¿Qué impacto ha tenido esta reapertura para la ciudad de Cúcuta?

El impacto que se ha tenido, a partir de este nuevo capítulo en la frontera colombo- venezolana, es parte de esa historia. En diferentes periodos se han presentado situaciones muy similares, la diferencia es que en esta oportunidad el cierre duró más tiempo.

Hablamos de un impacto a partir de esas huellas producidas desde el 2015 a la fecha. Podemos referirnos a un impacto relacionado con la tranquilidad que puede existir por la reapertura y el cruce normal que se puede tener en la frontera.

Estos efectos generan muchas reflexiones. Desde la parte social vemos el efecto migratorio, que realmente ha afectado a la ciudad en los indicadores de desempleo y ocupación en el territorio. Los migrantes se encuentran localizados principalmente en el costado occidental. Esto afecta la capacidad urbana de Cúcuta, porque es una demanda sujeta al déficit de vivienda, a la capacidad de salud, entre otros.

En términos de seguridad todas las dinámicas, lamentablemente, se reflejan en unos indicadores negativos. Otros impactos, se dan en la movilidad y la economía de la ciudad, que a partir de la reapertura se espera que mejoren. A lo largo de la historia, hemos visto la necesidad de diseñar estrategias para mitigar esos impactos y sus efectos.  

Hacemos un análisis desde los aspectos territorial, social, ambiental y de gobernabilidad. Estas estrategias dependen de la voluntad política y del diálogo, para que esa articulación genere desarrollo, que es desde donde se cimienta parte de esa comunicación binacional.

En términos de seguridad, movilidad y economía la situación de la ciudad, ¿mejoró, empeoró o quedó igual?

El tiempo que tenemos desde el pasado 26 de septiembre de 2022 a hoy es muy corto para  determinar los efectos en estos tres aspectos. Tal vez, la movilidad es uno de los elementos fundamentales de esa comunicación. Todavía están en revisión aspectos como la entrada y la salida de los vehículos. Hablamos de mejora porque ahora la movilidad existe, no sólo en términos de carros sino también de personas, quienes pueden venir a abastecerse y devolverse a su país. 

La parte de seguridad está sujeta a muchos factores. En este caso, el estudio más reciente de percepción de seguridad no es favorable, porque la ciudad está viviendo  aumento de indigencia y robos. También hay un deterioro físico, pues el espacio público está afectado por el fenómeno migratorio. La seguridad depende de muchos factores, uno de ellos inicia con la reapertura, pero necesita estrategias internas, desde el municipio núcleo del área metropolitana, para que podamos hablar de un bienestar completo para toda la ciudadanía.

Con relación a la economía se han comenzado a evidenciar situaciones que en algún momento favorecen las dinámicas propias del comercio, eje de desarrollo de la ciudad. Hoy, en el centro de Cúcuta, los sitios están llenos de personas que han pasado la frontera para  abastecerse de productos de la canasta familiar y otros.

Estos pagos se hacen en dólares y en algún momento será una oportunidad para el desarrollo del departamento. También existen desafíos por el incremento de la inflación  en los dos países. Nuestro comercio es dinámico y Venezuela se ve beneficiada por la disponibilidad de productos y servicios.

El mejorar las relaciones tensas entre los dos países definitivamente hace que mejoren la seguridad, movilidad y economía. Esto por el hecho de que a partir de la articulación de aquellas conversaciones, que surgen entre la frontera, se benefician de manera contundente aspectos relacionados a la percepción de quienes habitan esos dos territorios.

Esto permite que la ciudadanía empiece a creer que el proceso va a beneficiar la calidad de vida de todos. Es algo que se puede evidenciar a lo largo de la historia. En el 2000, se lograron acuerdos transfronterizos. En el 2013 y 2014 se dieron acuerdos en materia de seguridad e intercambio de información, sobre todo en la parte de las estructuras criminales, coordinación de operaciones contra el contrabando y la violencia.

Es un resultado del diálogo binacional. Lo que se muestra es que existe un fortalecimiento en la economía. Hoy, ante tanta demanda que podemos tener como frontera, la inflación incrementará, este es un tema que se debería estar estudiando. En la parte de los acuerdos comerciales, que sean parte del resultado de la mejora de la economía, está el hecho de que todos los renglones productivos puedan activarse con un propósito común. En las mesas de trabajo se ha hablado de diseñar un plan piloto.

La situación de los migrantes venezolanos en Colombia es uno de los temas más importantes y Cúcuta es una de las ciudades receptoras. ¿Con la reapertura de la frontera es posible prever alguna variación en el fenómeno? ¿En qué sentido? 

El 26 de septiembre de 2022 se habilitó el paso peatonal. Esto quiere decir que parte del fenómeno migratorio ha venido teniendo una nivelación a partir de ese cruce de población que llegó a las distintas ciudades de Colombia y que ahora se puede devolver a su país. El movimiento entre ambos países producto del abastecimiento hace que haya una variación.

Otro tanto de venezolanos hoy están laborando en Colombia de manera formal o informal. Ellos podrían retornar a su país, dependiendo de la situación interna de Venezuela. La variación, realmente estaría en esas estrategias que desde el vecino país se tengan, producto lógicamente de esta reapertura.

Hay que tener en cuenta aspectos que se relacionan con el manejo de las tarjetas fronterizas y al hecho de que hay unos beneficios del Estado colombiano, que le permiten a los venezolanos ser contratados laboralmente o tener servicios bancarios.

Hasta el momento el gobierno nacional ha dicho que va a mantener la política de integración migratoria y que va a flexibilizar algunos procesos, inclusive desde la parte académica, sobre todo para facilitar la entrada al mercado laboral. Entonces, esa variación hasta el momento, está en la migración pendular, producto del movimiento económico del abastecimiento y fácil paso de los productos que se compran en Cúcuta.

¿Qué estrategías se han diseñado desde el gobierno de la ciudad de Cúcuta para enfrentar la política de reapertura de la frontera?

El trabajo está en las mesas técnicas con el alcalde de Cúcuta y los municipios del Área Metropolitana, en una evaluación de necesidades, sobre todo para el proceso de reapertura. Se ha hablado de tener una ruta, con respecto a la parte vehicular a partir del primero de enero de 2023.

Debe existir un plan que defina el posible impacto que tendría en movilidad la vuelta de ese parque automotor en funcionamiento con respecto a las vías del departamento. Esta mesa técnica será permanente y los habitantes van a estar enterados de las medidas que se van a implementar.

El centro de la conversación, en los medios, está en la parte vehicular. Sin embargo, hablamos de  un territorio de frontera, las medidas deben tener en cuenta tanto a los venezolanos como a los colombianos. Hoy tenemos que pensar en un territorio regional que nos permita revisar estrategias integrales con respuestas inmediatas, especialmente en aspectos sociales.

Se debe tener en cuenta la migración de venezolanos hacia Colombia, que viene en aumento desde 2015. Se debe evaluar si con la reapertura disminuye o sigue aumentando, para darles herramientas a los municipios de frontera, que les permitan tener capacidad en infraestructura y servicios para la población.

Es necesario contar con una estrategia integral, pensando en la responsabilidad que tiene esta reapertura de frontera en el aspecto social de estos territorios. Es importante que estas acciones de los entes gubernamentales puedan garantizar esa sinergia del trabajo por sectores (público, privado y sociedad civil).