A esta conclusión llegaron la economista Mónica Clavijo y los profesores Pedro Ramos y Óscar Suárez en el programa Observatorio de Gobierno Urbano, que se transmite por la UN Radio, en el que se debatió sobre el nuevo esquema de aseo en Bogotá y la situación del relleno sanitario Doña Juana.

Los académicos coincidieron en que más allá de pasar de un esquema de aseo público a uno privado, la prioridad de Bogotá es buscar alternativas para la disposición final de residuos sólidos, teniendo en cuenta que la vida útil del relleno sanitario Doña Juana ya llegó a su fin, mientras el número de toneladas diarias que se producen en la ciudad va en aumento. (Lea también: Colombia debería decir “no” a los rellenos sanitarios)

De acuerdo con una investigación liderada por el profesor Óscar Suárez, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en la capital del país técnicamente ningún terreno es viable para ubicar un relleno sanitario; “ni siquiera en las áreas donde está actualmente, ni Doña Juana ni Mondoñedo”, advirtió el ingeniero químico.

En consecuencia, este análisis le propuso a la Administración Distrital, optar por plantas de aprovechamiento térmico de los residuos ubicadas en puntos estratégicos de la ciudad (norte, centro sur), de tal manera que los 800 vehículos que a diario se transportan hacia el relleno Doña Juana puedan distribuirse por zonas.

“Se liberan rutas y tiempo, que pueden ser usados para la recolección de reciclaje. Seguimos aplicando condiciones por normatividad, pero no se exploran otras alternativas que son más económicas y menos contaminantes”, insistió. (Lea aquí: Transporte, recolección, distribución y plan de contingencia, principales problemas de las basuras en Bogotá)

Al respecto, la economista Mónica Clavijo manifestó que si el tratamiento y aprovechamiento de residuos se hiciera a la escala local, como propone el estudio, se podrían reducir costos de transporte y emisión de gases de efecto invernadero. Adicionalmente, destacó la gestión que se ha hecho en municipios pequeños con el uso de tecnologías poco costosas, que generan empleo y permiten programas de restauración ecológica y de abono.

A su turno, el ingeniero en Mecanización Agrícola, Pedro Ramos, concluyó que “es necesario implementar soluciones que la Universidad Nacional ya había propuesto desde el año 1983, en relación al uso de plantas de tratamientos de residuos para generar energía”.

Reciclaje

En el proceso de disposición de residuos sólidos, los ciudadanos son actores fundamentales, teniendo bajo su responsabilidad el primer paso: la separación en la fuente y el reúso de elementos. Los expertos coincidieron en que fomentar la cultura del reciclaje en los ciudadanos no es lo complejo, sino que el problema está en el esquema de recolección. 

Para Clavijo, a parte de las tecnologías que se necesitan para hacer la reincorporación de materiales a los procesos económicos, se requiere que, por un lado, la población perciba que hay esquemas de recolección selectiva eficiente y, por el otro, garantizar el acceso a los recicladores en condiciones dignas.

Finalmente, el ingeniero Ramos afirmó que este problema es de decisión política, fundamentalmente en el Concejo de Bogotá. “En la medida en que los políticos que manejan esta ciudad no tomen conciencia de esta problemática y se responsabilicen del impacto para la ciudad de una sola tecnología que ya es obsoleta como el relleno sanitario y un POT que no permite plantas de tratamiento y aprovechamiento de residuos sólidos en las diferentes áreas de servicio exclusivo, el problema seguirá”, puntualizó.