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"Respuesta social del gobierno colombiano a la pandemia fue insuficiente y tuvo baja cobertura": Merike Blofield, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos del GIGA

Publicado el Lunes, 08 Marzo 2021, en Divulgación académica, Destacados

Merike Blofield, con dos investigadores más, realizó un estudio para la CEPAL para medir y analizar el esfuerzo político en la protección social desde marzo a diciembre de 2020 en los gobiernos de 10 países de América Latina: Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Brasil, México, Colombia, Ecuador, Uruguay y Costa Rica. A nuestro país no le fue muy bien.

Transferencia monetaria en el marco del programa Ingreso Solidario / Foto de Prosperidad Social

 

Esta investigación realizada por Merike Blofield, Cecilia Giambruno y Fernando Filgueira identificó la situación de protección social de los países latinoamericanos antes de la pandemia, en los primeros tres meses (marzo) y diez meses después (diciembre).   

Cuando llegó la pandemia, los gobiernos tuvieron que alcanzar a tres grupos: los beneficiarios de la protección social contributiva, los beneficiarios de la protección social no contributiva y los hogares informales. El estudio analizó este panorama mediante tres dimensiones: la rapidez, la cobertura de las transferencias monetarias y su suficiencia, específicamente en hogares no contributivos con niños y en núcleos familiares informales. 

El Instituto de Estudios Urbanos conversó con Merike Blofield, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos del GIGA, para conocer en detalle los resultados de esta investigación para el caso colombiano. 

¿Cómo estaba la protección social en Colombia antes de la Covid-19 frente a los demás países de América Latina?

Antes de la pandemia, en cuanto al sector formal, Colombia contaba con un programa de seguro de desempleo, pero en una escala privatizada y pequeña que no fue suficiente para mitigar por completo el efecto de la pandemia en los trabajadores de este sector. 

Nosotros trabajamos en el sistema no contributivo, en hogares con niños, pensando que la pobreza está muy concentrada en esta población y  en los hogares informales. En la gráfica 1 vemos los programas de transferencias monetarias no contributivas hacia los hogares con niños, que en el caso de Colombia es el programa Familias en Acción. En la línea azul observamos la cobertura del programa. El 23 % de los niños en Colombia están cubiertos con este programa, un poco menos que en la mitad de los 10 países de América Latina que analizamos; es un poco mejor que en México, Perú y Ecuador, pero peor que en Brasil, Argentina, Chile, Costa Rica, Uruguay y Bolivia. Es decir que el programa no alcanza a todos los hogares vulnerables. La barra azul es el porcentaje de pobreza que cubre la transferencia en una familia típica de dos adultos y dos niños. Esto significa que la suficiencia de las transferencias en Colombia es poca. A nivel regional, el país no tenía una infraestructura social fuerte cuando llegó la pandemia.

Grafica1Gráfica 1: suministrada por Merike Blofield

Llega la pandemia a retar las capacidades de los gobiernos para enfrentar una crisis social y económica de gran envergadura ¿Cómo lo hicieron los países de la región? 

En general, ningún país del mundo lo hizo muy bien. En América Latina se nota que la variación en las respuestas fue masiva y en términos de protección social hubo muchas diferencias en la rapidez, la cobertura y la suficiencia. 

Continuando con los hogares con niños del sistema no contributivo, en la gráfica 2 vemos la suficiencia de las transferencias monetarias. La barra azul representa la situación antes de la pandemia; la barra morada son los primeros tres meses desde la llegada de la Covid -19 y la barra verde representa la suficiencia de los primeros 10 meses de la pandemia. Chile y Brasil son los únicos países que mantienen transferencias suficientes para cubrir las necesidades básicas. El gobierno colombiano aumentó en marzo la suficiencia de las transferencias en Familias en Acción pero como el punto de partida era bajo, a final de 2020 se mantiene la carencia para cubrir las necesidades básicas. A nivel regional la respuesta de Colombia se muestra con poca cobertura y suficiencia. 

Grafica2

Gráfica 2: suministrada por Merike Blofield

El segundo grupo importante es el conformado por los hogares informales. El estudio investigó la reacción de los gobiernos hacia este sector, que particularmente se vio más impactado por la crisis económica de la pandemia. En la gráfica 3 observamos la cobertura de los programas nuevos que crearon los gobiernos hacia los hogares informales. La barra verde muestra las transferencias nuevas hacia los informales como porcentaje de la población ocupada en total. La línea muestra el porcentaje de la población ocupada en cada país que es informal. Es decir, que si la barra es igual a la línea más o menos se podría decir que los gobiernos llegaron a cubrir las necesidades básicas. En algunos países como Brasil y Argentina las transferencias cubrieron a más población, porque la asistencia también llegó a personas que no estaban en la población ocupada como las madres; estos programas fueron muy inclusivos. Podemos observar que la respuesta de Colombia fue restrictiva y poco suficiente. En este país cerca del 60 % de la población ocupada es informal y las transferencias llegaron solo al 22 % de los trabajadores, lo que significa que más o menos cuatro de cada cinco quedaron sin cobertura. 

Grafica3

Gráfica 3: suministrada por Merike Blofield

En cuanto a la suficiencia, en la gráfica 4 vemos como Brasil y Chile cubrieron las necesidades básicas. En Colombia hablamos del programa Ingreso Solidario, cuya suficiencia es más o menos del 22 %  de la línea de pobreza extrema per cápita en un hogar de cuatro personas. Estos datos permiten determinar que infortunadamente la respuesta social del gobierno colombiano fue bastante insuficiente y tuvo baja cobertura en términos de las necesidades básicas. 

Grafica4

Gráfica 4: suministrada por Merike Blofield

¿Cuáles fueron las principales dificultades que tuvo que enfrentar el gobierno colombiano para que los programas de protección social y las transferencias monetarias llegaran a la población que la necesitaba? 

Uno fue repartir el dinero a los beneficiarios durante una pandemia con el riesgo de contacto físico. Ante la ausencia de un e-delivery, se presentaron largas filas de personas para reclamar sus transferencias monetarias, a lo que se suma que tuvieron que esperar mucho tiempo para recibirlas. Con esto los gobiernos aprendieron e invirtieron en la creación de programas electrónicos para repartir dinero. 

El segundo fue la insuficiencia y baja calidad de las bases de datos. En Colombia el gobierno decidió quién era elegible para el ingreso solidario. Hasta julio del año pasado, el gobierno no pudo encontrar a un 20% de las personas elegibles, finalmente creo que no encontraron ni al 15%. Esto se vio en varios países de América Latina, pero lo que no hizo Colombia, que sí lo hicieron otros países, fue tener programas más inclusivos; en Perú, Bolivia, Brasil, Argentina y Chile los gobiernos dejaron que la población informal se postulara a una transferencia monetaria de manera online y luego se confirmaba su elegibilidad. En Colombia el programa Ingreso Solidario fue muy restrictivo, el mismo gobierno decidió quiénes fueron los beneficiarios, mientras que los programas locales ‘Bogotá Solidaria’ y ‘Medellín me cuida’ fueron muy importantes a nivel subnacional para responder a las necesidades de la población. 

¿Considera que este problema de las bases de datos afectará el proceso de vacunación? 

Los países que hicieron esfuerzos por ofrecer programas más inclusivos, ahora tienen unas bases de datos más actualizadas con información muy reciente de las personas registradas; va a ser interesante si usan esta información en el plan de vacunación. Esto fue lo que Colombia no hizo al no permitir la postulación de la población.

¿Cuáles considera fueron las causas políticas de que esto sucediera así? 

A nivel regional, los obstáculos fueron la alta desigualdad social, la falta de inversión en la infraestructura pública y social, y la alta informalidad laboral. Además, y pensando a nivel global, la alta urbanización fue un desafío con la pandemia. Uruguay que tiene una infraestructura social mucho mejor y una formalización laboral más alta pudo enfrentar la pandemia mejor que el resto de América Latina, en términos sociales y epidemiológicos. 

La explicación política de la respuesta social en Colombia es que tiene un gobierno conservador con un punto de vista ideológico de austeridad, con restricciones en los gastos fiscales. Tiene una oposición de izquierda que aunque estaba exigiendo más cobertura y suficiencia en las protecciones sociales, no tenía mayoría en el Congreso para la toma de decisiones. Por ejemplo en Brasil, el gobierno de Bolsonaro, de extrema derecha, no estaba dispuesto a responder de manera tan generosa como finalmente lo hizo porque la oposición, con un legado de gobiernos de izquierda, consiguió aprobar una respuesta de asistencia emergencial amplia y bastante generosa en el Congreso por unanimidad. En ambos países los gobiernos son conservadores pero en Brasil la oposición fue más fuerte. 

Finalmente, ¿cuáles son los mensajes generales, recomendaciones si se quiere, que deja este estudio?  

Que es necesario invertir en el corto y mediano plazo. El estudio muestra la necesidad de tener un nivel básico de protección social universal y la importancia de transferencias monetarias amplias; la suficiencia cambia dependiendo de la situación económica, pero lo más importante es la cobertura. Además, es necesario invertir en infraestructura, lo cual es más difícil de hacer con rapidez.

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    Entrevista realizada por Paola Medellín Aranguren

    Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

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