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Menos bebés, más ancianos: panorama para Colombia y sus ciudades tras la pandemia

Publicado el Monday, 05 July 2021, en Divulgación académica, Destacados

Aunque se especuló sobre el posible aumento en los embarazos producto del confinamiento, los nacimientos en Colombia mantuvieron su tendencia a la baja; el país vive un bono demográfico que podría ser clave para el desarrollo del país en la pospandemia. En países de Europa y Asia se prendieron las alarmas por las bajas e históricas cifras de fecundidad en el último año.

En primer trimestre de 2021 nacieron 140.090 bebés en Colombia, 5.529 nacimientos menos que en el mismo periodo del 2020 / Foto referencial IEU

 

El ‘baby boom’ del que se hablaba en Europa e incluso en América por las condiciones de confinamiento que impuso la pandemia no solo no ocurrió sino que en algunos países como España, Italia y Estados Unidos se produjo una reducción histórica en la tasa de natalidad. 

De acuerdo con datos preliminares, en España se reportó la disminución del 20,4% de los nacimientos en diciembre de 2020, comparado con en el mismo mes de 2019. En Italia esta reducción fue del 21,6% y en Estados Unidos del 8%. En China, con la segunda economía más grande del mundo, el número de bebés en 2020 bajó en 14,9%. Otros países como Francia, Corea, Taiwán, Estonia, Letonia y Lituania también llegaron a las cifras más bajas de los últimos 20 años. 

Si bien el descenso de la fecundidad se viene presentando hace varios años a nivel global, lo que preocupa en estos países es la aceleración que ha tenido este fenómeno en el primer año de la pandemia. Los expertos en el tema llaman la atención sobre la transformación demográfica que se pronostica y el impacto que esto pueda tener en las dinámicas territoriales para los próximos años cuando la población productiva llegue a la jubilación. 

¿Qué pasa en Colombia? 

La fecundidad en Colombia ha caído como en todo el mundo. Según los datos preliminares del DANE, durante el primer trimestre de 2021 se registraron 140.090 nacimientos, lo que significa una reducción del 3,8% (5.529 casos menos) frente al mismo periodo de 2020. Como refleja la siguiente gráfica, el descenso en los nacimientos ha sido recurrente en los últimos años. El cambio más pronunciado se da en el número de defunciones en el mismo periodo, que era de esperarse por el impacto de la pandemia.  

Los nacimientos disminuyeron en la mayoría de las diez ciudades más pobladas del país: en Bogotá el número de nacidos bajó de 19.039 entre enero y marzo de 2020 a 15.536 en 2021. En Medellín pasó de 6.398 a 5.519 y en Cali de 5.598 a 4.881. La excepción fue Cartagena donde aumentaron al pasar de 3.733 a 3.768. 

Ciudad

Nacidos 2020

Nacidos 2021

Reducción 

Bogotá

20.035

15.536

4.499

Medellín

6.469

5.519

950

Cali

5.793

4.881

912

Barranquilla

4.863

4.440

423

Cartagena 

3.733

3.768

+35

Cúcuta

2.856 

2.362

494

Bucaramanga

1.714

1.571 

143

Santa Marta

2.100

1.904 

196

Pereira 

1.168

1149

19

Pasto

1.062

786

276

Elaboración IEU con datos preliminares del DANE

Piedad Urdinola, profesora Asociada del Departamento de Estadística de la Universidad Nacional de Colombia, explica que la transición demográfica colombiana es de las más rápidas en el mundo, tal como ha ocurrido con el proceso de urbanización. 

“Este tránsito acelerado puede ser la causa del imaginario que se tiene en el país de que el envejecimiento está lejos, pero en realidad está a la vuelta de la esquina”, dice. 

Se estima que en 1990 el índice de fecundidad en el país fue de 3.08 hijos por cada mujer, en el año 2000 esta cifra descendió a 2,57, en 2010 llegó a 1,99 y en 2018 fue de 1,81, por debajo de la tasa de fecundidad de reemplazo que es de 2,1 hijos por mujer. La esperanza de vida que ofrecen las ciudades, la caída en la tasa de mortalidad, la inserción de las mujeres en el sistema educativo y el mercado laboral, el empoderamiento en torno a la fecundidad deseada y la posibilidad de ejercer sus derechos sexuales y reproductivos son algunos de los factores que influyen en esta reducción. 

Aunque en Colombia no hay una caída en los nacimientos drástica o histórica como ocurre en otros países del mundo, esta reducción constante va a traer transformaciones importantes en la demografía del país. La pirámide poblacional de Colombia, que ha ido formando un rombo si se compara el censo del 2005 con el del 2018, muestra un centro robusto de población joven y en edad productiva: el 68,2% de la población tiene entre 15 y 64 años. 

 

La percepción que hoy tienen los jóvenes y adultos sobre temas como los hijos, el matrimonio y la familia es distinto al de las generaciones anteriores. Para poner un ejemplo, el censo de 2018 mostró cambios sustanciales en los hogares según número de integrantes, en promedio el tamaño es de 3,1 personas. Los hogares conformados por una persona pasaron del 11,13% en 2005 al 18,56% en 2018, mientras que los hogares de 5 o más integrantes disminuyeron de 33,27% a 16,87%, respectivamente. ¿El principio del fin de las familias numerosas? 

¿Qué es lo que preocupa? 

En los países europeos preocupa la caída en el número de recién nacidos para 2021, por los desafíos a largo plazo en términos económicos tras el impacto de la pandemia. Que en la actualidad nazcan menos bebés implica menos niños en los colegios, menos jóvenes en las universidades, menos personas en edad productiva y reproductiva y muchas más personas envejecidas, que generarán presión importante en los sistemas de pensiones y protección social. También es probable que con índices de fecundidad tan bajos, la mortalidad producto del Covid-19 supere la natalidad.

Para la profesora Piedad Urdinola, en Colombia lo que puede ocurrir es que siga bajando la fecundidad hasta llegar a tasas de crecimiento poblacional de cero o menos. Sin embargo, lo que inquieta no es que el país deje de crecer poblacionalmente sino que se desaproveche el bono demográfico con el que se cuenta en este momento. “Ese bono sucede una única vez en la vida”, advierte la académica. 

“Suponiendo que se superan los problemas económicos de la pandemia en un par de años, nos quedarían unos 10 a 15 años de bono demográfico, si podemos poner a producir a todos estos jóvenes, si llegamos a lo que se conoce como pleno empleo y si además todas estas personas están dentro de la formalidad, es probable que se produzca un repunte de la economía”, sostiene la profesora de la Universidad Nacional de Colombia.

Los problemas: el desempleo juvenil que llegó al 23,1% en abril 2021, la alta tasa de informalidad que cerró el 2020 en 49%, el bajo número de personas en edad de retiro que reciben pensión, entre otros. Un panorama como el que se prevé en Europa y Asia, y por el que tanto ha llamado la atención, impactaría a las ciudades de un país bastante golpeado económica y socialmente por la pandemia. 

La disminución en los nacimientos también implica el envejecimiento de la población, es decir, más personas alcanzando mayores edades al mismo tiempo. “Esto es algo que nunca en la historia de la humanidad se había presentado, tal como ocurre con la urbanización, hoy más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades”, señala la profesora Urdinola. 

Sin embargo, “los efectos de la pandemia sobre la natalidad no se van a ver hasta que acabe”, precisa la demógrafa. Los impactos en las dinámicas de las ciudades colombianas dependerán de cuánto dure el proceso de vacunación, de las soluciones de fondo que se planteen a la crisis socioeconómica por la que atraviesa el país y de las políticas que se puedan implementar para fomentar la maternidad. 

Aumentar la fecundidad, ¿una utopía? 

“Subir la natalidad es una utopía”, afirma la profesora Urdinola. Ni siquiera en los países europeos y asiáticos se ha logrado aumentar los índices de fecundidad a pesar de los incentivos que otorgan los gobiernos en términos de salud y educación. “Esto pasa porque los hijos son muy costosos”, agrega.

De acuerdo con la académica, los países del sur de Europa se han rejuvenecido gracias a la migración, pero la pandemia impidió este fenómeno. Para el caso colombiano, la profesora asegura que “hay cifras suficientes al respecto que demuestran que la migración venezolana está rejuveneciendo la población”, pero la dificultad tiene que ver, otra vez, con que la mayoría de estas personas están engrosando las filas de la informalidad. En 2020 los nacimientos de madres con procedencia venezolana aportaron el 10,5% del total de nacidos en el país.

Por ahora lo que pueden hacer los gobiernos locales, según la profesora Urdinola, es no descuidar las políticas y programas en educación sexual y reproductiva, producción y distribución de anticonceptivos, embarazo adolescente no deseado, entre otros. 

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    Escrito por Paola Medellín Aranguren 

    Las opiniones contenidas en el artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

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