Se trata de una élite profundamente agraria, casi que rural, que supo entender las posibilidades de progreso que ofrecía la migración de pobladores «cachacos», provenientes de Santander. Sin ser puerto, ni fluvial y marítimo, y por fuera de los circuitos del poder costeño, supo aprovechar la relación con las élites andinas y convertirse en un referente d e la identidad caribeña. La ciudad tiene un crecimiento bastante acelerado desde mediados del siglo XX y, para organizar este y no ser desbordados por el mismo, esta élite hacendataria y bastante rural, dirigió el proyecto de planeación urbana más exitosa que ha tenido Colombia.