En el Valle de Aburrá se presentó una crisis ambiental el pasado mes de marzo como consecuencia de los cambios de fenómenos de El Niño y La Niña y la contaminación vehicular. Esta situación obligó a que los diferentes municipios afectados trabajaran en equipo y tomaran decisiones de choque inmediatas para controlar la crisis.

De acuerdo a datos registrados por el grupo Red Aire en el portal del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), la situación generada fue tan grave que los puntos de monitoreo de calidad del aire registraron 160 microgramos de PM2 (material particulado) de contaminación, superando tres veces la media nacional (50 microgramos) y seis veces la media internacional recomendada por la Organización Mundial de la Salud (25 microgramos).

La situación llegó a un punto tan crítico que incluso de 6:00 am a 10:00 am, no era recomendable hacer deporte por el riesgo que representaba para la salud de los ciudadanos. En este contexto, la comunidad académica encendió las alarmas e inició una iniciativa que se denominó “#SOSPorElAire” precedida por las universidades Nacional de Colombia, de Antioquia, Eafit y la Escuela de Ingeniería de Antioquia (EIA). Contó con el análisis de 11 investigadores de distintas universidades de la región y concluyó con un decálogo firmado para tomar acciones por el aire.

La profesora Carmen Elena Zapata, docente de la facultad de Minas, Sede Medellín de la Universidad Nacional, indicó que en dicha iniciativa (a la cual se suman los integrantes del Grupo G-8) “lo que se trató de hacer fue sensibilizar a la comunidad en la responsabilidad que tenemos todos de tratar de reducir las emisiones. A pesar de estar en un valle semi cerrado, largo y estrecho como lo es el AMVA, se tiene una meteorología bastante completa además de la topografía, la única forma de contribuir a la calidad del aire es reducir las emisiones”.

Relató cómo en días pasados en 8 universidades se llevó a cabo el día sin carro ni moto. “Los resultados evidenciaron que en general en las personas de la comunidad académica hubo muy buena respuesta y en otros no tanto por las incomodidades que ello genera”, en este sentido la profesora Carmen Elena resaltó el papel de las universidades como referente académico.

Además, vienen trabajando con las autoridades ambientales y de movilidad, con el fin de mejorar la movilidad, investigar qué es lo que está sucediendo, los actos de polución, cuáles son y cuáles son los más adecuados, cuál es el porcentaje de polución del parque automotor y demás acciones que son de gran importancia bajo este contexto, indicó la profesora.

Gracias a la temporada de lluvias que se está viviendo en este momento se ha mejorado considerablemente la calidad del aire, sin embargo, esto no es garantía de que no se repita la pasada emergencia ambiental. La profesora Zapata menciona que para cuando empiece el verano a principios de diciembre, el AMVA está implementando un plan de emergencia por contaminación atmosférica, ese plan que se ha venido trabajando por 3 o 4 años ya está listo para aprobación de la Junta Metropolitana tras el estudio y la elaboración hechos por los técnicos. “El plan tiene herramientas que permiten reducir el tráfico, formular las emisiones, inmovilizar los vehículos en las vías si incumplen, en general, varios frentes que se pueden atacar” puntualizó.

Según un informe del Banco Mundial, se indica que la contaminación atmosférica se convirtió en el cuarto factor de deceso prematuro en el mundo, de igual manera, la Organización Mundial de la Salud también ha hecho un estudio minucioso al respecto de cuáles son los lugares más contaminados y las fuentes asociadas a los problemas de contaminación atmosféricas. “De los 9 primeros puestos en Colombia como los municipios más contaminados, hay 7 municipios del Valle de Aburrá, eso a pesar de todas las medidas que se han tomado, indica que aún falta mayor compromiso de la comunidad para la reducción de emisiones.

A partir del 2011 se desbordó el parque automotor en crecimiento y el incremento de emisiones es muy amplio, eso quiere decir que hay un riesgo de que aumenten las enfermedades asociadas a la calidad del aire. La profesora indicó que gracias a la reevaluación de metodología de los estudios epidemiológicos (que normalmente demoran 10 años para evaluar los efectos), se empezó a implementar los métodos de exposición personal que permiten tener datos rápidamente, eso permite agilizar el cálculo de la morbilidad asociada a la calidad del aire.

La profesora Carmen Elena manifestó su preocupación con respecto a que a pesar de la cantidad de medidas que se han tomado, no se ha tenido una respuesta en medición de emisiones, eso indica que se van a aumentar las enfermedades de la población. Agregó además que esto implicaría eventualmente que se apliquen medidas impositivas que vayan desde el control de licencias de conducción, la venta de vehículos, la forma de conducir, efectividad en certificados técnico mecánicos y especialmente, una política pública permanente de educación ambiental.