De acuerdo con la Policía Metropolitana de Bucaramanga, la reducción de homicidios durante la cuarentena fue del 10%, siendo Girón el municipio con mejores resultados y Floridablanca el más crítico. En Bucaramanga se registró hasta el 8 de junio una disminución del 22 %; en Girón fue del 38 %; en Piedecuesta, hubo un aumento del 50 % y en Floridablanca incrementó el 120 %.
Según el informe «Así se comporta el delito en Colombia en época de confinamiento: preguntas y reflexiones» de la Fundación Ideas Para la Paz (FIP), en Bucaramanga también disminuyeron delitos como los hurtos a personas, comercio, motocicletas, pero incrementaron las amenazas en el periodo del 25 de marzo al 31 de mayo de 2020.
Aunque la mayoría de cifras bajaron, la percepción de inseguridad en Bucaramanga y su área metropolitana sigue aumentando. La encuesta ‘Mi voz, mi ciudad’, realizada entre el 21 de julio y el 18 de agosto y liderada por la Red del Programa Cómo Vamos’, evidenció que el 43 % de la población en la capital de Santander, el 32 % de Floridablanca, el 38 % de Girón y el 38 % de Piedecuesta se han sentido inseguros en tiempos de pandemia.
El Instituto de Estudios Urbanos dialogó con Daniel Rico, economista, politólogo y máster en Administración Pública, candidato a doctor en Políticas Públicas y Criminología de la Universidad de Maryland y director de la consultora C-Análisis: criminología aplicada, sobre los principales desafíos del área metropolitana en términos de seguridad.
¿Cuáles considera son los principales problemas de seguridad que enfrenta el área metropolitana de Bucaramanga?
Bucaramanga está pasando por una transición importante en cuanto a su demografía, no solo con la llegada de migrantes venezolanos sino también con una expansión de clases populares que migran de otras regiones del país; esta combinación en barrios no planificados genera muchas tensiones sociales. La ciudad no tiene institucionalidad para enfrentar las dificultades de ilegalidad y criminalidad que puedan asociarse a diferentes fenómenos. Bucaramanga había sido muy homogénea y con tasas de delincuencia y pobreza muy bajas en comparación con el resto del país. Es una mezcla de nuevas condiciones demográficas y la inercia en las políticas públicas; el tema de seguridad se sigue manejando como un asunto de policía sin esquemas de prevención y fortalecimiento de inversiones institucionales. Existe una falta de armonía en la planeación de los componentes de seguridad con otros elementos de la ciudad como la educación y la salud.
¿Considera que la constitución del área metropolitana como institución ha contribuido a solucionar estos problemas?
La transición hacia un área metropolitana existe para unas cosas y para otras no. La policía es metropolitana pero los despachos de gobierno no lo son. La integración del área metropolitana en Bucaramanga es muy limitada con enormes diferencias. Por ejemplo, Girón tiene Secretaría de Seguridad pero Bucaramanga ni siquiera tiene una subsecretaría. Como región metropolitana es bastante débil la integración de políticas públicas. El fenómeno es transversal, lo que pasa en Bucaramanga depende de lo que suceda en los demás municipios por lo que al no tener una unidad metropolitana se dificulta enfrentar el delito. Aunque vale la pena reconocer que contar con una policía metropolitana ha permitido tener un perfil de comandantes mucho más alto y una mayor jerarquía y capacidad para manejar el fenómeno.
¿Cuentan en Bucaramanga y su área metropolitana con información que permita establecer qué actores delincuenciales hacen presencia en el territorio?
Bucaramanga tiene un muy mal diagnóstico de sus condiciones de seguridad, no solamente en la capacidad de individualizar criminales sino en encontrar las dinámicas de crimen organizado y economías ilegales en la ciudad. Se necesita un mejor diagnóstico del comportamiento del delito en el territorio y para eso requiere una institucionalidad de respaldo. Muchas decisiones se toman con base en percepciones y no en la realidad.
¿La migración venezolana ha impactado de alguna manera la seguridad del área metropolitana?
Sí, por muchos factores. Cambia la estructura demográfica, genera espacios inseguros, crece la indigencia, esto afecta las condiciones objetivas de seguridad y también los elementos subjetivos de percepción. La situación muestra la incapacidad de la ciudad para enfrentar el fenómeno de la migración; las alcaldías no tienen presupuesto para atender la crisis migratoria.
¿Cuáles considera son los principales desafíos del área metropolitana en términos de seguridad?
El principal desafío es la creación de una institucionalidad. Se trata de que ese discurso que tiene el alcalde en su plan de desarrollo se pueda implementar con instituciones sólidas; Bucaramanga y su área metropolitana necesitan una Secretaría de Seguridad que analice el fenómeno. En el corto plazo, la ciudad tiene que hacer esfuerzos para recuperar zonas de espacio público, atacar delitos de menor impacto y mejorar su capacidad de judicialización.