Escrito por: Diego Rodríguez (dlrodriguezv@hotmail.com)

Hoy este conjunto de experiencias heterogéneas busca postularse como una herramienta de transformación territorial en la región, aliando participación ciudadana, actores del poder público local, proyecto urbano y optimización de la plusvalía en terrenos baldíos.

En enero 2020 el Institut Paris Région realizó una actualización de la base de datos de proyectos en la región que permitió reconocer las tendencias principales que parecen emerger de estas nuevas experiencias. Este trabajo se funda en la colecta de datos de cada proyecto y de dispositivos específicos dedicados, un estado del arte de artículos académicos y estudios sobre el tema, pero también la participación en diferentes grupos de trabajo, eventos y encuentros sobre el urbanismo transitorio.

Inspirado de formas alternativas de ocupación en las ciudades europeas, como los okupas o el squat, los proyectos de urbanismo transitorio son, hasta la década de 2000 - 2010 en la región parisina, ocupaciones espontaneas de un sitio baldío con fines culturales y con una duración que dependía de la forma en que el propietario tratara el proceso de expulsión. 

Con la ley del 2014 relativa a los oficios artesanos y la Ley del 2016 LCAP (Libertad de la creación, a la arquitectura y al patrimonio), se formalizan en cierta medida estas prácticas, con el fin de reglamentarlas y promoverlas. A esto se suma la aparición de dispositivos de ayudas dedicados a este tipo de proyectos, liderado por la región (convocatoria AMI del urbanismo transitorio) pero también por otras entidades territoriales, como las intercomunales. 

En el trabajo del instituto se abordan temas como la gran diversidad de proyectos de urbanismo transitorio puestos en marcha en la región, las características principales dentro del paisaje cultural del territorio y las tendencias que parecen irrigar estas experiencias en 2020.

1. Diversidad de los proyectos de urbanismo transitorio

En promedio cada año se presentan 17 proyectos en Île-de-France desde el 2012. Dentro de estos se encuentran proyectos como la “PADAF”, incubador de reutilización de materiales en un antiguo depósito de Universal Music en la comuna de Antony; la “Cité fertile”, un lugar de animación y eventos en un terreno de la empresa pública de trenes SNCF en la comuna de Pantin o la “Zone sensible”, combinando agricultura y arte en un terreno propiedad de la comuna de Saint-Denis.

Para el tercer trimestre de 2019 se contaban 80 proyectos en curso. La fuerte concentración en el corazón de la aglomeración parisina es parcialmente equilibrada con experiencias en un tejido urbano menos denso. Tal es el caso de proyectos como el Big Bag a Carrières-sous-Poissy (departamento de Yvelines) o Le Labo a Bretigny-sur-Orge (departamento de Essonne).

2. Características de proyectos de urbanismo transitorio

Los proyectos de urbanismo transitorio se caracterizan principalmente por usos recurrentes como el arte, la cultura, la agricultura o los huertos; presencia en contextos residenciales, comerciales e industriales; la inscripción dentro de procesos de proyectos urbanos a término; propietarios en su mayoría del sector público, aunque con una creciente participación del privado;  una duración de proyecto entre 2 a 3 años; la presencia de terrenos de gran superficie que pueden variar de 1000-5000m² (45%), incluso superficies de más de 5000m² (39%); y lugares con suelos impermeabilizados (42%).

3. Tendencias y evoluciones del Urbanismo Transitorio en Île-de-France 

Existe una diversificación de actores implicados: promotores, planificadores, propietarios de vivienda social, cada vez más colectividades locales y actores políticos de la ciudad. Entre los actores públicos, la USH (Union Sociale pour l’Habitat) ha publicado por ejemplo una guía destinada a los propietarios sociales. Esto busca comprender mejor las metodologías usadas en este tipo de proyectos.

El desarrollo de prácticas del urbanismo transitorio ha suscitado la aparición de nuevos actores, de nuevos oficios asociados y de nuevas competencias, así como de algunas formaciones dedicadas a tal fin. Dos grandes familias de actores se pueden diferenciar:

Las estructuras que tienen la capacidad de ocupar, animar y programar los lugares ellas mismas.

Las estructuras que se posicionan en el aspecto de consejo del propietario, operadores urbanos o colectividad.

Perspectivas del urbanismo transitorio como herramienta de transición territorial

Dos escenarios parecen posibles para el urbanismo transitorio en 2020:

La estandarización. Existe el riesgo de que los proyectos pierdan fuerza frente a tantos marcos y restricciones, de la voluntad de replicar y de ampliar la escala de intervención. El urbanismo transitorio se volvería, en tal caso, un instrumento como cualquiera, sin su dimensión creativa, sin lo inesperado y sin una capacidad inventiva.

La deriva libre. En esta opción, los operadores urbanos, propietarios y colectividades aceptan dar un margen de maniobra financiera y de acción para estas prácticas, que pueden desplegar inteligentemente y de forma contextual en los territorios.

Si el contexto financiero actual no es favorable para las colectividades locales, los objetivos nacionales y regionales de « Cero artificializacion neta » podrían ser el soporte del urbanismo transitorio, pues un enfoque importante va estar puesto sobre la ciudad existente y los sitios baldíos, con tiempos largos de ejecución y un impacto virtuoso en el medio ambiente: basarse en lo existente, demoler menos, conocer y utilizar mejor el patrimonio construido principalmente.

Aun si, numerosos frenos existen para una difusión del urbanismo transitorio y una mejor prefiguración de transformaciones urbanas. Es necesario una sensibilización de pilotos de proyectos y de los poderes públicos para el desarrollo de nuevas formas de pensar el proyecto urbano y arquitectónico de forma más participativa y prefigurativa, adaptando los términos de convocatorias públicas, repensando las nociones de funcionamiento y de inversión, incluyendo clausulas culturales como lo preconiza el Polau (Polo Artes Urbanismo), por ejemplo, para promover las fabricas artísticas de la ciudad.

Existe también un interés de diversificar los equipos de operadores técnicos de los proyectos urbanos y arquitectónicos integrando otros perfiles: administradores, sociólogos, artistas y oficios de la educación popular, con una justa repartición de honorarios y la invención de nuevas formaciones siguiendo estas metodologías renovadas. La plusvalía del proyecto debería ser mejor utilizada (principalmente sobre la comercialización final) para financiar la programación abierta y las permanencias, y movilizar mejor los fondos públicos.

Estas prácticas cuestionan la capacidad de actuar sobre el territorio, a partir de acciones temporales, de una disciplina que busca en principio intervenir sobre temporalidades de largo aliento en las ciudades. Numerosos son los ecos a trabajar entre culturas como la francesa y la colombiana en esta materia.