En sus economías, esto generó una reducción tanto del consumo como de la demanda laboral, con su consecuente caída en la ocupación y en los ingresos de los hogares. En su momento, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sugirió que la mitad de la fuerza laboral en todo el mundo pudo haber perdido su empleo como consecuencia de la COVID y estimó que 1.600 millones de personas que operan en la economía informal sufrieron serios impactos negativos en su capacidad de generación de ingresos [1].
Al interior de los países, esto representó efectos diferenciados a nivel regional y local dependiendo de la composición sectorial y por tamaño de su tejido productivo. De acuerdo con las vocaciones y características de las ciudades, los efectos fueron también más o menos intensos teniendo en cuenta factores como la densidad poblacional, la densidad empresarial, el grado de adaptabilidad de sus empresas, el grado de especialización del mercado laboral (tipo de cualificación de la oferta laboral, formas de contratación -formalidad/informalidad), y las respuestas que desde los diferentes niveles de gobierno se implementaron.
Las respuestas de política pública de varios países comprobaron que algunos países respondieron con mayor efectividad que otros [2]. Aquellos que contaban con un alto nivel de recursos – instituciones políticas y económicas robustas- lograron manejar y mitigar de mejor manera los efectos en el corto plazo. En el mediano plazo, se pudo comprobar que aquellos países con mayor disponibilidad de fuentes -principalmente financieras- lograron implementar estrategias relativamente exitosas post-COVID de recuperación de su dinámica económica.
En el caso colombiano, las medidas de aislamiento, preventivo y obligatorio, generaron una interrupción en la operación y funcionamiento de miles de empresas y una notable reducción de la demanda para una gran parte del sector productivo [3]. El Gobierno Nacional implementó acciones de mitigación y reactivación para apoyar al sector productivo, concentradas en empresas, principalmente registradas y por tanto del sector formal, para proteger los empleos que estas unidades productivas generaban, y así, reducir el impacto en los ingresos de los hogares. Esto se acompañó de acciones de política social, como el programa Ingreso Solidario, que beneficiaron indirectamente a trabajadores y emprendedores no formalizados.
En Colombia, las trece áreas urbanas principales concentran 48% de la población ocupada del país y 50.4% de las unidades económicas visibles. Para el segundo trimestre de 2020, como consecuencia de la pandemia, se estimó que 4.8 millones de puestos de trabajo fueron destruidos [4]. Estudios del Banco de la República, Fedesarrollo, la Universidad de los Andes y el Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social encontraron que los altos niveles de informalidad empresarial estuvieron correlacionados con la dificultad para teletrabajar y para adaptarse al choque de demanda ocasionado por las restricciones; y asocian la informalidad con una mayor flexibilidad del tejido productivo, y por tanto una mayor capacidad de reacción en la fase de recuperación. En conjunto con esta informalidad, identifican que el tamaño de la empresa fue determinante respecto a la probabilidad de que los trabajadores perdieran sus trabajos [5], [6], [7], [8].
Confinamiento y reactivación
En el país, el enfoque de contención de las transmisión se ejecutó con una política de confinamiento relativamente temprana con el propósito de minimizar las pérdidas de vidas humanas y ante la incertidumbre de la dinámica de la enfermedad [9]. El primer conjunto de restricciones a la movilidad comenzó el 25 de marzo de 2020 (Decreto 457 de 2020), cuando la tasa de contagio no presentaba alarmas y como medida precautelativa se restringió la circulación de todas las personas, exceptuando aquellas actividades determinadas como esenciales para garantizar el derecho a la vida, a la salud en conexidad con la vida y la supervivencia.
En el documento de trabajo CONFINAMIENTO & REACTIVACIÓN [10], producto de investigación del IEU – UNAL, se presentan los impactos que las medidas de confinamiento implementadas a nivel nacional tuvieron en los mercados laborales de las trece principales áreas urbanas del país. El estudio propone un modelo econométrico de panel de datos, que incorpora la dinámica de contagio y fallecidos ocasionadas por la COVID, los factores de ciudades, y aquellos característicos de los mercados laborales de las principales áreas urbanas del país, así como los programas de apoyo a la actividad empresarial.
Dentro de las contribuciones del estudio, se cuentan en la forma de medición de la restricción impuesta en el período de confinamiento y la posibilidad de diferenciar los efectos para cada una de las trece principales áreas del país.
Con respecto a la forma de medición, en línea con el trabajo del Banco de la República [7], se identifican aquellos sectores no restringidos y aquellos restringidos. A diferencia de éste, que trata esta variable de forma dicotómica, en nuestro documento de estudio se contabilizan el número de días, entre el inicio del aislamiento obligatorio, y la entrada en vigencia de la resolución de adopción de protocolos de bioseguridad de cada sector económico. Para esto se construyó una matriz con los decretos y resoluciones de adopción del protocolo de bioseguridad para el manejo y control del riesgo del Coronavirus Covid-19 para las respectivas actividades económicas expedidos por el Gobierno Nacional durante la fase de recuperación. En general, estas resoluciones incluían varias actividades económicas, y especificaban el respectivo nivel de desagregación de CIIU (2, 3 o 4 dígitos). Se rastrearon un total de 110 resoluciones, 92 expedidas en 2020, 12 en 2021 y 6 en 2022.
Resultados
Uno de los resultados destacables, para el período post-COVID tiene que ver con el cambio de la dinámica de los trabajadores informales. Se encuentra que el rango (mínimo-máximo) del indicador de proporción de ocupados que no cotizan pensión – típicamente usado como proxy de trabajo informal – se comprime (ver Gráfico 1). Esto quiere decir, que si desde el 2016 y hasta 2019 esta proporción osciló entre 70% y 40%, a partir del período post-COVID en rango se redujo en 10 puntos porcentuales, una posible explicación es la mayor supervivencia mostrada por las empresas formales, como se reporta en [7] y [8]. Vale la pena destacar que áreas como Bogotá, Valle de Aburrá y Manizales, que históricamente se reconocían por sus bajas tasas de informalidad, no han logrado recuperar la trayectoria histórica reciente de este indicador.
Gráfico 1 Proporción Ocupados que NO cotizan pensión – Trece ciudades principales
Fuente: Elaboración propia con datos GEIH 2016- 2023
Dentro de los principales resultados se encuentra que las restricciones sectoriales tuvieron un efecto negativo en el empleo. Se estima que en promedio a nivel nacional la restricción representó una pérdida alrededor del 4% promedio mensual para los sectores restringidos para circular por cuenta del confinamiento, en línea con [7]. Para las trece áreas diferenciadas se encuentra un rango de impactos diferenciados por áreas de entre 9% y 2.2% (ver Tabla 1), estas estimaciones son significativas cuando se toman de forma desagregada y sus estimadores son estadísticamente diferentes entre ellos.
Tabla 1 Principales resultados – Trece áreas metropolitanas
ÁREA METROPOLITANA | Pérdida estimada mensual |
Bogotá | -2,2% |
Cali A.M. | -3,1% |
Medellín A.M. | -5,4% |
Barranquilla A.M. | -6,4% |
Bucaramanga A.M. | -4,3% |
Manizales A.M. | -2,6% |
Pasto | -5,1% |
Pereira A.M. | -3,1% |
Cúcuta A.M. | -4,6% |
Villavicencio | -8,7% |
Ibagué | -5,9% |
Montería | 0,0% |
Cartagena | -3,1% |
Fuente: Elaboración propia. El resultado se obtiene al multiplicar la estimación por el factor 30/365, para reportar el valor estimado mensual. Los valores en negrita son estimaciones con p-valor menor a 0.01.
No se encontró que la dinámica de la pandemia, contagios o fallecimientos, haya afectado directamente los mercados laborales locales. Este hallazgo tiene sentido a la luz de la política de contención que logró posponer el pico de contagio para el año 2021 y acorde con el enfoque epidemiológico planteado y que fue recogido a través de los protocolos de bioseguridad implementados por el sector productivo.
Esta investigación contribuye a los estudios de mercado laboral y al estudio de los choques pueden afectarlos. Sus resultados son de relevancia para los gobiernos de las ciudades, teniendo presente la posibilidad de este tipo de choques a la actividad económica en el futuro, y la progresiva y creciente interdependencia de las ciudades, a nivel nacional e internacional.
BIBLIOGRAFÍA
[1] K. Nagarjun, «ILO: As job losses escalate, nearly half of global workforce at risk of losing livelihoods», ILO Geneva Switz., 2020.
[2] Y. Belghitar, A. Moro, y N. Radić, «When the rainy day is the worst hurricane ever: the effects of governmental policies on SMEs during COVID-19», Small Bus. Econ., vol. 58, n.o 2, pp. 943-961, feb. 2022, doi: 10.1007/s11187-021-00510-8.
[3] Presidencia de la República de Colombia, «Juntos Construimos País. Informe al Congreso de la República 2020», Presidencia de la República de Colombia, Bogotá, D.C., Informe, 2020.
[4] O. Becerra, M. Eslava, y M. Isaacs, «La afectación efectiva del empleo en la pandemia: ¿Qué más nos pasó?», Nota Macroeconómica, n.o 26, Universidad de los Andes, Facultad de Economía, 1 de octubre de 2020. Accedido: 17 de marzo de 2024. [En línea]. Disponible en: https://repositorio.uniandes.edu.co/entities/publication/912d6e91-5b5e-45a0-88c2-88341cdc0a17
[5] L. Alfaro, O. Becerra, y M. Eslava, «EMEs and COVID-19: Shutting down in a world of informal and tiny firms», National Bureau of Economic Research, 2020. Accedido: 21 de mayo de 2024. [En línea]. Disponible en: https://www.nber.org/papers/w27360
[6] S. Farné y C. Sanín, «Impacto de la Covid-19 sobre el mercado de trabajo colombiano y recomendaciones para la reactivación económica», OIT / Oficina de la OIT para los Países Andinos, Colombia, 2021.
[7] L. F. Morales et al., «Effects of the COVID‐19 pandemic on the Colombian labour market: Disentangling the effect of sector‐specific mobility restrictions», Can. J. Econ. Can. Déconomique, vol. 55, n.o S1, pp. 308-357, feb. 2022, doi: 10.1111/caje.12549.
[8] C. Fernández, «Impacto en el mercado laboral de las medidas de aislamiento para combatir el COVID-19», 2020, Accedido: 13 de enero de 2025. [En línea]. Disponible en: https://repository.fedesarrollo.org.co/handle/11445/3935
[9] L. Chicaíza, M. García, y I. L. Urrea, «¿Economía o salud? Un análisis global de la pandemia de COVID-19», Rev. Econ. Inst., vol. 23, n.o 44, pp. 171-194, dic. 2020, doi: 10.18601/01245996.v23n44.08.
[10] O. Rodríguez Torres, «Confinamiento & Reactivación. Desagregando los impactos del COVID en la ocupación de las trece ciudades principales de Colombia», 2025.
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