Para debatir sobre el estado del SITP y la polémica que se ha generado por una posible crisis financiera, el programa Observatorio de Gobierno Urbano, del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia, consultó al profesor César Ruiz y el exgerente de Transmilenio, Sergio Paris, quienes debatieron sobre lo que pasa en la actualidad con el componente zonal del SITP, popularmente conocido como “buses azules”.

Inicialmente, el profesor César Ruiz reconoció el avance que ha traído el SITP para la movilidad en la capital del país. En su opinión, lanzar un diagnóstico es muy complejo, pero expresa que “hace unos años los buses eran multicolores con un alto contenido de informalidad e ilegalidad que provocaba la guerra del centavo”.

Por esta razón, si bien el ingeniero reconoce que el Sistema tiene problemas, también destaca la mejora que ha traído a la ciudad e indica que “es la primera vez que los colombianos en décadas podemos tomar un bus en un paradero y no tener que pagarle al conductor el pasaje, por esto, se debe comprender que la ciudad se arriesgó para lograr la conformación de un Sistema Integrado de Transporte Público”. 

No obstante, la percepción de la ciudadanía es negativa, al considerar que hay mala calidad en el servicio, ausencia de cobertura y poca disponibilidad de buses. Lo que en últimas, para algunos, motiva una disminución en la demanda del componente zonal y en consecuencia el fundamento para argumentar la crisis financiera que hoy es debate en la vida pública.

Lo cierto hoy día, es que algo no está funcionando bien; la empresa Transmilenio S.A ha anunciado una posible crisis financiera lo cual no solo alerta a los usuarios, sino que también abre el debate sobre las causas de esta crisis y a su vez las posibles soluciones.

En este sentido, el profesor Ruiz manifiesta que, a nivel de las empresas, indudablemente hay una crisis, la cual hizo que hubiese un cambio: se pasó de la informalidad en la remuneración y en la operación a formalidad a través de un contrato que tiene una condición, y una característica especial, “que implica que el concesionario haga una inversión, la cual debe ser remunerada con el tiempo en la medida que vaya operando este servicio”, dice. 

En consecuencia, según lo explica Sergio Paris, hay tres niveles desde los cuales se debe analizar esta problemática. “El primero es el contrato en sí mismo; el segundo es el sistema y el tercero es la política pública”.

Precisamente, el tema del contrato, es el que en su opinión sustenta la crisis financiera actual. “Hay es un problema de formalización que se tiene que resolver y debe ser un solo sistema integrado”, señala.

Finalmente, aunque para el vocero del sindicato de conductores del SITP, Wilson Hoyos, no existen argumentos válidos por parte del Sistema para declarar la crisis financiera, su llamado es a hacer una renegociación con los contratos de concesión ya suscritos.

“Lo que nosotros pedimos es que renegociemos los contratos que tienen las empresas privadas con el Distrito y que haya unas mesas de diálogo entre trabajadores, empresarios y el gobierno local y así se le da una solución al problema”, manifiesta Hoyos.

Para el profesor y politólogo, Miguel Silva, “el problema que tiene Bogotá es que tiende a mirar siempre el vaso medio vacío, y es por eso que se dio esta crisis que está afectando a un amplio número de usuarios de este medio de transporte de gran importancia para la ciudad”.

En conclusión, los expertos coinciden en que esta problemática no es financiera sino de planificación y de estructura: “es importante ver que se han logrado importantes avances en el desarrollo del uso del transporte en Bogotá, sin olvidarnos que aún falta mucho por mejorar”.