Bogotá tiene 1.868.380 jóvenes entre los 14 y los 28 años de edad, que representan el 24% de la población de la ciudad. De esa población el 31%, es decir 581,000, son lo que nosotros denominamos jóvenes con potencial, mal llamados ninis (ni trabajan, ni estudian).
Reyes indicó que el informe incluye cinco capítulos. El último corresponde a una serie de recomendaciones de política pública. “Este texto es muy importante, teniendo en cuenta que vamos a tener este año elecciones de alcalde y la idea es que esta información y las recomendaciones construidas colectivamente, con todos los actores que hacen parte de GOYN, puedan ser tenidas en cuenta por la próxima administración, en la elaboración de su plan de desarrollo distrital”.
Esta es una medición representativa para la población joven de la capital, cuyo objetivo fue indagar por las aspiraciones, prioridades y necesidades de los y las jóvenes para acceder a oportunidades de formación, empleo, salud y emprendimiento.
El profesor Acosta señaló que estas temáticas son preocupaciones que los y las jóvenes tienen hace mucho tiempo, y reflejan la crisis del modelo basado en la moratoria social. “No todos tienen acceso a la educación y el pasar por una escuela o universidad tampoco implica necesariamente ingresar al mundo laboral. Es decir, no se garantiza que haya una movilidad social.Los jóvenes saben que es así. Esa situación tiene impacto en la salud mental de la juventud”.
Emprendimiento
A los jóvenes se les preguntó: ¿Dentro de los próximos dos años, cuál es su prioridad en estos temas? A este cuestionamiento el 44% de los encuestados manifestó que querían tener su propio negocio. “Este resultado nos está diciendo que hoy los jóvenes dan prioridad a la generación de ingresos. Pero tenemos una serie de problemáticas y barreras estructurales que les impiden avanzar en sus caminos y en sus proyecciones de vida. Por eso nosotros creemos que es importante promover oportunidades” resaltó Reyes.
A su turno, Acosta consideró que el emprendimiento es un asunto importante pero no es el más urgente a tratar. “Lo ideal sería que los jóvenes tuvieran acceso a la educación hasta la universidad sin la presión del trabajo. Por eso los indicadores de empleo juvenil están mal evaluados, porque la prioridad debería ser la formación y luego sí pensar en el mercado laboral”.
Educación
Un 31% de los encuestados prioriza la educación o formación. “En Bogotá creemos que los jóvenes quieren ser youtubers o estar en todo lo relacionado con la economía digital. Pero muchos quieren flexibilidad y estabilidad. El 96% expresó el deseo de seguir estudiando al terminar el colegio, el problema es que uno de cada dos estudiantes logran una formación complementaria” aseguró Reyes.
Por su parte, Acosta recordó que una de las razones de las protestas sociales de los últimos años es el derecho a la educación. “No está muy clara la manera de resolver esta situación, aunque se han hecho intentos de reformas y políticas sociales que respondan a esas demandas”.
Empleo
Aunque los y las jóvenes sí quieren trabajar en el mercado formal se encuentran con barreras como: experiencia (53,5%), ofertas salariales muy bajas (26,8%) y falta de información (11%).
“Este es un llamado importante para que los empleadores y empresarios de la ciudad, piensen cómo pueden atraer a los jóvenes y cubrir sus necesidades de talento humano. Ellos quieren obtener experiencia, recibir un buen salario y en muchos casos flexibilidad en los horarios, que les permita hacer otras labores como el cuidado, en el caso de las madres y padres a temprana edad”, explicó Reyes.
Salud Mental
Según la encuesta de GOYN y Bogotá Cómo Vamos, el 75,1% de los jóvenes considera que tener buena salud mental influye en su calidad de vida. “Esta generación, que además vivió la pandemia, ha tenido unos impactos y unos rezagos importantes en manejo del estrés, depresión y frustración. Eso va a tener un impacto en su proceso formativo o en su desempeño laboral”, indicó Reyes.
El director de GOYN, también expresó que: “Tenemos que conocer mejor a nuestra generación de jóvenes. Recordemos que todos fuimos jóvenes en algún momento. Pero es muy diferente mi experiencia en un contexto sin medios virtuales, a un joven de hoy en día con internet y todas sus posibilidades. La irrupción de la tecnología tiene unos cambios en las formas como nos relacionamos y generamos nuestros intereses.
Finalmente, Acosta concluyó que: “La estigmatización en temas de salud mental es un elemento más del problema de la estigmatización estructural hacia los jóvenes. Es necesario modificar el adultocentrismo y mejorar las relaciones intergeneracionales. Se dice que después de la pandemia se ha manifestado el tema de la salud mental con fuerza. Sin embargo, este asunto viene de atrás, con la Covid 19 solamente se intensificó”.
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