“Mi Casa Ya”, una política de vivienda que se implementa en Colombia desde 2015 y que impactó a nuestras urbes de manera diferente, tal y como lo señalaron los dos investigadores en el artículo “Política de vivienda: a unas ciudades les va mejor que a otras”, de Razón Pública.
“Este es un programa que busca resolver y estimular la demanda de vivienda a través de subsidios en dos componentes: el primero, un subsidio de cuota inicial, es decir, una plata que recibe el hogar beneficiario en el momento de suscribir el crédito hipotecario y el segundo, un subsidio de cobertura a la tasa de interés, que es una reducción de la tasa del crédito hipotecario por siete años Este programa ha tenido un éxito en su Implementación y demuestra la importancia de la continuidad de las políticas públicas. Mi casa ya de 2015 es muy distinto al de 2020 y recientemente se han hecho unas nuevas modificaciones”, indicó Felipe Walter, arquitecto con maestría en Diseño de Ciudades y Ciencias Sociales del London School of Economics, exdirector del Sistema Habitacional del Ministerio de Vivienda y asesor del viceministro de Vivienda.
De acuerdo, con Amy Baquero, economista y magíster en Economía de la Universidad Nacional de Colombia , candidata a Magister en Gobernanza, Políticas Públicas, y Desarrollo del Institute of Development Studies, University of Sussex, exasesora del ministro de Vivienda, el programa se ha mantenido a pesar de los cambios de gobierno, porque las autoridades comprendieron que solo hay que incluir transformaciones para que vaya mejorando.
“El programa pasa de dar más o menos 6.000 subsidios en 2016 a cerca de 66 mil subsidios en 2021. Entonces en términos de tamaño, el programa aumenta y eso es muy importante porque pasa a apalancar el 30% del total de los desembolsos que se hacen para comprar vivienda VIS nueva”, señaló Baquero.
Subsidios y sistema financiero
El sistema de subsidios se ha implementado en varios países de Latinoamérica, entre ellos Chile que tuvo un proceso de una política de vivienda exitosa a principios de este siglo, en el sentido que tuvo una alta cobertura. En Colombia también se aplica esta medida, comentó el profesor Peña.
“Hay una relación entre subsidios y precios de vivienda. que no necesariamente es directa, es decir, entre más subsidios se incrementan los precios porque aumenta la demanda. Eso no necesariamente se materializa en el caso colombiano, porque ha estado influenciado por la inflación. Hay muchos fenómenos en este momento, después de 2019 y la pandemia cambiaron las condiciones globales y eso está afectando los mercados de vivienda en general” explicó Baquero.
Según Walter, Colombia desarrolló una política de acceso a vivienda, que está muy basada en la asignación de subsidios. “Sin embargo, es importante reducir esa dependencia del acceso a vivienda de los subsidios, porque eso tiene límites presupuestales. Es necesario desarrollar un sistema muchísimo más integral que no solo se enfoque en la asignación de subsidios, sino que vaya y solucione algunos otros problemas de las familias”.
“Se requiere un balance entre oferta y demanda. Revisar ¿cuál es la capacidad adquisitiva que tienen los hogares? y ¿cuál es el tipo de oferta de vivienda que se está desarrollando? porque ese balance es el que permite que la gente acceda efectivamente a una vivienda”, aseguró Walter.
Desempeño asimétrico en las ciudades colombianas
En los ejemplos que nosotros ponemos en el artículo de Razón Pública son las áreas metropolitanas o las regiones metropolitanas más grandes de Colombia donde existe más o menos un equilibrio. “En Bogotá la gente tiene mayor ingreso y el producto que se ofrece vivienda es de mayor valor. Hay unas condiciones de origen local y municipal que pueden ser los determinantes, muy relacionadas al ordenamiento territorial. También determinantes sobre todo ambientales y de riesgo, hay municipios que están en las condiciones geográficas difíciles que hacen menos fácil el desarrollo inmobiliario y otros que por su simple condición geográfica es más fácil hacer vivienda”, expresó Walter.
Por su parte, Baquero afirmó que la política se debe focalizar mejor. “Cerca del 30% de los hogares tienen un ingreso menor a un salario mínimo en el país y ahí todavía no logramos llegar a pesar de que los esquemas estén diferenciados. Con este programa se mejora la cobertura, pero hay una parte cualitativa. Este punto es importante y el nuevo gobierno está tratando de mirar lo que nos falta. Reconocemos que se debe focalizar mejor estos subsidios que se van a incluir en un esquema de priorización”.
Retos
Uno de los desafíos de la política son los recursos, de acuerdo, con Walter, la asignación presupuestal del Ministerio de Vivienda, sigue siendo baja en comparación con otros sectores. “Parece que las asignaciones fueran siempre insuficientes para atender el tamaño del problema. Además, se necesita plata para construir y el déficit es altísimo y la necesidad de las familias es grande”.
Finalmente, Baquero recordó que el Ministerio es relativamente joven, existe más o menos desde 2012 y los gobiernos han trabajado de alguna manera unos con otros para que la política vaya avanzando. “Hay un montón de tareas porque estamos hablando de vivienda, y una de ellas es ordenamiento territorial y servicios públicos; acceso a agua y alcantarillado”
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