Paulina Torres Vega*
En la urbanización mundial concurren diversos procesos de cambio bajo diferentes escalas, tales como: el surgimiento de nuevos actores sociales; el desbordamiento de los límites de la ciudad, las perturbaciones recurrentes en los sistemas ambientales, la segregación socioespacial, entre otros. De tal forma, las expansiones urbanas a nivel siguen enfrentándose a relevantes retos y cambios, con nuevos núcleos poblacionales que exacerban significativamente la vulnerabilidad de los entornos naturales.
Hoy en día, con el aumento significativo de catástrofes de origen natural como terremotos, huracanes etc., y sus impactos, las ciudades enfrentan un sinnúmero de riesgos y tensiones de carácter natural y antropogénico, que dan pauta a disrupciones socioambientales y desastres. En consecuencia, se incrementa la vulnerabilidad de las poblaciones, de la propia infraestructura urbana y de los ecosistemas que sustentan los territorios y espacios urbanos. Asimismo, los efectos de dichos eventos catastróficos se magnifican por las distintas vulnerabilidades regionales y locales. Esta tendencia incluye un aumento de mortalidad, y de pérdidas económicas y de los medios de vida que tienen implicaciones significativas para la vulnerabilidad de las personas y las comunidades dentro de las ciudades.
En América Latina el crecimiento generalizado de los asentamientos urbanos informales se ha convertido en una cuestión de política central y el tema de desastres naturales en un asunto crítico. Los asentamientos informales se caracterizan por establecerse en áreas geográficas de alto valor ecosistémico, que son propensas a desastres y amenazas, que en la mayoría de los casos se sitúan al margen de los sistemas oficiales de regulación y planificación urbana. Este tipo de asentamientos consiste en población vulnerable carente de servicios básicos (agua, luz y drenaje), infraestructura habitacional (mala calidad de vivienda) y de seguridad de la tenencia de la tierra. Estos rasgos aumentan su vulnerabilidad a fenómenos meteorológicos extremos, que se suma a la ausencia de métodos de preparación apropiados para hacer frente a los riesgos de desastres y a su limitada capacidad de respuesta y contención post desastre. Diversos estudios en Latinoamérica se han orientado a identificar la asociación de los modos de ocupación de vivienda y tenencia de la tierra con la reducción de riesgos de desastres en asentamientos informales (Sarmiento et al., 2020), haciendo notar que es fundamental tomar en cuenta la fragilidad multidimensional de los asentamientos informales lo que incluye la capacidad de gestión, el nivel de desarrollo local y comunitario e incluso su resiliencia.
Nuestro enfoque de investigación se centró en la reflexión del concepto de resiliencia comunitaria, que implica el análisis de las capacidades y habilidades para hacer frente a las presiones de cambio derivadas de la urbanización. Se revisaron los enfoques de los estudios sobre resiliencia y asentamientos informales, particularmente en México. Se revisaron diversos enfoques metodológicos para la evaluación integral de la resiliencia comunitaria de los asentamientos informales mexicanos frente a riesgos de desastres. Lo anterior, a partir del delineamiento de dos ámbitos transversales de intervención: las políticas y modelos de gestión de riesgos de desastres y los actores involucrados, ya fueraninstitucionales o locales. Se determinó que los múltiples riesgos y tensiones socioambientales se relacionan con: una desigual planeación, prevención y mitigación de desastres; la ineficiente operación de sistemas de alerta temprana; y la insuficiente capacidad institucional de respuesta post-desastre.
Se conluyó que aún es pertinente y relevante enfatizar la generación de esfuerzos hacia una gestión de riesgos de desastres objetiva y equilibrada, consensuada y participativa, la cual se dirija hacia el fortalecimiento de capacidades y habilidades de las poblaciones locales, a fin de aumentar su resiliencia comunitaria frente a los riesgos y tensiones socioambientales concurrentes en las poblaciones informales, particularmente en la Ciudad de México y en áreas de fragilidad ambiental, tales como las zonas costeras.
Si usted desea más información sobre esta temática puede consultar el artículo “Asentamientos informales y resiliencia comunitaria. Itinerarios para su evaluación ante riesgos de desastres». Para tales efectos, ingrese https://revistas.unal.edu.co/index.php/revcep/article/view/91947
Bibliografía
Sarmiento, J. P., Sandoval, V. y Jerath, M. (2020). The influence of land tenure and
dwelling occupancy on disaster risk reduction. The case of eight informal
settlements in six Latin American and Caribbean countries. Progress in Disaster
Science, 5. doi: 10.1016/j.pdisas.2019.100054