Además, el docente resaltó la labor que cumplen los árboles y que ningún otro ser vivo puede cumplir como es la salud física y mental en los ciudadanos porque mejora la calidad de vida, “pero nos centramos en la captura de carbono o en la cantidad de madera o alimentos que pueden dar”, dijo.

Por su parte, Diego Mejía, biólogo y coordinador de la Oficina del Sistema de Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Palmira, indicó que “los árboles tiene varios usos ecosistémicos, por ejemplo reducir los efectos de los rayos ultravioleta y nos ayuda a prevenir el cáncer de piel, generar oxígeno, evitan la evaporación del agua, manteniendo el ambiente con grado de humedad y dan frutos comestibles”.

Sin embargo, para Devia a los árboles no se le deben pedir cosas que no pueden hacer por ejemplo “ellos capturan el material particulado de las ciudades pero eso es nocivo para los árboles, se están enfermando y muriendo, en cambio hay plantas especializadas para esos fines pero no se usan”.

¿Qué tanto ayudan los árboles a frenar la contaminación? 

De acuerdo con Devia, “cada bogotano puede emitir dos toneladas de dióxido de carbono al año y un árbol de tamaño medio, en su ciclo de vida se demora 15 años en capturar esas dos toneladas, es decir, cada bogotano debería estar plantando entre uno y dos árboles al año y somos 8 millones de ciudadanos. En la ciudad actualmente hay millón y medio de árboles y se dice que no se pueden sembrar más por espacio, entonces quedamos con una deuda en emisión de carbono”.

Otro punto es que se habla de que es mejor que llueva para que salga la contaminación de la ciudad sin embargo, eso va a parar a otro lado y trae consecuencias. “Esa integralidad hay que contemplarla, porque llueve en Bogotá esa agua va a los ríos y llega al mar y se puede dañar el ecosistema marino. No se debe pensar como ciudad región sino como ciudad nación”, señaló Devia.

Por su parte Mejía propuso no pensar en árboles sino en vegetación, por ejemplo, en Nueva York está usando lo que llaman techos verdes, lo cual disminuye el área de la radiación solar. “Sin embargo, lo que necesitamos son paradigmas nuevos ya que se sueña con vivir de acuerdo a los países desarrollados que son los que más consumen energía y menos preservan el ambiente, entonces hay que evaluar qué se entiende por calidad de vida”.