Calcular la seguridad de los ciudadanos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) no es fácil y más cuando hay tantas instancias que cumplen con los objetivos de erradicación de la violencia, asegurar la convivencia pacífica, utilización ordenada de las vías y espacios públicos, en términos generales, evitar la comisión de delitos y faltas contra las personas y sus bienes. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la seguridad ciudadana debe garantizar el respeto por los derechos humanos; en forma más específica, esta concierne a la protección de ciertas opciones u oportunidades de todas las personas –su vida, su integridad, su patrimonio– contra un tipo específico de riesgo (delito) que afecta la vida cotidiana de las víctimas.

De acuerdo a lo anterior y en cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de “Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles”; el Área tiene el objetivo de mejorar el control territorial y fortalecer la articulación de las autoridades legítimas en materia de seguridad a través de los instrumentos de medición, prevención y articulación tecnológica, tarea que viene adelantando con los municipios de la región, buscando el fortalecimiento de la gobernabilidad y la seguridad metropolitana. (Lea también: La amenaza del crimen organizado internacional en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá)

Contexto de seguridad en el Valle de Aburrá

Informes de la Policía Metropolitana relatan que el AMVA cuenta con dos grandes fuerzas criminales con más de 350 combos que trafican con drogas, roban, extorsionan, violan y desplazan; son más de 3.8 millones de habitantes en 10 municipios que están atormentados por estos tipos de violencias. La primera de las fuerzas que rigen a esas facciones es 'la Oficina', con una historia delincuencial que ajusta tres décadas; la otra es 'los Urabeños', cuya influencia en el área metropolitana se hizo tangible en 2012. Estos combos se han dividido el Valle de Aburrá cuadra por cuadra y cuando se violan acuerdos,   se encienden las disputas armadas dejando inocentes en su camino como ha sucedido en Bello (donde se enfrentan 'los Chatas', 'el Mesa' y 'Pachelly'), Castilla ('los Matecaña', 'Nuevo México' y 'el Hueco de la Candelaria') y el sector La Loma del corregimiento San Cristóbal ('la Loma', “'San Pedro' y 'Peñitas').

Desde los años 80, los jóvenes se han vinculando a diferentes grupos; generaciones que actualmente siguen ejerciendo violencia para controlar negocios del narcotráfico, la extorsión generalizada, del microtráfico, el tráfico, el contrabando, ventas de armas, la trata de personas para la prostitución, y algunos negocios legales pero con cierta ilegalidad y rentabilidad (paga diarios, casinos, chance, prenderías, entre otros), negocios que desde los años 80, hasta hoy han estado en el centro de los enfrentamientos criminales del Valle de Aburrá.

Según informes de la Fiscalía General de la Nación seccional Antioquia, las denuncias de delitos de mayor impacto son los hurtos a las personas, vehículos, motos, vivienda y bancos; seguidamente en las lesiones personales, abuso sexual, extorsión; estos datos no son confiables y no reflejan lo que realmente sucede en materia de violencia y delincuencia en los municipios. Esto se debe a las dificultades para hacer efectiva la denuncia (muy pocos sitios de recepción de denuncias, procesos engorrosos, falta de profesionalismo para atender a las víctimas, demoras en los trámites, etc.) y a la falta de confianza en las autoridades de seguridad y justicia.

La intolerancia una causa visible

La intolerancia en los municipios alcanza un porcentaje preocupante, pues aporta el 45% de los casos de homicidio en la región antioqueña. En igual sentido, Ancizar Vargas, decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Católica Luis Amigó, indicó que aunque hacen falta policías en la ciudad, el problema no acaba agregando más fuerza pública a los municipios.

"Los homicidios tienen como causa la intolerancia; se requiere de formación en valores, ética, humanidades y cívica. Se están matando entre familiares, amigos, esposos por asuntos sin importancia como las diferencias", dijo. Vargas agregó que es hora de erradicar esta violencia desde la escuela insistiendo en prevenir bullying, "nuestros chicos están aprendiendo violencia, alimentando el rencor”.

Añadió que el aumento de homicidio de mujeres es preocupante y también está relacionado con la intolerancia de una sociedad arraigadamente patriarcal. “Esta situación no se soluciona sino de habla de seguridad integral, quitémosle a los chicos a las bandas criminales. ¿Cómo?, llevándoles torneos, becas, ayudas sicológicas, oportunidades, acompañamiento. No un helicóptero”. En Medellín, bajar la inversión social fue una catástrofe para la ciudad, eso disparó las cifras de inseguridad. Y es precisamente lo que está pasando. La agresividad en el trato y la solución por mano propia se está haciendo visible en la comunidad.

Territorios integrados seguros

La ubicación estratégica del Valle de Aburrá facilita un alto desarrollo económico y social, situación que es utilizada por los grupos al margen de la ley; las actividades de esta criminalidad organizada trascienden las fronteras de los municipios garantizando, la conectividad para los negocios ilícitos. Por su parte, Eugenio Prieto director del AMVA reveló que la entidad “tiene el objetivo impulsar el Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana Metropolitano PISCC –Metropol y articular los municipios del Valle a la infraestructura de seguridad y convivencia que tiene Medellín, la ciudad núcleo, para generar acciones en seguridad y convivencia ciudadana que les permitan a los diez municipios del Área mejorar sus indicadores; así como acercar cada vez más la justicia al ciudadano, recuperando la credibilidad en las instituciones legítimamente constituidas”.

Percepción actual de la seguridad

En lo corrido del año se expandió la inseguridad en el Valle de Aburrá. La Defensoría del Pueblo adelanta alertas sobre el incremento de homicidios selectivos, desplazamientos forzados, desaparición forzada, extorsión e incluso reclutamiento de menores. Sostiene el organismo que el fenómeno se ha generado por cuenta de los cambios y la reconfiguración de las alianzas entre estructuras ilegales y la disputa de dos organizaciones por el monopolio de las economías ilícitas. Según datos oficiales, en abril han sido asesinadas 50 personas en el AMVA, desde el Ministerio del Interior reforzaron las fuerzas armadas para recuperar el orden público con 400 policías, además para ejecutar operativos contra cabecillas de bandas y el negocio ilícito de las drogas (el cual contempla allanamientos).

Propuestas de la ciudadanía

Continuamente la ciudadanía reclama mayor seguridad en sus entornos con mayor presencia policial (20%), más generación de oportunidades de empleo (18%), y mayor capacidad de reacción de las autoridades (11%). Lo anterior se puede lograr creando estrategias para cada una de las siete modalidades de crímenes más denunciados como: homicidio, hurtos en todas sus modalidades, abuso sexual, extorsión, rentas criminales, microtráfico y explotación sexual infantil. La ciudadanía se debe movilizar y articular con los operativos de seguridad de la Policía y el Ejército además debe velar por la adecuada implementación del Plan Nacional de Seguridad por Cuadrantes.