Así lo aseguró Julio César Alvear, profesor de la Universidad del Valle, durante la emisión de hoy del Observatorio Electoral Urbano, que se transmite por UN Radio.

Los precandidatos para dicha contienda son Angelino Garzón, con el aval de Partido de la U; Carlos José Holguín Molina, por el Partido Conservador; Wilson Arias, por el Polo Democrático Alternativo; Maurice Armitage, de Cambio Radical; y José Roberto Ortiz y Carlos Andrés Clavijo, quienes están esperando el aval del Partido Liberal. Los candidatos por recolección de firmas son María Isabel Urrutia y Luz Elena Sacarte, por el movimiento Con la Fuerza del Alma.

La intención de voto la lidera Angelino Garzón con el 28 %, seguido de Roberto Ortiz con el 17 %, según la encuesta de Cifras y Conceptos.

Seis aspectos claves se trabajaron en la emisión radial de hoy: la percepción urbana, las dinámicas sociales, la densidad demográfica, la articulación de Cali como sistema de ciudad, la inseguridad y la educación.

En cuanto al primer punto, según la encuesta de Red Ciudad, el 44 % de la población afirma que Cali va por buen camino, lo cual indica que está por debajo del promedio de las 18 ciudades que se encuentran en el 53 % ─como Medellín, Bucaramanga y Barranquilla─, pero por encima de Bogotá.

Según el profesor Fabio Zambrano Pantoja, del Instituto de Estudios Urbanos, Cali está en una crisis que lleva más de tres décadas, teniendo en cuenta que en los años cincuenta y casi hasta finales de los setenta era una de las ciudades más promisorias en deporte, cultura, civismo e industria.

Después de los setenta, empezó a vivir el cierre de sus empresas transnacionales, situación que llevó a pensar que ese proceso de prosperidad industrial había llegado a su punto final. Sin embargo, la capital del Valle del Cauca es centro de la economía agroindustrial, principalmente por la industria azucarera.

Para Jorge Enrique Almario, subdirector de Planeación del Valle del Cauca, Cali se está transformando, ya que está abandonando los viejos patrones de crecimiento y desarrollo, basados en las ventajas comparativas geográficas y de infraestructura. En este momento, apunta a crecer en el sector de servicios que se asemeja a países como Honduras.

Asimismo, destacó Almario, en esta ciudad pesan mucho las nuevas tecnologías y todo el sector de las TIC. Allí se está dando una dinámica en la que las empresas basadas en procesos antiguos se están marchando, pero están llegando otras, incluso de China, que piensan en fabricar fibra óptica y autopartes.

“Se trata de un valor agregado que busca que la ciudad se consolide como espacio de conocimiento, trascendiendo del lenguaje del proletariado urbano a una población que crece en torno a las tecnologías”, mencionó el funcionario.

Pese a ello, es importante no dejar de lado que Cali es quizás una de las principales ciudades con desigualdad social y que maneja una economía informal, la cual aumentó con el decaimiento y la crisis, resultado del rompimiento de las relaciones con Venezuela y Ecuador hace algunos años.

En materia de educación, tiene un cubrimiento del 87,9 % de alumnos inscritos, pero la tasa de analfabetismo es del 6 %, por encima del promedio, que es del 4,9 %. En cuanto a calidad, las instituciones con resultados altos representan el 68 % y las de resultados bajos, el 44 %, cifras que han empeorado en el transcurso de 5 años.

Desarticulación en movilidad

El segundo tema abordado durante el programa radial fue la desarticulación de Cali con sus distritos, que son principalmente urbanos.

Los expertos invitados coincidieron en afirmar que Cali es quizás la única ciudad que tiene 2.800.000 habitantes y no cuenta ni siquiera con acuerdos de movilidad. Además, no hay una dinámica de densificación, lo que indica que está llegando tarde a los procesos de creación de zonas metropolitanas.

En el Departamento no se han constituido áreas metropolitanas, no hay distritos autónomos y no se ha logrado su integración.

Durante el programa se abordó la situación del distrito de Agua Blanca, especialmente en cuanto a su situación electoral, un tema que también es preocupante en la región. A pesar de que alberga 1,2 millones de pobladores, que equivaldrían a la quinta ciudad de Colombia, ellos no tienen capacidad de decisión, pues no hay presupuesto participativo ni estructura política, razón por la cual allí se concentra la pobreza.

Inseguridad en la región

De las seis ciudades principales del país, Cali es la que presenta la tasa de homicidios más alta, con 85,74 por cada 100.000 habitantes. Adicionalmente, las desapariciones son del 20,05 % y el hurto a residencias es del 1,9 % (Bogotá tiene un 1,7 %).

El profesor Julio César Alvear aseguró que hasta el momento las propuestas para contrarrestar dicha problemática han sido el fortalecimiento de la fuerza pública y la instalación de cámaras. Sin embargo, estas medidas han sido deficientes y el próximo alcalde tendrá que incluir nuevas estrategias para combatir la delincuencia.

A lo anterior se suma la presencia de bandas criminales como los rastrojos y de pandillas que han empezado a operar junto con las Bacrim. Estas se encuentran vinculadas al microtráfico, razón por la cual, en términos del posconflicto, se tendrían que hacer varios ajustes, según lo aseguró el profesor Julio César Alvear.

Por su parte, Jorge Enrique Almario agregó que la capital vallecaucana es centro del desplazamiento, con 420.000 víctimas, cifras que desestabilizan cualquier país.

“Se trata, por ejemplo, de un número mayor que las víctimas del huracán Katrina”, señaló Alvear, para quien Cali tendrá que demostrar a sus ciudadanos que puede ser una ciudad que brinda oportunidades y que los incluye en la construcción de país.