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Vivienda en arriendo, un modelo con imagen negativa que podría convertirse en innovación para la política pública

Publicado el Viernes, 23 Noviembre 2018, en Divulgación académica, Destacados

Flexibilidad, calidad y ubicación son algunas de las ventajas que tiene el alquiler de vivienda, un modelo complementario a las políticas de vivienda nueva en propiedad que podría ayudar a disminuir el déficit habitacional.

Foto IEU

El alquiler de vivienda es un modelo que parece tener una imagen negativa en la mayor parte del mundo. Hay quienes lo consideran la única salida ante las barreras para adquirir vivienda propia; otros, lo ven como una ventaja por la facilidad de moverse de acuerdo a su sitio de trabajo y/o estudio. En todo caso, en Colombia hay un déficit de vivienda cualitativo y cuantitativo de aproximadamente 20%.

En el programa Observatorio de Gobierno Urbano emitido por la UN Radio, los profesores Adriana Parias del IEU y Samuel Jaramillo de la Universidad de los Andes analizaron la posibilidad de fomentar la vivienda en arriendo como una opción habitacional en la política pública, considerando que uno de cada cinco hogares alquila su vivienda en América Latina y el Caribe, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Hay una visión general que se centra en la búsqueda de ofrecer vivienda en propiedad, porque se tiene el imaginario que la vivienda en alquiler es una señal de limitación de ingresos”, dice el profesor Jaramillo. Incluso en Bogotá, dijo la profesora Parias, la tenencia en alquiler es más alta en estratos altos y bajos, y menos alta en estratos medios.

De acuerdo con Jaramillo, el crédito hipotecario al que se ven obligados los hogares para obtener vivienda propia genera conflictos internos, al tener que destinar a la vivienda una cantidad excesiva de sus recursos limitados frente a la necesidad de servicios de alimentación, educación y salud.

“Parecería tener mucho más sentido para esos hogares tener una opción en la que pudieran mejorar inmediatamente sus condiciones habitacionales sin tener que hacer sacrificios desproporcionales: una política de vivienda basada en el alquiler”, explicó.

Para la profesora Parias quienes acuden a una vivienda en alquiler están en una etapa de su vida en la que no tienen un capital monetario acumulado, son jóvenes y en muchos casos hogares unipersonales. Este modelo de vivienda tiene ventajas importantes como la calidad, flexibilidad y ubicación de acuerdo a sus intereses.

“La opción que tiene una familia de Vivienda de Interés Prioritario o Interés Social ya no es ni siquiera en las periferias de la ciudad sino en otros municipios y tienen que desplazarse a Bogotá a trabajar; ese es un sacrificio muy grande por ser propietario”, manifestó. Al respecto Jaramillo agregó que ser propietario “encadena” a las personas a permanecer en un solo lugar, restringiendo posibilidades laborales y disfrute de servicios.

Arrendador y arrendatario, más que un vínculo contractual

Los académicos coincidieron en que no hay grandes compañías que se dediquen al alquiler de viviendas sino que los oferentes son pequeños propietarios que buscan un ingreso de recursos adicionales para su hogar. Normalmente los propietarios y sus inquilinos tienen las mismas condiciones socioeconómicas.

Por tanto, “hacer políticas para favorecer al inquilino y combatir a los propietarios por ser especuladores es una irracionalidad; lo cierto es que los propietarios ofrecen vivienda a personas de su misma condición socioeconómica”, insistió Jaramillo.

La relación entre propietario e inquilino tiene variaciones: en los sectores altos hay un componente más formal, anónimo y con el uso de intermediarios; en los sectores medios la formalidad disminuye mientras que en los bajos el vínculo es informal, sin contrato y con base en la confianza.

“En la medida que no aplica el contrato convencional hay unas formas de regularizar esos mercados basados en la confianza, reciprocidad y lealtad. Eso garantiza que el mercado funcione sin abuso y con regulación propia”, añadió Parias.

Los expertos consideran que para los sectores populares la oferta de vivienda en alquiler es fundamental para complementar los ingresos y como contribución a satisfacer las necesidades habitacionales. “Si no hubiera oferente de vivienda en alquiler las personas estarían viviendo debajo de los puentes, el déficit sería del triple”, sentenció el profesor de los Andes.

No es de competencia, es de complemento

Los profesores aclararon que el objetivo no es provocar una competencia entre las dos formas de tenencia, en tanto deben considerarse como políticas complementarias por sus ventajas y desventajas. Esta política integral “no puede estar basada desde la lógica del mercado capitalista rentable a través del mismo esquema de subsidio a la demanda”, advirtió Parias, se trata de contemplar la variedad de modalidades que tiene el mercado de arrendamiento.

Además de esto, sugirieron la conformación de un promotor estatal que tenga la capacidad de administrar, controlar y dirigir una opción de producción y de servicio de vivienda en alquiler y el fortalecimiento del mercado popular de vivienda. En resumen, esto podría ayudar a satisfacer mejor las preferencias de la demanda de vivienda y crear mayor movilidad residencial y laboral.

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    Escrito por Paola Medellín

    • Etiquetas: alquiler, arriendo, déficit habitacional, OGU2016, políticas, ubicación, vivienda
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