Ante el acelerado proceso de urbanización del territorio, la dinámica de las ciudades intermedias juegan un papel fundamental dentro del fenómeno urbano, en donde se deben enfrentar retos que no son para nada sencillos.

¿Pero que se entiende por ciudad intermedia? Si bien su definición no es unánime para todas las ciudades del mundo, puesto que varia entre países y continentes, según Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), “la Unión Europea define las ciudades intermedias como asentamientos que contienen entre 20.000 y 500.000 habitantes, mientras el Banco Mundial eleva el limite máximo a 1.000.000”.

En este sentido, atendiendo a la idea de que la ciudad intermedia no tiene una definición única, Moisés Cetré Economista, Profesor del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional expresa, “lo que hacen los Gobiernos es definir primero qué es una ciudad, y en consecuencia, qué es una ciudad intermedia, en Colombia es un ejercicio que aún no se ha hecho, el Congreso no ha definido para efectos de política pública qué entender por ciudad intermedia” pero puede entenderse como poblaciones que oscilan entre 50.000 y 200.000 habitantes que son polos de desarrollo y sirven como agente para dinamizar el territorio.

Es así como dentro de las diversas apreciaciones que giran entorno a la definición de ciudad intermedia, cabe afirmar que es aquella ciudad con menos de 1 millón de habitantes, la cual, en palabras del Arquitecto y Planificador Urbano, Juan Manuel Patiño, es la ciudad que no tiene gran población pero cumple las funciones misionales de la ciudad “el hecho de que la ciudad sea intermedia, no significa que no sea importante, pero no tienen el peso especifico de las grandes ciudades” afirma.

Sin embargo, más allá de su importancia demográfica, las ciudades intermedias se identifican por las funciones que desempeña en la mediación de flujos entre las zonas rurales y los territorios urbanos, así como la calidad de vida en la ciudad y la conectividad.

Para la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales “las ciudades intermedias están llamadas a tener un gran protagonismo en el siglo XXI por su importancia demográfica y por las funciones vitales que cumplen en el territorio”, respecto a su papel de intermediación entre las dinámicas sociales y económicas, así como la fuerza que han tomado a partir de la generación de valor en el suelo, el cual ha generado un atractivo inmobiliario en los municipios del entorno y una conurbación bastante compleja, se argumenta.

Por lo cual, para la (CGLU) y ONU Hábitat, como su principal aliado, los desafíos de las ciudades intermedias incluyen superar la planificación deficiente, la dependencia política y financiera, el mayor costo de la prestación de servicios con menos ingresos por impuestos y tasas, falta de recursos financieros, capacidad limitada y estructuras políticas inestables.

Y en este sentido, el contexto actual pone en juego el desarrollo económico, las capacidades de planificación estratégica y gobernanza urbana de las ciudades intermedias, en donde los gobiernos regionales deben trabajar conjuntamente la planificación urbana en el cierre de brechas, atendiendo problemas de vital importancia como: desempleo, seguridad, movilidad, contaminación ambiental, y deficiencia en servicios públicos.

Finalmente, teniendo en cuenta que para la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales “más del 60% de la población urbana del mundo vive en ciudades de menos de 1 millón de habitantes”, y que según Naciones Unidas se estima que para 2015 las ciudades de menos de un millón de habitantes constituyan más de la mitad de la población urbana, la ciudad intermedia está en la nueva agenda urbana como uno de los mayores desafíos en la planificación de las ciudades para atender los principales retos con una planificación del desarrollo y del crecimiento ordenado del territorio.