los diálogos entre los distintos actores y movimientos han empezado a mostrar transformaciones en varias de las ciudades colombianas. “Ahora tenemos un reconocimiento, especialmente en el ámbito urbano, de la necesidad de reconocer esa diferencia para proyectar desde las ciudades una relación creativa y políticamente progresista en relación con la lectura del territorio, sea el rural o urbano”, aclaró Viviescas.
Restrepo indicó que en Colombia no se puede hablar de una ciudad, sino de ciudades, e incluso de ruralidades. “No hay un tipo ideal de ciudad que se pudiera imitar o que pudiera servir de referencia a aquellas que están a otro nivel de su desarrollo”.
Argelia Londoño concluyó que: “Cada ciudad responde a los habitantes y su realidad. Las urbes son expresiones de ese habitar ciudadano y hay que pensar en la metrópoli como un espacio de muchas oportunidades. Sin embargo, en el Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno tiene una mirada hacia el campo y deposita muchas esperanzas en el tema de la ruralidad”.
Escuche de nuevo el programa aquí