El cierre de las fronteras aéreas, terrestres y marítimas de los países y la restricción de la circulación de las personas dentro de su territorio fueron algunas de las medidas tomadas por los gobiernos para controlar la propagación del coronavirus. Esta decisión afectó directamente el importante sector del turismo, que tendrá que reinventarse para el proceso de adaptación y preparación al reinicio de actividades económicas y sociales.

De acuerdo con las previsiones del Banco Mundial, el crecimiento en la región se atenuará llegando solo al 1,7 % en 2019, como reflejo de las difíciles condiciones en varias de las principales economías, para subir al 2,5 % en 2020, con la ayuda de un repunte de la inversión fija y el consumo privado.

De acuerdo con el Informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca, en 2018 tuvieron mejor desempeño económico que el resto del país, ya que la cifra nacional se ubicó en el 2.6% y la de estas tres zonas superó el 3%.

Así lo aseguró Edna Bonilla, profesora del Instituto de Estudios Urbanos (IEU) en el programa UN Análisis de UN Radio en el cual se evaluó la política económica del gobierno saliente de Juan Manuel Santos.

En la medida en que Bogotá siga creciendo económica y poblacionalmente su futuro estará encaminado a convertirse en una ciudad con actividad durante las 24 horas del día, lo que implica importantes retos en aspectos como seguridad, movilidad, economía, entre otros.