El departamento sigue con una población sumida en la pobreza, con niveles altos de desigualdad, sumado a la presencia de actores armados al margen de la ley, la corrupción y el clientelismo, configurando unas trampas electorales muy difíciles de desactivar, señaló Pablo Abitbol, politólogo, magíster en Filosofía y doctor en Economía, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Bolívar.