Para esto, se realizó un recuento histórico de las normas en materia de legalización, el cual permitió identificar unas etapas claves que fueron contrastadas con el estudio de tres casos (Las Colinas, Nuevo Chile y santa Cecilia Norte parte Alta).
Se partió del hecho de que, en la normatividad sobre los asentamientos informales, se ha priorizado el centralismo jurídico, el formalismo y la rigidez (desde las normas que provienen del Estado), en tanto las prácticas territoriales de los pobladores urbanos no son consideradas como estructuras normativas, aun cuando sean estas las que definen por encima de las normas estatales, los patrones territoriales y el ordenamiento.
Con lo anterior se pudo concluir que a pesar de que históricamente la legalización de barrios en Bogotá se ha asumido jurídicamente de manera centralista, el periodo correspondiente a las décadas de los setenta y ochenta, permitió la interacción del orden normativo estatal con el comunitario, configurándose como una etapa pluralista, que a su vez, permitió un mejor desarrollo de la primera etapa de construcción de los barrios.