En este sentido, el espacio de la América hispana hasta el siglo XVIII fue el de las corporaciones y las jerarquías étnicas y sociales, declaró el experto durante el seminario Filosofía del Espacio Público, organizado por el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional.
 
“El espacio político no es puramente geográfico, sino también es un ámbito normativamente construido. La territorialidad, entendida como materialización del espacio político, tampoco es una mera concreción física o un dato, sino el vínculo entre espacio, historia y poder”, afirmó el filósofo, profesor de Investigación del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España.
 
Así, expresó que la crisis de la monarquía y la irrupción del constitucionalismo moderno inauguran un proceso que pertenece a la primera jornada histórica de unos nuevos Estados con una vocación nacional.  

De igual manera, señaló que en la historia de las ideas políticas ha primado tradicionalmente los imperios, los estados y las naciones como objetos de estudio. Las ciudades han constituido, sin embargo, un eje histórico fundamental en la organización política del territorio en Europa y en América.  

Por eso, el filósofo sostuvo que desde la conquista y la colonización hasta las sublevaciones independentistas, la proclamación de las soberanías nacionales y los movimientos populistas del siglo XX, la condición urbana ha marcado el carácter político y territorial de las sociedades iberoamericanas.  

Este doctor en Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid,  también señala que no hay que rascar mucho el suelo para encontrar bajo su superficie el substrato de la cultura católica que tradicionalmente ha modelado los imaginarios sociales iberoamericanos.  

Colom no duda de que el peso institucional de la religión también se haya hecho notar en el desarrollo de sus formas políticas y legales.  

“Con excepción de la constitución argentina de 1819, que aludía a la autonomía de las convicciones privadas de los ciudadanos en lo referente a la religión del Estado, los primeros textos constitucionales de las repúblicas independientes y de la propia España declararon el carácter oficial de la religión católica y excluyeron la libertad de credo de su listado de garantías individuales”, revela Colom.

Este investigador, de nacionalidad española, se ha dedicado a analizar las interacciones entre cambio social, identidad política y cultura, igualmente los conflictos normativos que se derivan de esta relación.

Colom también es diplomado en Ciencia Política y Derecho Constitucional del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Incluso realizó estancias de formación de posgrado en la Universidad Libre de Berlín (Alemania, 1985-1986) y de posdoctorado en la Universidad de McGill (Montreal, Canadá, 1992).

Fue profesor titular de Sociología de la Universidad Pública de Navarra entre 1992 y 1994. Ha sido profesor visitante en diversas universidades canadienses, europeas y latinoamericanas. Durante los años 2000 a 2005 fue presidente de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política.

Además ha publicado libros como Modernidad iberoamericana. Cultura, política y cambio social; Razones de identidad: pluralismo cultural e integración política, e Identidad y dignidad. Las modulaciones políticas del principio de igualdad. También ha adelantado diversas investigaciones, entre ellas Justicia intercultural: normas, sujetos y culturas en sociedades plurales.