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Territorio y coronavirus

Publicado el Domingo, 30 Mayo 2021, en Divulgación académica, Destacados

Para acercarnos al núcleo de la reflexión sobre territorio y coronavirus es pertinente no omitir la arquitectura que surgió de los acuerdos de la segunda guerra mundial y sus modificaciones en el tiempo y en el espacio; los surgidos con la implementación del programa económico de Reagan - Thatcher y con la caída del muro de Berlín y el posterior ascenso de la República Popular China, su política de partido único y de economía de mercado, con sus diferentes fases y transformaciones. Igualmente, en interacción con EEUU y China, la dinámica de la Unión Europea y su papel en la conducción como líder mundial de la lucha contra el cambio climático.

Foto referencial Agencia de Noticias UNAL

 

Escrito por:
Fabio Giraldo Isaza

A la memoria de Humberto Maturana, maestro y amigo que nos enseñó la importancia de la autopoiesis como fenómeno de la vida. 

Para acercarnos al núcleo de la reflexión sobre territorio y coronavirus es pertinente no omitir la arquitectura que surgió de los acuerdos de la segunda guerra mundial y sus modificaciones en el tiempo y en el espacio; los surgidos con la implementación del programa económico de Reagan - Thatcher y con la caída del muro de Berlín y el posterior ascenso de la República Popular China, su política de partido único y de economía de mercado, con sus diferentes fases y transformaciones. Igualmente, en interacción con EEUU y China, la dinámica de la Unión Europea y su papel en la conducción como líder mundial de la lucha contra el cambio climático. 

Este contexto geopolítico es la base de las tensiones de fuerza en las dimensiones políticas y económicas de las principales potencias mundiales en el mundo contemporáneo. Bañan y penetran, condicionando sus relaciones con la política y la economía de los países latinoamericanos, con la sociedad colombiana en particular y su división política - administrativa a nivel territorial. 

La discusión sobre la sociedad real o socialmente instituida, debe desde mi visión, acceder a la anterior problemática. En ella, EEUU y China como las grandes potencias de la nueva geopolítica desarrollan las viejas controversias entre la guerra y la paz; establecen un complejo equilibrio de fuerzas alrededor del cual giran la totalidad de las sociedades del planeta, reproduciendo a su manera, las tensiones políticas y las volatilidades económicas ínsitas en los nuevos patrones de acumulación de capital del mundo globalizado. 

A nivel de país, las anteriores interacciones son la base de la articulación entre ciudades y territorios a nivel local. Colombia con una población de más de 50 millones de habitantes y una migración venezolana de al menos 2 millones de personas, vive una de las situaciones políticas, económicas y sociales más graves de su historia. Ella desnudó ante propios y extraños la irresponsabilidad de muchos políticos y sectores económicos en la conducción de la gobernanza en todos los niveles de la división territorial.

La anterior situación se agravó severamente al estallar la pandemia en marzo del año anterior, dándole una tregua a la explosión social ocurrida en noviembre de 2019. La polarización política, agudizada por el plebiscito en el 2016, impidió que los acuerdos de paz transitaran civilizadamente para tratar de corregir las bases estructurales del conflicto armado en Colombia, desnudando los problemas de la propiedad territorial y la incapacidad de crear patrones de acumulación de capital modernos y civilizados, para ir mejorando progresivamente la injusta distribución de la riqueza y el goce efectivo de los derechos de la mayoría de la población, consagrados en la Constitución Política de 1991. 

El país había sobreaguado la crisis provocada por la apertura económica. Ella en un proceso de mediano plazo, destruyó el viejo modelo de desarrollo, reemplazándolo lentamente por un modelo orientado hacia el exterior, basado fundamentalmente en la primarización económica. Los ciclos políticos y económicos mostraron ligeras recuperaciones en el crecimiento económico a costa de unas frágiles finanzas públicas. El endeudamiento público y privado se elevó continuamente, sin lograr salir de niveles de desempleo de más de dos dígitos. Dicha situación, calificada por las visiones políticas que lograron los acuerdos de paz de la mano de una filosofía política de vaso medio lleno y vaso medio vacío, era la base de una de las desigualdades más altas del mundo. En ella, economía y democracia liberal de baja intensidad cohabitaban con una informalidad superior al 50 % y una clase política disfrutando niveles de ingreso fácilmente calificables como obscenos y socialmente instituidos de una forma corrupta.

En esta difícil situación, irrumpió un chivo expiatorio biológico, desplomando la geopolítica territorial de América Latina y el Caribe -la más endeudada del mundo en desarrollo-, donde sus habitantes llevan en términos relativos los niveles más altos de infectados y muertos. Mientras la política fracasa y sus políticos continúan insultándose por las redes sociales y la televisión, América Latina con solo el 8 % de la población del mundo tiene cerca del 30% de las muertes globales por el Covid 19. Brasil tiene los indicadores más altos después de EEUU; México y Colombia se disputan el tercer lugar; Venezuela con unas estadísticas poco útiles para el análisis económico paga el precio de destrucción y caos, de la mano de su ideología teológica política.

Al volver nuevamente los ojos a la dimensión geopolítica, es útil indicar su importancia para la discusión de los estudios urbanos y territoriales. Revisemos rápidamente una de las discusiones técnico – científicas más relevantes para tal fin. Como lo desarrollaremos a continuación, la información estadística obtenida por diferentes procedimientos públicos, privados o de otro tipo son la esencia de las ciencias sociales que se ocupan de la política y la economía. En estos estudios, los valores y principios normativos de nuestras creencias e ideologías sirven a los intereses que representan la estructura de poder de la realidad socialmente instituida y sus nociones básicas de crecimiento económico y distribución de la riqueza. 

Recientemente, el director de Fedesarrollo llamó la atención sobre ¿Cómo es posible que el país haya logrado eliminar la brecha de la pobreza urbano rural, en la peor crisis económica del país desde hace más de un siglo?1 Su discusión era nítida. Los datos de pobreza monetaria publicados recientemente por el DANE muestran que la pobreza a nivel nacional aumentó del 35.7% al 42.5% del total de la población. Estos resultados eran contra evidentes dadas las cifras reportadas por la entidad sobre la caída de la producción nacional -PIB- del 6.8%, así como la tasa de desempleo, que alcanzó una cifra cercana al 16%. No nos interesa entrar en este debate de especialistas, pero sí indicar su importancia cuando se miran las principales estadísticas de la ciudad y el territorio2.

Resulta útil recordar como el exministro de Hacienda de los presidentes Duque y Uribe fue exitoso en sus conocimientos técnicos cuando “asesoró” a los municipios en los recordados bonos de agua y principal agitador político con sus famosos huevos a $1.800.oo la docena. Detengámonos en el uso estadístico de su argumento para defender su estrategia de subir el IVA a muchos bienes y servicios por ser una de las más aberrantes injusticias del país. Su argumento, basado no solo en las falacias de composición conocidas en la teoría económica, sino en las más complejas, las de deconstrucción, las realiza con un ejercicio de utilización política de la técnica estadística. 

Remito al lector leer atentamente el texto del ex ministro: “La injusticia del IVA en cuerpo propio” del cual cito ajustado a los fines de este texto lo central del argumento que me interesa desarrollar: Ella -Una trabajadora que recibe la remuneración promedio de nuestro país- y yo un ministro del gobierno de Duque -con ingresos cercanos a 28 millones de pesos mes-, “Si ella y yo compramos productos idénticos, gravados al 19%, el resultado es injusto”. ¡Vaya argumento! Lo extraño es que nadie entra en discusión con el DANE y sus sorprendentes resultados usando su informe de pobreza monetaria y caracterización de las clases sociales, como se resume en el siguiente cuadro: 

Cuadro 1: Resumen resultados pobreza monetaria y caracterización de las clases sociales 2020 

Fuente: DANE 

La anterior información la debemos poner a dialogar con las metodologías del DANE y en especial con los cambios metodológicos realizados por la entidad en desarrollo del conpes 150 de 2012, en el que se establecen las bases para elaborar nuevas líneas de pobreza para las zonas urbanas que mide el DANE en las principales ciudades del país, los pequeños municipios y los territorios rurales, objeto central de la discusión que nos ocupa. La formación técnica para una lectura objetiva sobre los hechos estadísticos, de la cual no me puedo detener en este pequeño escrito, daría como se sabe para varias horas de clase en la universidad. Empero, las discusiones más pertinentes sobre ciudad, territorio y sociedad son no solo fuentes de incomunicación, si no se saben usar, siguiendo estrictamente los procedimientos metodológicos utilizados en la discusión política por quienes toman las decisiones en la estructura de poder del Estado, distinguiendo entre el mercado y los mercados, terminan en un diálogo de sordos como en el que se encuentra actualmente el país.    

El cuadro siguiente, elaborado con la información del centro de investigación “Coordenada Ciudadana”, que mide el gasto de las familias por el lado de la demanda a partir de la información del DANE, ayuda a discutir el argumento por el lado de la demanda de los hogares: 

Cuadro 2: Gastos de una familia con un ingreso estimado a partir del pago de un contratista por prestación de servicios. 

Fuente: Cálculos Propios a partir de la información del DANE. 

En el cuadro 2, hemos calculado la situación de Emma Isaza con un núcleo familiar de 3 personas, que tiene un contrato con el Estado por $3.600.000 mensuales medido, no como lo hace el Ministro de Vivienda para mostrar la recuperación del sector con la información de Camacol, sino con una ONG que asesora a un contratista del Estado, nos encontraríamos con la siguiente situación: Emma Isaza gasta por el lado de la demanda $3.810.000 con un déficit mensual de $210.000. Si hacemos un supuesto un tanto menos extravagante que el del exministro de hacienda y tomamos un trabajador por prestación de servicios, que en promedio y dependiendo la entidad del Estado en la que trabaje, -es corriente que solo trabaje 10 meses al año-, tendría que distribuir sus ingresos en 12 meses y el déficit ya no sería de $210.000 mensual sino de $810.000, y así sobrevive un hogar del común, de la clase media-alta, a pesar de la estadística y sus usos políticos.

Sin información no existe la sociedad real. Pero una sociedad no se reduce a las estadísticas. Cuando estas se utilizan para la elaboración de políticas urbanas y territoriales es bueno reiterar el objeto central de esta reflexión: en las falacias de composición y deconstrucción, es básico no confundir el modelo con la realidad, los instrumentos de medición con los males de la sociedad. Los grandes asuntos de la sociedad colombiana no se pueden atender hoy, como en el pasado se pretendían resolver los problemas de la inflación, rompiendo el termómetro y así no ver la fiebre de la sociedad. Hoy en día, el problema es más hondo. Al correr las líneas de pobreza por cambios en las metodologías, nos enfrentamos a un problema más complejo. Digámoslo con algo de ironía, para no caer en el pesimismo de la sociedad colombiana. Si antes rompíamos el termómetro para curar la inflación, hoy confundimos el urólogo con el ginecólogo y pretendemos resolver los problemas biológicos de sexo, confundiendo la sexualidad, con la biología. Leamos a Maturana para no operar viejos prostáticos con los exámenes de orina de la abuelita. 

 

1https://www.eltiempo.com/amp/economia/sectores/opinion-que-tanto-cayo-la-pobreza-rural-en-colombia-589337 

2Remito al lector interesado a un pequeño resumen que publiqué en el 2017 de un conjunto de investigaciones dirigidas para ONU – Hábitat en el país. Fabio Giraldo Isaza. “Hábitat: Territorio y Ciudad” en el libro “La academia y el proceso de paz”. Edgar Revéiz y Fabio Giraldo, compiladores. Bogotá (2017). ACCE, página 123 a 178.

3Alberto Carrasquilla: “La injusticia del IVA en cuerpo propio”. El Tiempo, 14 de marzo 2021, página 1.25.

4https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/pobreza/2020/Presentacion-pobreza-monetaria-caracterizacion-clases-sociales-2020.pdf 

5https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Conpes/Social/150.pdf 

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    Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

    • Etiquetas: Coronavirus, Pandemia, Territorio
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