Tres preguntas iniciales ayudan a entender esta afirmación: (i) ¿conocemos cuántas plantas generadoras de energía utilizan carbón en China?, (ii) ¿se conocen con claridad las especificidades sectoriales de cada nación que actualmente generan energía con base en el carbón?, y (iii) ¿se conoce con precisión cuán vulnerables son las energías limpias ante la presencia de anomalías climáticas de mediano y alto impacto?
Algunos analistas han propagado una serie de información falsa que es necesario aclarar por un tema de método. Inicialmente hay que reconocer siete imprecisiones preocupantes cuando se habla de crisis climática y transición energética.
Primero. Un grupo de ecologistas insiste en que hay que frenar el extractivismo en la minería para poder impulsar las energías renovables. Dicha afirmación es totalmente falsa. La granularidad más seria demuestra que en la medida en que se profundizan y consolidan las energías renovables, los Estados nacionales deben producir más minerales y consumir mucha agua (para el caso del niquel). Hay decenas de casos, pero para ambientar el debate, ya se sabe que en la fabricación de un carro eléctrico se gasta entre 5 y 7 veces más minerales que en la fabricación de un automóvil tradicional.
Segundo. Con la fabricación del carro eléctrico se reducen a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero del sector transporte. Totalmente falso. Los carros eléctricos sí son parte de la solución, pero los ecologistas soslayan que vivimos en una economía de mercado, es decir que no basta con fabricar los carros: hay que venderlos, y hasta que se vendan se siguen utilizando los carros convencionales. Vender carros eléctricos no ha sido fácil en algunos países con una renta percápita superior a la de Colombia.
Tercero. No es cierto que para Colombia sea bueno dejar de producir petróleo, gas y carbón. Algunos ecologistas olvidan que:
* Polonia produce carbón y el 70 % de su energía la deriva de dicho mineral.
* Alemania consume mucho carbón para producir electricidad y ya reconocen que solo hasta el 2030 esperan alcanzar un 80 % de energías limpias en el mix eléctrico. Alemania acaba de desmantelar un parque eólico para hacer espacio a la mina de carbón de Garzweiler. Es decir, dicho país “se debate entre el sano deseo de descarbonizarse y la necesidad de asegurar en el corto plazo el suministro de energía en plena crisis energética por la guerra rusa-ucraníana”, según Elena G. Sevillano (El País de España).
* Si Colombia deja de producir petróleo debe buscar el combustible que mueva los barcos, aviones, camiones, etc. Una cifra demoledora. Para alcanzar el objetivo planetario de largo plazo del Acuerdo de París hace falta instalar 7.1 TW (teravatios) de capacidad de energía limpia desde la actualidad a 2030, pero los planes de los países llevarían a los 3.7 TW. Investigadores de la talla de Vaclav Smil reconocen que nadie sabe cuántas centrales eléctricas utilizan carbón en China. De ese tamaño es el caos.
Cuarto. Las energías renovables resuelven todas las ecuaciones en materia de sostenibilidad. Falso. La literatura consultada demuestra que la potencia generada por los llamados combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) es mucho más estable como sistema que las renovables. Debido a que no siempre hay vientos, no siempre hay sol, por supuesto que hay que hacer el tránsito rápido hacia las renovables, pero entendiendo con mucho cuidado los riesgos sistémicos de un modelo que será más vulnerable.
Quinto. Los combustibles fósiles son los principales culpables de la crisis climática. Parcialmente falso. Los culpables de la crisis somos nosotros como humanidad que no entendimos que ese modelo de consumo desbocado en algún momento nos llevaría hacia la crisis. Las energías renovables no van a resolver estructuralmente la crisis, si no se deja de consumir de manera desaforada y casi que demencial.
Sexto. Algunos países están pensando dejar en el subsuelo los combustibles fósiles. Falso. En economías emergentes es realmente absurdo dejar una buena fuente de ingresos en el subsuelo. Solo deben revisar el libro Energía y civilización: Una historia (Vaclav Smil, 2021) para entender la complejidad de un tema tan estratégico para cualquier país que busque su propia autonomía energética y financiera.
Pero además estos profesionales desconocen: (i) que los combustibles fósiles pueden ser vitales para los nuevos desarrollos de productos y subproductos no emisores de CO2 que ayuden a consolidar el mix eléctrico; (ii) ya existen laboratorios que están utilizando petróleo para fabricar otros insumos clave para vida del futuro; y (iii) diversas agencias mundiales reconocen que ya en la actualidad se ha emitido a la atmósfera suficiente CO2 capaz de provocar las llamadas anomalías climáticas. Es muy triste reconocerlo, pero ya hay tanto C02 en la atmósfera que la opción más realista es profundizar la transición para potenciar las políticas de adaptación y mitigación.
Séptimo. Las anomalías climáticas serán de bajo impacto. Falso. Precisamente la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), y la Sociedad Meteorológica Americana (AMS) han documentado la presencia de las llamadas anomalías climáticas notables. Los daños causados en vidas perdidas y en recursos monetarios por los huracanes Irma y María así lo demuestran. Es un mal negocio no aprovechar los recursos que se pueden derivar de la exploración y venta de los combustibles fósiles, dado que el daño a la atmósfera ya se hizo. Y utilizar algunos recursos que posibiliten capturar el CO2 en las plantas y actividades que lo generen.
En conclusión, profundizar la transición energética requiere de mucho estudio, rigor y pragmatismo, dado que estamos hablando de un proceso multisistémico. La experiencia alemana es muy aleccionadora. Algunos ecologistas irresponsables criticaron al ministro de Economía y Clima, Robert Habeck por haber cerrado hace unos meses un parque eólico y echar andar una pequeña central de carbón que evitó muchas muertes. Los ecologistas nuestros deben entender que la crisis climática en general, y la transición energética en particular no se debe ver como un proceso lineal. Que no nos pase como al asno de Buridán. Según la mitología, dicho animal murió de inanición mientras escogía qué comer entre dos opciones concretas.
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